La caída de los precios del petróleo y la pandemia han golpeado con fuerza al país norteafricano

Argelia recurre a las finanzas islámicas para apuntalar su economía

AFP/RYAD KRAMDI - Mujeres pasean frente a la oficina principal de correos de Argel (Argelia)

Argelia recurre a las finanzas islámicas con el objetivo de atraer dinero del mercado informal, según informa la agencia AFP. La caída de los precios del petróleo y la pandemia han golpeado con fuerza al país y las autoridades tratan de encontrar nuevas formas de financiación, aunque los economistas advierten que se necesitarán más medidas para superar todos los retos que enfrenta el país en los próximos meses. Desde principios de este mes, el Banco Nacional de Argelia ha comenzado a ofrecer nueve servicios financieros islámicos, que han recibido un certificado de los clérigos musulmanes que aseguran que son compatibles con la ley islámica. Sólo otros dos bancos privados, el Banco Baraka y el Banco Al Salam, con sede en Bahréin, ponían a disposición de los consumidores estos productos en Argelia.

Sin embargo, se espera que los demás bancos de Argelia, todos estatales, sigan el ejemplo a finales de año. La mayoría de los bancos extranjeros también tienen previsto vender productos financieros islámicos. Esta modalidad financiera promueve la provisión de servicios de acuerdo con las leyes religiosas y muchos países musulmanes lo han adoptado en los últimos años. Esta industria se basa en el reparto de ganancias y pérdidas y el pago de intereses está prohibido, ya que es calificado como usura. Las inversiones en empresas relacionadas con el tabaco, el alcohol, el cerdo o el juego también están vetadas. 

Argelia espera aprovechar los importantes ingresos del mercado informal, que se estiman entre 30.000 y 35.000 millones de dólares, según Abderahmane Benkhalfa, ex ministro de Finanzas y ex director de la asociación bancaria del país. “No solo es necesario extraer estos recursos, sino también inyectarlos en los bancos para reforzar la economía”, ha asegurado Benkhalfa en una información recogida por la agencia AFP, aunque ha advertido que las finanzas islámicas no son una "solución milagrosa". Solo una pequeña parte del dinero en efectivo en la economía informal circula debido a las creencias religiosas de la gente. La solución, sostiene Benkhalfa, es tomar medidas para modernizar el sistema bancario tradicional -para hacerlo más sensible- y desarrollarlo en paralelo con las finanzas islámicas.

El economista Abderrahmane Mebtoul ha sido aún más cauteloso y ha indicado que solo es viable si se puede controlar la inflación y los hogares confían en la gestión de la economía por parte del Gobierno. Según varios estudios, los productos financieros islámicos suelen ser más caros que los proporcionados por el sector bancario tradicional. 

Se espera que para finales de año los bancos estatales de Argelia pongan en marcha nuevos productos financieros islámicos, entre ellos "murabaha", "ijara" y "musharakah". El murabaha, o financiación a precio de coste, es uno de los productos más populares, y se utiliza para financiar créditos para la compra de automóviles o de casas. Implica que el banco compra en nombre de un cliente una propiedad u otro producto, que vende de nuevo al cliente con un cierto beneficio que sustituye a un tipo de interés. El Ijara es una forma de comprar una casa a través de un contrato de arrendamiento y la posterior propiedad, en lugar de a través de una hipoteca. El musharakah es considerado una forma de que un comprador evite tomar un préstamo con intereses, aunque algunos eruditos islámicos dicen que es demasiado similar al cobro de intereses. Las autoridades argelinas también están considerando la posibilidad de emitir bonos islámicos.

Argelia espera que los nuevos productos financieros ajustados a las reglas islámicas atraigan a nuevos inversores a su mercado, tras el éxito que los productos financieros islámicos han cosechado durante el último decenio entre otros países, especialmente en el Golfo y Malasia. Los vecinos de Argelia, Túnez y Marruecos, también han puesto en marcha las finanzas islámicas. En el caso de Túnez se empezaron a desarrollar en el sector privado en 1980, aunque los números de esta industria son muy modestos. En Marruecos se implantaron a partir de 2017, aunque de momento no han registrado beneficios.