Democracia y gobernanza en África
Por sí sola, la democracia no es una solución a los desafíos de desarrollo en África.
1. Introducción
África necesita gobiernos y líderes orientados al desarrollo que prioricen las necesidades de su gente.
La cuestión debiera ser cuál es la naturaleza apropiada de la democracia, dados los niveles de desarrollo de muchos estados africanos. Para desarrollar África se debiera utilizar el lenguaje de la buena gobernanza en lugar de centrarse exclusivamente en la democracia.
La democracia conduciría teóricamente a un buen gobierno, pero ¿qué ocurre con el 35% de los africanos que viven actualmente en la pobreza extrema? De que sirven las democracias en África si las mismas no pueden ser útiles para paliar pobreza, mejorar instituciones débiles y cuestionadas, luchar contra la corrupción, el fraude etc. En definitiva, sin una buena gobernanza la propia democracia quedaría debilitada.
2. Marco institucional, regímenes de control, y crecimiento económico
El concepto de gobernabilidad es amplio, pero normalmente hace referencia a los aspectos de rendición de cuentas, estabilidad política y ausencia de violencia, eficacia gubernamental, calidad del marco regulatorio, estado derecho y control de la corrupción.
La gobernabilidad en África ha estado y está influenciada por un marco institucional frágil en muchos de sus países, y por unos regímenes de control gubernamentales que han pilotado muchas de sus economías con una enorme influencia en el desarrollo y crecimiento económico de muchos de ellos a lo largo del tiempo. Hoy el panorama no ha cambiado mucho.
La lucha por la democracia en África ha cometido el error de concentrar los esfuerzos en la conquista de los derechos políticos y civiles; es decir, conseguir la elección de dirigentes por sufragio universal directo. Las elecciones libres y democráticas no deben resumir todo lo que debe contener un sistema democrático. En otros términos, la democracia política se debe acompañar de la democracia económica. Si no, todo se resume en un sistema con falsas apariencias de pluralismo observadas en la libre expresión, en la celebración de elecciones democráticas, a veces dudosas, mientras que los centros de producción que sustentan la economía quedan todavía bajo control de la elite local y del poder extranjero. Es al menos a este nivel donde se encuentra toda la clave del debate sobre la democracia en África.
África tiene una enorme variedad étnica, pero esta no parece ser la causa última de la inestabilidad política y del subdesarrollo económico. Los conflictos étnicos no se convierten en conflictos armados cuando existe el Estado. Es la crisis de este la que conduce a que grupos compitiendo por el poder utilicen banderas étnicas para ampliar su base de apoyo.i
El Índice Ibrahim de Gobernanza Africana
https://mo.ibrahim.foundation/iiag
El Índice Ibrahim de Gobernanza Africana (IIAG) es una herramienta que mide y monitorea el desempeño de la gobernanza de 54 países africanos.
Según su informe 2022 podemos concluir algunos datos:
La observación es clara: el progreso en el desarrollo humano y económico en África se ve obstaculizado por un “declive general de la democracia” y una “situación de seguridad cada vez más tensa”, según el índice de la Fundación Mo-Ibrahim publicado el miércoles 25 de enero, que evalúa gobernabilidad en el continente.
El informe se centra en particular en una “década preocupante de golpes de estado recurrentes en el Sahel”, contando que de los 29 golpes de Estado en el mundo entre 2012 y 2021, 23 tuvieron lugar en África y principalmente en la región del Sahel. Más recientemente, en menos de dieciocho meses, tres países de África Occidental (Mali, Burkina Faso y Guinea) que imaginamos más o menos arraigados en la democracia han sufrido golpes de Estado y han recuperado regímenes militares. Las malas noticias no terminan ahí. En Senegal, el presidente Macky Sall mantiene una vaguedad académica sobre su futuro incluso mientras ejerce su segundo y último mandato constitucional.
