El país norteafricano se pone como objetivo incrementar la inversión pública en 2020-2021 un 55% respecto del año anterior

Egipto celebra sus logros económicos a pesar de la pandemia

PHOTO/REUTERS - El presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi

La Embajada de Egipto en España ha emitido un comunicado oficial en el que muestra el desarrollo económico que ha sufrido el país desde la llegada del presidente Abdel Fattah al-Sisi.

A lo largo de la historia, Egipto ha tenido que afrontar numerosos retos y conflictos políticos internos que se han interpuesto en su desarrollo. “Sin embargo el país ha trabajado siempre incansablemente para superar todos y cada uno de estos desafíos”, explica el informe.

Debido a su posición geopolítica Egipto ha tenido que responder a los cambios producidos en la escena regional e internacional además de a numerosas crisis y conflictos. Pero esta ubicación geográfica también ha sido una de las claves de su proceso de desarrollo económico. 

Este proceso de desarrollo se ha acelerado en los últimos años y, desde el año 2011, “se han impulsado programas de reforma económica a largo plazo, fruto de una nueva visión del desarrollo económico que busca por primera vez en su historia llevar a cabo reformas estructurales clave para tratar los principales problemas que arrastraba la economía egipcia”.

Lograr la estabilización macroeconómica, recuperar del crecimiento y el empleo, reducir la deuda y aumentar la protección social de los sectores más desfavorecidos son los principales objetivos que se quieren atajar desde el Gobierno egipcio. 

Durante el mandato del presidente Al-Sisi se han reformado las políticas de gasto para que el gasto público, que estaba centrado principalmente en el consumo, pasara a ser un gasto productivo que impulsara el crecimiento económico. De esta manera, se ha invertido en infraestructuras, impulsando la construcción de carreteras, puentes y vías de ferrocarril.

También se ha construido una nueva capital administrativa, se ha invertido en el tejido industrial y en el sector servicios, en la rehabilitación de tierras de cultivo y la modernización del sector agrario.

Dentro de todas estas políticas hay que destacar la investigación y desarrollo. En primer lugar se ha transformado la administración pública en una nueva “más digital en la que las nuevas tecnologías tienen un papel clave.

Todo ello es parte del plan de reformas iniciado en 2017 avalado por el Banco Mundial y que se ejecuta en colaboración con el Fondo Monetario Internacional para hacer de Egipto una economía moderna”.

El objetivo no es solo el crecimiento económico sino también la mejora paulatina del bienestar económico y social de sus ciudadanos, “se trata de conseguir que el desarrollo se dirija hacia la justicia social y se proteja a los grupos más desfavorecidos”. 

La promoción del desarrollo económico ha ido acompañada de políticas sociales para un desarrollo humano e inclusivo, en educación, en sanidad y en el acceso a las clases más desfavorecidas a una vivienda digna, siendo muy numerosos los proyectos de construcción de viviendas sociales y de realojo de familias que residían en asentamientos irregulares en zonas muy deprimidas. 

Los resultados de las medidas empiezan a generar un impacto positivo

Las reformas económicas y sociales han dado sus frutos, y los informes del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de los organismos e instituciones competentes han destacado las notables mejoras en los indicadores económicos y sociales desde el inicio del programa de reformas.

Estas entidades internacionales también han subrayado la notable mejoría en los indicadores en los que se observaba unas mayores deficiencias. El paro ha alcanzado este último año el mínimo histórico del 8,3% y se prevén mayores bajadas con el fin del año fiscal a lo largo de 2020-2021. 

 “Destacan en particular la liberalización del tipo de cambio de la libra egipcia, la aceleración de la tasa de crecimiento económico, la reducción el déficit público, el aumento los ingresos públicos a través de la reforma del sistema fiscal y de control de gasto, la reducción de la deuda externa, el aumento las reservas en divisas extranjeras y el descenso de la inflación y el desempleo”, explican desde la embajada.

La nueva situación de pandemia internacional por coronavirus ha afectado a toda la comunidad internacional sin excepción y ha supuesto también un reto muy importante para la economía egipcia. Sin embargo, la gestión de la pandemia por parte de Egipto ha sido valorada muy positivamente a nivel internacional, “a pesar de unas circunstancias tan adversas se prevé que Egipto mantenga una tasa de crecimiento económica positiva durante los años 2020 y 2021”. 

Egipto ha logrado un equilibrio entre la adopción de las medidas sanitarias necesarias para enfrentarse a la pandemia, la continuación de la actividad económica y sus políticas económicas de desarrollo que han destinado una gran parte de su presupuesto a la mejora de los sectores sanitario y educativo. También se han destinado importantes recursos para apoyar a los trabajadores temporales y a las familias más afectadas por esta crisis.

Cabe destacar, que en septiembre de 2020, en plena crisis sanitaria internacional, la agencia de calificación Moody´s elogió los indicadores de capacidad crediticia de Egipto, otorgándole la calificación B2 (estable). Este medidor indica la capacidad de un país a la hora de afrontar sus deudas, la reducción de sus necesidades crediticias y del mantenimiento de sus reservas de divisas extranjeras. 

Así mismo, el grupo de Banca de Inversión Goldman Sachs ha reconocido la capacidad Egipto para soportar los efectos de la pandemia y hacer frente a sus responsabilidades. Ha destacado que ya se ha recuperado el 50% de la inversión indirecta extranjera que salió del país al inicio de la crisis (unos 10 billones de dólares). 

Las expectativas económicas de inflación son positivas y también lo es la fortaleza de la libra egipcia que prevé una mejora de los ingresos turísticos a pesar de la crisis sanitaria. De este modo, el sector turístico también da muestras de una progresiva y robusta recuperación: Wizz Air ha anunciado la reanudación de tres vuelos semanales entre Milán y Alejandría. KLM, tras tres años sin volar a El Cairo, ha vuelto a operar y se han reanudado también vuelos desde Rusia y Kazajistán, etc.

“Todo ello no es sino muestra de que la estricta implementación de las medidas sanitarias para hacer frente a la pandemia hacen de Egipto un destino turístico seguro”, recuerda la embajada. 

En resumen, el comunicado emitido por la embajada refleja que tales resultados muestran el empeño del Gobierno egipcio en hacer frente a todas y cada una de las debilidades más importantes de la economía, “baste como ejemplo la importante reducción de la inflación, ésta que se situaba en el 6,7% en agosto de 2019 registró una tasa de inflación del 4,6% en julio de 2020 y 3,4% en agosto de 2020, fruto de la bajada sostenida en el precio de los alimentos”. 

Otro ejemplo es el Registro público digital de la propiedad, en el que se recoge el registro tanto de inmuebles de naturaleza urbana como de terrenos de naturaleza agraria y rural. Este registro ha supuesto una solución al problema de la expansión descontrolada de la construcción en los espacios naturales y agrícolas que se produjo tras las revueltas de 2011. 

La política de gasto es una herramienta fundamental en la política económica, así el Estado egipcio ha declarado el objetivo de incrementar la inversión público en 2020-201 un 55% respecto del año anterior, lo que supone un total de 280 billones de libras egipcias (de los que 225 billones vienen del presupuesto general del Estado) y de los que el 10% irá destinado a proyectos de agua y saneamiento.