El Kun Agüero cierra el primer cambio de ciclo en el City
El Manchester City es un modelo de negocio dentro del fútbol. Algo en lo que han querido convertir a muchos equipos y que ha acabado en la ruina. El Málaga, el Almería o el Valencia sufren en España los sinsabores de estar en manos de fondos de inversión a los que no les preocupa el fútbol.
El 1 de septiembre de 2008 Abu Dhabi United Group compró el City por 200 millones de libras. Seis meses antes, el 1 de marzo de 2008, Sergio Leonel Agüero del Castillo conquistaba el Camp Nou con la camiseta del Atlético de Madrid. Dos goles, una asistencia a Maxi Gómez y un penalti que transformó Forlán. El gran público conocía por fin el potencial de un argentino de Quilmes nacido el 2 de junio de 1988.
Mientras los petrodólares ponían orden el Manchester City y reorganizaban el club, Agüero seguía tirando del carro rojiblanco. Eran los tiempos del “pupas”. Temporadas donde todo era posible. El Kun Agüero sobrevivió a una procesión de entrenadores que no supo encontrar el camino de la victoria. Javier Aguirre, Abel Resino, Santi Denia, Quique Sánchez Flores, Gregorio Manzano y el ansiado Simeone en enero de 2012.
Han pasado 15 años desde que Agüero fue traspasado de Independiente al Atlético de Madrid por 22 millones de euros. García Pitarch le entregaba un diamante en bruto a Javier Aguirre en la temporada 2006/2007. Disputó 234 partidos y marcó 101 goles. Fue uno de los pilares sobre los que Sánchez Flores construyó el Atlético que heredaría Simeone. Pasó de jugar la Intertoto en la 07/08 a levantar una Europa League y una Supercopa de Europa. Las pupas del Atléti se curaban a base de los goles de aquel loco bajito.
Ruggeri le hizo debutar con 15 años, 1 mes y 3 días con Independiente. Mejoró la precoz marca de Maradona. Quizá fue esa velocidad a la que se mueve el fútbol lo que provocó su salida del Atlético. De Argentina a España, de un Atlético perdedor a convertirlo en ganador, a devolver los acordes de la Champions al Vicente Calderón. A Agüero se le nubló el presente justo cuando acababa de renovar con el club colchonero hasta 2014. Habían ganado al Inter de Rafa Benítez la Supercopa de 2010 en Mónaco. Quique Sánchez Flores le quería en su equipo. Forlán, De Gea, Reyes, Ujfalusi o Raúl García daban lustre a los colores rojiblancos. Pero al final de esa temporada todo se torció. Flores no renovó su contrato y Agüero puso rumbo a Inglaterra.
Su salida fue dramática. Como casi todas las de los grandes delanteros del Atlético. La afición no entiende que tomen a su club como lanzadera y el futbolista pierde el respeto al escudo. Agüero anunció que dejaba el club un buen día. Un video donde presionaba a los directivos anunciado su salida. Daba igual el contrato y el dinero. Quería salir. Una mareante oferta rondaba el entorno del argentino. Se especuló mucho con su futuro en el Barça o en la Juventus, pero fue el City el que le puso 9 millones de euros en el bolsillo de cada una de las seis temporadas. Desembarcaba uno de los cimientos de aquel proyecto al que toda Europa miraba.
Agüero también sobrevivió a una seguidilla de entrenadores esperando a su nuevo Simeone. Desfilaron Mancini, el interino Bryan Kidd, Manuel Pellegrini hasta que llegó el método Pep Guardiola. El entrenador catalán desembarcó en Manchester con un amplio equipo de trabajadores en todos los campos del club. Querían convertir a la entidad en un negocio con rendimientos y empezaron a diversificar. Beguiristáin llegó como director de fútbol, Manel Estiarte fue un enlace entre jugadores y directiva, Ferrán Soriano como consejero delegado… Ahora Juanma Lillo es segundo de Guardiola. Las aristas del City están repartidas por todo el mundo. Tienen canteras en todas las grandes ligas y en las emergentes. Desde Nueva York a Girona donde Pere Guardiola, hermano de Pep, puso su club al servicio de los nuevos talentos “citizens”.
Agüero no ha levantado la Champions. No hacía falta. Guardiola siempre afirmó que ese título no estaba en sus objetivos. Que la entidad quería consolidarse en la Premier League. El argentino ha ayudado con cuatro títulos, una FA Cup, tres Community Shield y cinco copas de la liga. El que un día Mancini calificó como “el nuevo Romario” ha marcado 257 goles hasta la fecha en 384 partidos y la historia dicta que el reconocimiento por los 10 años de servicio sea una estatua en los alrededores del City of Manchester.
Todo empezó aquel 13 de mayo de 2012 con un gol al QPR en el descuento a pase de Balotelli. El City levantaba la Premier League 44 años después. Toda una generación disfrutó de ese gol y de arrebatarle la liga a Manchester United.
Agüero deja el City y el City deja ir a Agüero. Amortizado y querido a partes iguales. El último mohicano de los que han devuelto los laureles a ese club que ha vivido a sombra del United. Dzeko, Tévez, David Silva, Touré, Kompany o Jesús Navas se marcharon antes. El equipo donde un día jugó Robinho y descubrió que no servía para ganar. Sergio Leonel Agüero del Castillo tiene fútbol todavía. Europa le espera, aunque él no pudo esperar más a su amigo Messi.