Aunque el nivel medio de gobernanza general en el continente es mejor en 2021 que en 2012ii, la calidad de la gobernanza general en el continente se ha estancado desde 2019. Los avances en materia de desarrollo humano y los fundamentos económicos se están viendo socavados por una situación de inseguridad cada vez más tensaiii y un declive general de la democracia. Es más, el continente sigue lidiando con los efectos combinados de los efectos combinados de la pandemia de COVID-19, la crisis climática y el acceso inadecuado a los alimentos y la energía. En el momento de escribir estas líneas, las repercusiones de la guerra entre Rusia y Ucrania desde el 24 de febrero de 2022 están agravando estas dificultades. El año 2023 marca el ecuador de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el ecuador de la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y la primera etapa de diez años de la Agenda 2063. Por lo tanto, es urgente tomar medidas contra el declive de la democracia y el aumento de la inseguridad para no echar por tierra varios años de progreso en materia de gobernanza y desarrollo. La falta de datos sigue siendo una de las principales preocupaciones. En la ausencia de datos fiables y completos, los gobiernos navegan a ciegas, y no pueden mejorar de forma sostenible la calidad de la gobernanza ni desarrollar políticas eficaces. La Fundación Mo Ibrahim sigue desempeñando un papel destacado en la creación de la capacidad de datos del continente.iv
Sin embargo, el índice señala que más del 90% de la población del continente vive en un país donde el nivel de desarrollo humano -que tiene en cuenta el acceso a la salud, la educación, la protección social y un medio ambiente sostenible- es superior al de 2012. “Hay razones para el optimismo. Creo que la juventud en África está mejor equipada que nuestra generación, mejor informada”, estimó el empresario sudanés naturalizado británico.
En el índice, los cinco países con mejor desempeño en términos de gobernanza, teniendo en cuenta todos los indicadores, son Mauricio, seguido de Seychelles, Túnez, Cabo Verde y Botsuana. Pero aquí también, la Fundación llama a la cautela. Porque por paradójico que parezca, aunque Mauricio ocupa el primer lugar en África, la Fundación Mo-brahim constata un deterioro de varios indicadores, como el de la inseguridad, que conlleva un deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos.
Sudán del Sur es el último detrás de Somalia y Eritrea. En cuanto a Gambia, es el país cuya gobernanza más ha progresado desde 2012, mientras que, por el contrario, es en Libia donde más ha decaído.
“No debemos dar por sentada la democracia. El fenómeno del hombre fuerte vuelve a estar de moda, no solo en África. Pero algunos en África ven este modelo y piensan que pueden emularlo. Es un problema, estamos ante un verdadero desafío”, según el empresario Mo Ibrahim, director de la fundación que lleva su nombre.
El informe “Evaluación de las Políticas e Instituciones Nacionales” (CPIA) 2022v
Este informe para África examina la calidad de las políticas e instituciones de los 39 países del África subsahariana que pueden optar a la ayuda de la (AIF)vi en el África subsahariana para 2021. Para estos países, la nota de 3,1 se mantiene sin cambios. Lo mismo ocurre con las subregiones, con calificaciones 3,2 para África Occidental y Central y 3,0 para África Oriental y Austral. En cuanto a los países, 11 registraron un cambio en su puntuación global CPIA, con una mejora en siete países y un deterioro en cuatro. En casi el 70% de los países en los que mejoró la puntuación CPIA, la mejora se debió a los avances en políticas de lucha contra la exclusión social y de promoción de la equidad. Tres de estos países también experimentaron mejoras en las políticas estructurales y en la gestión del sector público y las instituciones. De los países que registraron un deterioro en su calificación global de la CPIA, tres vieron cómo su situación macroeconómica mejoraba. De los países que registraron un deterioro de su calificación general CPIA, tres vieron debilitados sus resultados de gestión macroeconómica, en parte debido al impacto de la pandemia de COVID-19.
Indicadores y calificación CPIA
GRUPO A: GESTIÓN ECONÓMICA
El Grupo A de la evaluación de las políticas e instituciones nacionales (CPIA) evalúa la calidad de la gestión macroeconómica de los países. Abarca la política monetaria y cambiaria la política fiscal y la política y gestión de la deuda.
GRUPO B: POLITICAS ESTRUCTURALES
El grupo B cubre las políticas que han tenido una incidencia en el comercio, en el sector financiero, y en el cuadro reglamentario de las empresas.
GRUPO C POLITICAS PARA COMBATIR LA EXCLUSION SOCIAL Y PROMOVER LA EQUIDAD.
El Grupo C de la CPIA, titulado Políticas para combatir la exclusión social y promover la equidad abarca la igualdad de género, la equidad en el uso de los recursos públicos, el desarrollo de los recursos humanos, la protección social y el empleo, así como las políticas de lucha contra la exclusión social y de promoción de la equidad, el desarrollo de los recursos humanos, la protección social y el empleo, así como las políticas e instituciones orientadas a la sostenibilidad medioambiental.
