La eléctrica vasca consolida su primer puesto en el Ibex apoyada en su liderazgo en la producción de ‘electricidad verde’, en la necesidad global de descarbonizar la economía y en la autosuficiencia energética

Iberdrola representa un 25% de la inversión de todo el IBEX

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Basta con echarle un ojo a las tablas de valores de la Bolsa de Madrid para entender por qué Iberdrola se ha convertido en la primera entidad en capitalización, por encima, incluso, de la mastodóntica Inditex.

La acción de la eléctrica vasca escala apoyada en las buenas perspectivas de futuro de la compañía y la nula incidencia de las zancadillas administrativas. Así lo entienden los inversores y se explican las cotizaciones récord que está alcanzando en las últimas jornadas.

Y esto es consecuencia de su atrevida política de inversiones con presencia en numerosos países. Inversiones que representan la cuarta parte de toda la inversión de todas, absolutamente todas, las empresas del IBEX. 

La guerra de Ucrania ha puesto más que nunca de manifiesto la necesidad de los gobiernos europeos de apostar por empresas como Iberdrola. Entidades a las que el traje de la transición energética las queda como un guante y que ya tiene en su pizarra los planes para ser la primera ‘energética verde’ del mundo. Oír esto en boca de cualquier otro gigante energético puede sonar a bravuconada, pero es que la eléctrica española tiene crédito. Credibilidad.

Hace 20 años su presidente, Ignacio Galán, vio claro que el futuro de la energía pasaba por la generación ecológica, por la descarbonización del planeta. Traducido en números, la entidad ha realizado en estas dos décadas unas inversiones de 130.000 millones de euros en renovables, redes y almacenamiento. Si ha sido capaz de hacer semejante desembolso es porque se ha situado en una posición dominante en este modelo de negocio que ha demostrado a sus inversores que es rentable para ellos y para la propia sociedad. 

Hoy es una de las cuatro eléctricas más importantes del mundo y la primera europea en capitalización. Sólo para que se hagan una idea de lo que representa esta compañía, su valor es diez mil millones superior al del grupo italiano ENEL, un 15%, en donde se integra su filial española Endesa. Iberdrola ya es un 10% más grande que Inditex. Es un 50% más grande que el Banco de Santander y, dobla en capitalización al BBVA y es casi tres veces Telefónica o Naturgy y más de tres veces Repsol.

Durante 2021, la empresa realizó 5.500 nuevas contrataciones. Tiene programas de empleo específicos en las mejores universidades del mundo para incorporar a sus filas el talento joven. Además, allí donde se asienta consigue ser un motor económico de desarrollo. Mantiene 400.000 empleados en todo el mundo y su contribución fiscal ascendió a 7.836 millones de euros. Realizó compras por valor de 12.200 millones de euros a sus más de 22.000 proveedores en el mundo

En resumen, si se alinean, uno tras otro, los diferentes hitos que jalonan a esta eléctrica española se explica perfectamente por qué hoy supera los 29.000 millones de euros de capitalización en el Ibex y que haya puesto una distancia de 4.000 millones entre ellos y el imperio textil de Amancio Ortega.

A estas alturas de siglo, se ve claro que la salud del planeta o es verde o no será. Si a esta circunstancia se le suma la necesidad de la autosuficiencia energética de los países y la posición de liderazgo de Iberdrola en este sector el futuro se le presenta lleno de certidumbres más que de incógnitas. Iberdrola solo puede crecer. Tiene todo a favor: sembrar para después recolectar; invertir para luego, como ahora, ser los más grandes.