BP y la OPEP enfrentan perspectivas sobre el futuro del petróleo
La compañía energética BP, ha publicado su informe energético para 2024, reafirmando su predicción de que la demanda mundial de petróleo alcanzará su punto máximo en 2025. Esta proyección se basa en dos escenarios distintos que la compañía ha delineado para el futuro hasta 2050, en marcado contraste con las previsiones más optimistas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Escenarios energéticos
El primer escenario, denominado “Cero Neto”, está alineado con los objetivos del Acuerdo de París de 2015. Este escenario prevé una drástica reducción en la demanda de petróleo, con una disminución esperada a entre 25 y 30 millones de barriles diarios para mediados de siglo. Este descenso se debe principalmente a una reducción significativa en el uso de petróleo en el transporte terrestre, aunque se espera que la demanda en el sector petroquímico compense parcialmente esta baja.
Según informa Al Arab, BP también anticipa que la demanda global de energía será un 25% menor en 2050 en comparación con 2022. Se espera que la demanda de gas natural alcance su pico en 2025 y luego decline en aproximadamente un 50% para 2050, a pesar de un crecimiento en la demanda de gas natural licuado (GNL) de entre el 30 y el 40%. La compañía también anticipa que la demanda de bioenergía se duplicará, mientras que la energía eólica y solar experimentarán un aumento catorce veces mayor para ese mismo año.
En el segundo escenario, “Ruta Actual2, BP basa sus predicciones en políticas y compromisos ya establecidos. Este escenario sugiere que la demanda de energía primaria seguirá aumentando hasta mediados de la década de 2030 antes de estabilizarse. Se proyecta un incremento del 5% en la demanda total de energía para 2050 en comparación con 2022, junto con una disminución significativa en la demanda de petróleo, que se reduciría en al menos 75 millones de barriles por día. En este escenario, la demanda de gas aumentaría aproximadamente un 20% para 2050, con el GNL desempeñando un papel crucial.
Diferencias con la OPEP
En contraste, la OPEP presenta una visión más optimista en cuanto a la demanda futura de petróleo. Haitham Al-Ghaith, secretario general de la OPEP, ha expresado que no se espera un pico en la demanda de petróleo a corto o medio plazo. La organización prevé que la demanda de petróleo podría alcanzar los 116 millones de barriles diarios para 2045, desestimando la posibilidad de un pico de demanda antes de 2030.
Esta discrepancia entre BP y la OPEP resalta las diferentes expectativas sobre el futuro del consumo de energía y las dinámicas del mercado global de petróleo. Mientras BP anticipa una disminución significativa en la demanda debido a una transición hacia fuentes de energía más limpias, la OPEP proyecta un crecimiento continuo impulsado por el aumento del consumo en economías en desarrollo. Estas diferencias subrayan la incertidumbre y la complejidad del panorama energético global, en el que las políticas gubernamentales, la innovación tecnológica y las fluctuaciones del mercado jugarán roles decisivos en los próximos años.
Contexto global y respuestas políticas
El debate sobre el futuro de la energía se desarrolla en un contexto global caracterizado por una creciente resistencia a los objetivos de cero emisiones netas. En muchos países desarrollados, los ciudadanos expresan preocupación por el impacto que estas políticas podrían tener en sus economías domésticas. Este panorama ha llevado a los responsables políticos a reconsiderar sus estrategias de transición energética.
En Estados Unidos, la política energética enfrenta un futuro incierto, especialmente con la posibilidad de que Donald Trump sea elegido nuevamente para la presidencia. Trump ha señalado su intención de derogar la legislación climática de la Administración de Joe Biden, lo que podría afectar significativamente la dirección de las políticas energéticas del país.
En Europa, el Parlamento ha confirmado a Ursula von der Leyen para un segundo mandato como presidenta de la Comisión Europea. Esta decisión ha contado con el apoyo de los eurodiputados verdes, quienes respaldan firmemente el Green Deal de la UE y promueven objetivos ambiciosos de reducción de emisiones.
Mientras tanto, en China, el presidente Xi Jinping está reforzando su estrategia de liderar en tecnologías de descarbonización orientadas a la exportación, buscando expandir su influencia en el mundo en desarrollo, en medio de crecientes tensiones proteccionistas entre la UE y Estados Unidos.
Estas divergentes perspectivas y políticas reflejan los complejos desafíos que enfrenta el mundo en su camino hacia un futuro energético sostenible. La necesidad de equilibrar el crecimiento económico, la seguridad energética y la lucha contra el cambio climático requiere una coordinación global y soluciones innovadoras. A medida que diferentes regiones adoptan enfoques variados, la colaboración y el compromiso serán cruciales para alcanzar los objetivos climáticos y garantizar una transición energética justa y eficiente para todos.