GRUPO D: INSTITUCIONES Y GESTIÓN DEL SECTOR PÚBLICO
El Grupo D, también conocido como Grupo de Gobernanza, abarca cuestiones de gobernanza y capacidad del sector público, a saber, los derechos de propiedad y la gobernanza, la calidad de la gestión presupuestaria y financiera, la eficacia de la movilización de ingresos, la calidad de la administración pública, así como transparencia, responsabilidad y corrupción en el sector público.
GRUPO DE PAISES Y CLASIFICACIÓN
Grupo de países frágiles y no frágiles afectados por conflictos en Africa Subsahariana y fuera de la misma.vii
Grupo de países ricos y no ricos en recursos
B.3 Países de África del Oeste y Central
B.4 Países de África del Este y Austral
B.2 Clasificación de países de África subsahariana por grado de abundancia en recursos y países no ricos en recursos.
3. Buen gobierno e instituciones
El buen gobierno es el seguro del que invierte. Un buen gobierno tranquiliza a quien inicia un proceso de inversión, así como a quien comercia. Ya sabemos que a mayor tasa de buen gobierno mayor flujo de inversiones ya sean domesticas o foráneas
La corrupción es efectivamente uno de los principales obstáculos a la transformación estructural del continente, un fenómeno estrechamente ligado al mal gobierno y puntualizó este mal no es únicamente africano.
La falta de instituciones se reconoce como uno de los factores más determinantes de la corrupción, por ello se requiere que las distintas instituciones de gobierno se esfuercen en hacer cumplir la aplicación de las leyes, normas en materia de lucha contra la corrupción y promover la buena gobernanza y las buenas prácticas. El fortalecimiento de los principios de anticorrupción, incluyen la transparencia, la participación, la responsabilidad y la integridad. Son necesarias varias condiciones para que la transformación estructural se produzca, la aplicación y ejecución de los principios de buen gobierno desempeñan un papel central, ya que determinan las relaciones recíprocas entre los actores del sector público y los de otros sectores. Curiosamente, varios estudios han demostrado que existe una dependencia e interrelación entre el crecimiento económico y el nivel de la buena o mala gobernanza.
El fracaso o acierto de los países está muy influido por sus instituciones
4. Golpes de Estado, elecciones legislativas y presidenciales. Casos de Níger y RDC
África ha sufrido siete golpes militares desde 2020: en Mali (dos), Burkina Faso (dos), Guinea, Chad y Sudán. A estos golpes se sumaron otros casos en los que los ejércitos dominantes conservaron la autoridad final en los procesos sucesorios. Esto ocurrió en Egipto, Zimbabue, Argelia y Burundi. En algunos casos, los líderes electos han socavado los controles y equilibrios democráticos para consolidar su control del poder y ampliar sus mandatos, como ocurrió con el autogolpe de Túnez.
La creciente tendencia a eludir los límites de los mandatos en África tiene consecuencias de largo alcance para la gobernanza, la seguridad y el desarrollo del continente.
“Cuando se tolera un golpe de Estado en un país, se abre la puerta a que otros militares tomen el poder”.
El intento de golpe militar en Níger amenaza con socavar los relativos avances logrados por sus gobernantes civiles democráticos y aumenta los riesgos de inseguridad, crisis económica y estabilidad política a los que se enfrenta Níger.
El presidente Mohamed Bazoum ganó las elecciones presidenciales de febrero de 2021 con el 56% de los votos emitidos. Las elecciones fueron consideradas libres y justas. Bazoum sucedió al presidente Mahamadou Issoufou, que dimitió tras su segundo mandato, tal y como estipula la Constitución, que limita a dos los mandatos.
Esta sucesión fue el primer caso de traspaso pacífico del poder en la historia de Níger. Esta trayectoria democrática acababa de comenzar tras una larga historia de gobiernos militares en Níger, que ha conocido 4 golpes entre 1974 y 2010. Las tendencias económicas y de seguridad contrastadas observadas bajo los gobiernos civiles y militares de Níger no justifican en modo alguno el intento de golpe de estado. En la década bajo Issoufou y Bazoum, la renta per cápita aumentó un 26% en Níger, invirtiendo la larga tendencia de las décadas anteriores.
El crecimiento económico de los últimos años se ha mantenido fuerte. El Banco Mundial prevé que el crecimiento real del producto nacional bruto alcance casi el 7% en 2023 y el 12,5% en 2024. A pesar del aumento de los precios de los alimentos provocado por la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, Níger ha conseguido mantener su tasa de inflación en torno al 4%, la más baja de la Unión Económica y Monetaria de África Occidental.
