Arabia Saudí sigue ampliando sus esfuerzos por liderar el crecimiento tecnológico en la región en línea con el proyecto Visión 2030

El fondo soberano saudí se alía con BlackRock para el desarrollo de infraestructuras en Oriente Medio

AFP/FAYEZ NURELDINE - Mohamed bin Salman

Arabia Saudí lleva tiempo trabajando para diversificar su economía y poder liderar la expansión económica y tecnológica que tiene por delante Oriente Medio. Y es que Riad se ha convertido de forma indudable en el país que más está trabajando en esta línea, como representa el ambicioso proyecto Visión 2030. En aras de lograr el progreso que traería consigo este, los saudíes han firmado un memorando con la empresa de gestión de inversiones – considerada la más grande del sector a nivel internacional y gestora de más de 10 billones de dólares entre todos sus activos – estadounidense, BlackRock.

El objetivo de esta asociación está centrado en el desarrollo de infraestructuras, para lo que pretenden atraer grandes inversores regionales e internacionales. Arabia Saudí trabaja desde hace tiempo por lograr que inversores extranjeros pongan el foco en su país para promover la inversión directa en Arabia, la participación en los proyectos que se están desarrollando y, de esta forma, añadir valor a la economía nacional. En ese contexto aparece BlackRock que, tras firmar un acuerdo no vinculante con el Fondo de Inversión Pública, se convertirá en la base sobre la que construir la estrategia de infraestructura de Oriente Medio.

La agencia oficial de prensa saudí ha emitido un comunicado en el que afirma que esta alianza “tiene la intención de formar un equipo especializado en inversiones de infraestructura en Riad”. Los sectores en los que se centra este proyecto son muy diversos y abarca desde el energético, hasta el de transporte, pasando por servicios públicos, agua, medio ambiente, comunicaciones o infraestructura social. Además de contar con inversión extranjera, también busca mejorar la local, dando facilidades a la participación del sector privado de Arabia Saudí.

Aunque la intención de BlackRock pasa por expandir las inversiones por todo Oriente Medio, los primeros pasos de la multinacional con sede en Nueva York están centrados en el mercado saudí. De hecho, para apoyar esta iniciativa, los norteamericanos destinarán un equipo independiente dedicado a invertir en infraestructura en la capital saudí. Como no puede ser de otra forma, el liderazgo del príncipe heredero, Mohammed bin Salmán, ha sido clave para un proyecto que pretende aumentar los activos bajo gestión del fondo soberano por encima del billón de dólares – actualmente en 600 mil millones – para el año 2025.

Visión 2030 marca la línea seguida por Arabia Saudí, que pretende reducir la dependencia de la industria petrolera, la creación de nuevos sectores y estimular la creación de empleo. Ya en octubre del año pasado, Riad lanzó un Fondo Nacional de Infraestructura para apoyar los proyectos por un valor cercano a los 200 mil millones de riales – 53 mil millones de dólares – durante los próximos diez años. Un proyecto en el que ya participó BlackRock, cuya presencia en la capital es una realidad desde 2019, cuando estableció una oficina en Riad.

Aunque estos movimientos no son los únicos que unen a la empresa estadounidense con el mercado saudí. También en 2019, adquirió una participación de los activos de los oleoductos de ADNOC Energy, cuya sede está ubicada en Abu Dabi. Además, el año pasado, Black Rock lideró una coalición que compró también una participación valorada en 15.500 millones de dólares de la compañía Saudi Aramco. El nuevo memorando firmado con el Fondo de Inversión Pública demuestra que los vínculos financieros que llevan años tejiendo no podrían ser más beneficiosos para ambas partes, por lo que se espera que la colaboración BlackRock-Arabia no quede aquí.

También aparece en el horizonte una de las iniciativas más ambiciosas que ha puesto en marcha Riad, representada por la ciudad sostenible y futurista denominada ‘The Line’, que formará parte de la urbe basada en inteligencia artificial que albergará los Juegos Asiáticos de Invierno en 2029, llamada NEOM. La ciudad que “a diferencia de las ciudades tradicionales, priorizará la salud y el bienestar de las personas sobre el transporte y la infraestructura”, funcionará con energía 100% renovable y tendrá reservado el 95% del espacio a la naturaleza.

El proyecto ‘The Line’, que también está integrado en el marco de Visión 2030, se extenderá por el noroeste del país y contará con 200 metros de ancho, 500 de alto y 170 kilómetros de largo. El objetivo de esta iniciativa presentada en 2021 es albergar alrededor de nueve millones de personas. Algunas de las peculiaridades de este proyecto futurista es que no existirán las carreteras, los coches o las emisiones de carbono. Para el transporte, existirá un tren de alta velocidad al que todos los residentes tendrán acceso.