Las mujeres de Arabia Saudí irrumpen en el mundo del Rally-Dakar
De manera paralela a la competición del Rally-Dakar 2025, que se celebra por sexto año consecutivo en Arabia Saudí, el gigante árabe ha organizado por primera vez un programa de formación para jóvenes promesas del deporte saudí llamado “Saudi Next Gen” en el que también participaron mujeres como Merryhan Albaz, influencer, apasionada del deporte y primera mujer mecánica del mundo del motor.
Saudi Next Gen
En esta primera edición han participado cinco parejas de pilotos: cuatro masculinas y una femenina. Los jóvenes participantes, elegidos por la Federación Automovilística Saudí, disfrutarán de una sesión de coaching y lucharán por una plaza para el Rally-Dakar del próximo año, que también se celebrará en Arabia Saudí.
El tándem femenino se compone de la jordana Nancy Al-Majali, en el lugar de asistente, y Merryhan Albaz, como piloto. Sin embargo, las figuras femeninas que más destacaron en este tipo de entrenamientos celebrados en otros países en años anteriores fueron Lucie Baud y Dania Akeel.
La primera se coronó como tricampeona del Campeonato de Francia de Copilotos en 2019, 2022 y 2023 y subcampeona en 2021; quien además logró finalizar el Dakar 2024. Y Dania Akeel logró convertirse en la primera mujer en obtener una licencia para participar en carreras de motos en Arabia Saudí y la primera mujer del mundo en ganar el título de la Copa del Mundo de Rally Baja Desert en la categoría “T3”, en 2021.
Promoción del deporte
Más allá de la visibilidad global, Riad intenta aprovechar el deporte para diversificar una economía que hasta ahora ha dependido del petróleo, a la vez que promueve la actividad deportiva entre la población local.
Arabia Saudí invierte anualmente 2.000 millones de dólares en el sector del deporte y ha adoptado un modelo distinto al de Qatar o Emiratos Árabes Unidos: en vez de nacionalizar deportistas, Arabia Saudí está entrenando y formando a sus propios atletas.
A diferencia de otros deportes como el fútbol o el baloncesto, en el mundo del motor el físico es un factor menos diferencial. Si bien las fuerzas que tiene que soportar el cuerpo humano son altísimas, éstas se pueden mitigar con un mejor ajuste en las mecánicas de los vehículos.
En el vivac del Dakar, un espacio de trabajo situado entre los controles de tiempo de meta y salida de la etapa, los cinco equipos de dos personas (conductor y acompañante), entrenados por el italiano, Edo Mossi, vivieron la experiencia que, hasta entonces, solo disfrutaban hombres.
“Siempre se ha dicho que el Dakar era un deporte de hombres, que es peligroso”, señala Merryhan Albaz. “Aquí, en los fines de semana, la gente sale con su 4x4, conduce por el desierto y van a hacer un pícnic, ese es su hábitat natural. Así que ver a gente local compitiendo a un alto nivel es una bonita historia”, celebra Edo Mossi, entrenador de los futuros jóvenes del deporte saudí.
La prueba a la que fueron sometidos los jóvenes constó de una ruta de 26 kilómetros en medio de un terreno extremadamente rocoso. Los cinco SSV (un vehículo similar a un buggy, entre un quad y un coche) salían del punto de inicio con un intervalo de tres minutos.
Además, los participantes recibieron clases de cómo preparar el vehículo; cuál es la forma correcta de comunicarse con el asistente mecánico que tiene cada participante; y cómo solventar los problemas que pueden surgir en una de las pruebas más duras del mundo del motor.
“Un hombre puede cometer cualquier error, nadie le dirá nada. Pero para una mujer, cualquier pequeña cosa será utilizada en su contra. Así que tienes que tener arrojo tanto emocional como físicamente”, relata Merryhan Albaz tras su regreso tras la prueba.