Níger también está lidiando con la llegada de 300.000 refugiados que huyen de los conflictos en Mali y Nigeria, así como de 350.000 desplazados internos causados por los ataques de militantes islamistas que se extienden desde sus vecinos. Sin embargo, el índice de desarrollo humano de Níger no ha dejado de mejorar en los últimos diez años. Bajo un gobierno civil, la clasificación de Níger en el índice de corrupción de Transparencia Internacional también ha mejorado gradualmente. Esto se había caracterizado por un largo periodo de estancamiento en uno de los países más pobres del mundo. Durante este periodo de 35 años, la renta per cápita de Níger cayó un 29%. Níger había sufrido tasas de crecimiento negativas durante dos tercios de esos años, décadas de desarrollo perdidas por culpa de una mala gobernanza.
Níger ha sido ampliamente elogiado por su respuesta en materia de seguridad a la amenaza de los militantes islamistas. Los sucesos violentos registrados en Níger representan menos del 10% del total en el Sahel. Sin embargo, la expulsión de las fuerzas francesas y las restricciones impuestas a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la MINUSMAviii han provocado un recrudecimiento de la violencia en Malí. Esto ha provocado un aumento de los sucesos violentos en Níger en 2023. Sin embargo, la tasa de mortalidad atribuible a ataques de grupos islamistas militantes en Níger ha disminuido en un 53% en comparación con 2022.
Una lección que se echa en falta en estos experimentos democráticos es cómo abordar de forma constructiva los agravios reales a los que se enfrenta cualquier sociedad. La democracia no garantiza el buen gobierno. Sin embargo, sí garantiza los medios para presionar a un gobierno para que se corrija, ya sea a través de elecciones, investigaciones parlamentarias, periodismo de investigación, comisiones anticorrupción, protectores públicos y defensores del pueblo, manifestaciones, etc.ix
Elecciones legislativas en la RDC: polémica en torno a los candidatos que eligen a un familiar como suplente. La práctica no está prohibida en la República Democrática del Congo (RDC), pero está causando polémica. Varios candidatos han elegido a sus esposas, hijas, hijos, primos o sobrinos como diputados para las elecciones legislativas nacionales. En caso de elección, fallecimiento, condena judicial o nombramiento para otros cargos incompatibles, serán sustituidos automáticamente en la Asamblea Nacional por estos familiares.
El caso se ha convertido en una polémica en las redes sociales y el debate se está caldeando en los medios de comunicación locales. Esta práctica fue objeto de un procedimiento de derogación cuando se votó la ley electoral el año pasado, pero finalmente fue mantenida por la mayoría. El tema resurgió cuando varios candidatos a las próximas elecciones legislativas eligieron a familiares como diputados. El presidente de la Asamblea Nacional, en particular, ha alineado a su hijo. Lo mismo ocurre con el ponente adjunto de la Asamblea, que eligió a su hija de 25 años como primera suplente. Y no son ni mucho menos los únicos.
El tira y afloja entre Tshisekedi y Katumbi, símbolo de una precampaña tensa
A cinco meses de las próximas elecciones, el clima político se ha visto sacudido por el asesinato de Chérubin Okende. Esta tragedia exacerbó las tensiones entre Félix Tshisekedi y sus adversarios, entre ellos Moïse Katumbi.x
5. Conclusiones
No bastará con reprimir los golpes de Estado, sean cuales sean los textos nacionales e internacionales. Es imperativo abordar las brechas en la gobernabilidad. El mal gobierno impacta y cuesta a todos los sectores de la vida nacional. Ya es hora de que cada país africano haga un balance de su gestión, desde su ascenso a la independencia hasta la actualidad.
Notas y referencias
i Carlos Sebastián. Marco institucional y crecimiento en África
ii Sin embargo, el índice señala que más del 90% de la población del continente vive en un país donde el nivel de desarrollo humano -que tiene en cuenta el acceso a la salud, la educación, la protección social y un medio ambiente sostenible- es superior al de 2012. “Hay razones para el optimismo. Creo que la juventud en África está mejor equipada que nuestra generación, mejor informada”, estimó el empresario sudanés naturalizado británico. En el índice, los cinco países con mejor desempeño en términos de gobernanza, teniendo en cuenta todos los indicadores, son Mauricio, seguido de Seychelles, Túnez, Cabo Verde y Botsuana. Pero aquí también, la Fundación llama a la cautela. Porque por paradójico que parezca, aunque Mauricio ocupa el primer lugar en África, la Fundación Mo-brahim constata un deterioro de varios indicadores, como el de la inseguridad, que conlleva un deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos.
