Crece el endeudamiento y la preocupación por el coste de vida en Túnez
El coste de vida en Túnez se ha convertido en la mayor preocupación de la población. Los precios y la inflación no cesan su ascenso y desde todos los sectores de la sociedad ven que la tendencia no parece que vaya a cambiar, al menos en el corto plazo. Lo realmente preocupante, al menos según los observadores, es que los tunecinos están recurriendo al endeudamiento para poder solventar esta situación ya que el margen de ahorro es prácticamente inexistente para la mayoría.
Endeudamiento como única vía de supervivencia
El presidente y director general del Fondo Nacional de Jubilación y Seguridad Social, Tawfiq Katro, ha explicado en una entrevista con la agencia de noticias oficial de Túnez (Tunis Africa News Agency), que las necesidades de la población han cambiado por completo. Pero si lo han hecho ha sido por necesidad, ya que la amplia mayoría tiene dificultades para llegar a fin de mes. Esto ha provocado que “el porcentaje de solicitudes de préstamos personales ha alcanzado 98% respecto al resto de préstamos dirigidos a automóviles y vivienda”.
Y es que la situación es más preocupante cada día que pasa. Así lo ve también Lotfi Riahi, director de la Organización Tunecina de Orientación al Consumidor, quien asegura que “el endeudamiento se ha convertido en el único recurso al que recurren los ciudadanos tunecinos para cubrir sus necesidades”. El alto coste de vida no está dejando otra opción a la población que, además, se está viendo obligada a renunciar a otros bienes e inversiones.
La sociedad tunecina ha olvidado por completo la posibilidad de afrontar la compra de coches o viviendas. Se centran en poder sobrevivir al día a día para el que ni siquiera pueden afrontar con los sueldos actuales. El propio Riahi dice que “el salario del ciudadano ya no es suficiente”. Es lo que ha provocado que, además de la imposibilidad de hacer frente a grandes compras, el ocio haya pasado a un segundo plano.
Un hundimiento que puede derivar en emigración
Si bien es cierto que los tunecinos cuentan con una gran capacidad de adaptación a este tipo de situaciones, la que les está tocando vivir ahora está rozando – si es que no ha rebasado por completo – el extremo. De ahí que Belaid Oulad Abdallah, investigador de sociología, asegurase en declaraciones a Al-Arab que el ciudadano tunecino “sufre frustración y sus expectativas se han vuelto limitadas”.
Esa frustración es la que, según los expertos, puede provocar que la población comience a mirar otras opciones de futuro lejos de sus fronteras. El contexto actual, además de ser extremadamente exigente, no atisba en el horizonte un cambio positivo, al menos de momento. Es lo que está generando que crezca dentro de la sociedad una intención de emigrar de Túnez si, como todo apunta, la situación económica del país no deja de empeorar y sigue haciendo inviable el coste de vida, dejando como única opción el endeudamiento.