Sudán del Sur es el último detrás de Somalia y Eritrea. En cuanto a Gambia, es el país cuya gobernanza más ha progresado desde 2012, mientras que, por el contrario, es en Libia donde más ha decaído.
iii Desde 2017, países como Mali y Etiopía han experimentado un aumento de la inseguridad vinculado a un fuerte aumento de los golpes de Estado y de los y conflictos armados. Esta situación, combinada con una reducción de la participación en el debate público, supone una amenaza para la gobernanza democrática.
iv En la actualidad, los datos existentes para ciertos aspectos clave, como la capacidad del sistema sanitario como la capacidad del sistema sanitario, el sector rural y la resiliencia de los países a la resiliencia al cambio climático, no son suficientes en el continente. La falta de datos actualizados y pertinentes en estos ámbitos limita considerablemente las respuestas de África a la pandemia Covid-19 y a la crisis climática, así como la aplicación de políticas eficaces. Los datos sobre salud, medio ambiente y zonas rurales son particularmente las zonas rurales son especialmente escasos, a pesar de que estas áreas son de importancia fundamental en la lucha contra el cambio climático, las pandemias y la inseguridad alimentaria.
v La CPIA es una herramienta de diagnóstico diseñada para evaluar la calidad de las políticas y el marco institucional de un país. En este sentido, la atención se centra en los elementos clave que están bajo el control del país y no en los resultados (como las tasas de crecimiento) influidos por elementos que escapan al control del país. Más concretamente, la CPIA evalúa en qué medida las políticas y el marco institucional de un país apoyan el crecimiento sostenible y la reducción de la pobreza. Y, por tanto, el uso eficaz de la ayuda al desarrollo. El resultado del ejercicio combina una puntuación global y las puntuaciones de los dieciséis criterios que componen la CPIA. La CPIA se desarrolló y utilizó por primera vez a mediados de la década de 1970, y el Banco Mundial la ha actualizado y mejorado periódicamente a lo largo de los años para tener en cuenta las lecciones de la experiencia y la evolución del pensamiento sobre el desarrollo.
vi Asociación internacional del desarrollo IDA.
vii . La clasificación utiliza las siguientes categorías:
1. Países con altos niveles de fragilidad institucional y social, identificados a partir de indicadores públicos que miden la calidad de las políticas y las instituciones, así como las manifestaciones de fragilidad.
2. Países afectados por conflictos violentos, identificados sobre la base de un umbral de muertes relacionadas con conflictos por población. Esta categoría incluye dos subcategorías basadas en la intensidad de la violencia: países en conflicto de alta intensidad y países en conflicto de intensidad media.
* Excluye Irak, Líbano, Libia, la República Árabe Siria, la República Bolivariana de Venezuela, Cisjordania y Gaza. Estas economías no disponen de datos CPIA. Para más información sobre la clasificación de países en situación de fragilidad o conflicto, consulte los siguientes enlaces:
https://www.worldbank.org/en/topic/fragilityconflictviolence/brief/harmonized-list-of-fragile-situations
https://thedocs.worldbank.org/en/doc/9b8fbdb62f7183cef819729cc9073671-0090082022/original/FCSList-FY06toFY22.pdf
viii La Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí es una misión de paz establecida por el Consejo de Seguridad en su resolución 2100 del 25 de abril en 2013 para estabilizar el país tras la rebelión tuareg de 2012.
ix Joseph Siegle et Candace Cook, « En Afrique, le contournement des limites de mandats fragilise la gouvernance », Infographie, 14 septembre 2020.
x A la conmoción y la indignación provocadas por el asesinato de Chérubin Okende, diputado y exministro encontrado muerto en Kinshasa el 13 de julio, siguieron rápidamente la impaciencia y la sed de respuestas. Visto por última vez en el aparcamiento del Tribunal Constitucional el 12 de julio, el cuerpo del portavoz de Ensemble pour la République, el partido de Moïse Katumbi, apareció a la mañana siguiente al volante de su vehículo, con un disparo en la cabeza y la camisa cubierta de sangre.