Ante un mercado que crece cada vez más, la Unión Europea quiere regular y controlar el mercado de las criptomonedas

La amenaza de la falta de personal para regular el mercado de las criptomonedas se cierne sobre Bruselas

PHOTO/FILE - Unión Europea

El tema de las criptomonedas está recibiendo una atención creciente por parte de la Unión Europea, que ha decidido regular el mercado en los últimos años. Si bien los criptoactivos no estaban antes sujetos a la legislación MiFID -una directiva sobre mercados de instrumentos financieros-, estos activos estarán pronto sujetos al nuevo marco regulador de MiCA -Reglamento sobre Mercados de Criptoactivos-, una agencia creada por la UE para este fin. 

Deseosa de regular mejor el sector de los activos digitales, así como el mercado más amplio de las criptomonedas, Bruselas ha centrado sus esfuerzos en la creación de la MiCA, cuyo objetivo principal es garantizar un acceso eficiente y normalizado a los mercados avanzados de criptoactivos en el mercado único, proporcionando al mismo tiempo seguridad a los consumidores. En su hoja de comunicación, la UE estableció cuatro objetivos específicos al crear esta agencia: 

  1. El establecimiento de un marco jurídico claro y coherente para limitar cualquier laguna legal en el sector de las criptomonedas 
  2. El desarrollo de un marco para estimular la innovación y la competencia 
  3. La protección de los criptoinversores en todo momento 
  4. Mantener la estabilidad financiera del mercado

La creación de una agencia especializada para la regulación del sector de las criptomonedas es un proyecto que ya se había mencionado a finales de la década de 2010, bajo la Comisión Juncker, pero no fue hasta la Comisión Von der Leyen cuando se creó esta agencia. Sin embargo, el lanzamiento de esta agencia no fue recibido por todos como algo bueno. De hecho, desde un punto de vista práctico, esta evolución era esperada por los consumidores, sobre todo porque existía una gran disparidad a nivel europeo, según los países. Por ejemplo, se sabe que Francia ha adoptado una fuerte regulación en esta materia y lo hace desde hace varios años, a diferencia de algunos países como Malta, donde el marco en esta materia es casi inexistente. La voluntad de establecer un marco jurídico destinado a proteger a los consumidores europeos y a tener en cuenta la huella medioambiental del sector -alentando a los agentes a recurrir a la energía verde de forma sostenible- son argumentos honorables por parte de la UE y acogidos con satisfacción por algunos. Sin embargo, otros señalan los límites de este proyecto, recordando que la imposibilidad virtual de emitir stablecoins -es decir, criptomonedas respaldadas por una moneda tradicional que pretende imitar la incertidumbre que puede pesar sobre ciertas criptomonedas- es, según algunos, una forma de reforzar indirectamente a actores no europeos como Circle, un consorcio estadounidense que crea la moneda euro. 

Ahora, una nueva preocupación para la UE es la contratación de personal suficiente para regular eficazmente el mercado. De hecho, durante el desarrollo de la MiCA, el ámbito de trabajo del regulador ha seguido ampliándose y el presidente de la Autoridad Bancaria Europea, José Manuel Campa, está preocupado por los mecanismos de aplicación de la nueva agencia, advirtiendo que no podrá regular el mercado de activos digitales. 

Más que una preocupación, es, una vez más, una forma de poner a prueba la capacidad de la Unión Europea para encontrar los compromisos y las soluciones adecuadas para llevar a buen puerto este proyecto, cuyas apuestas son ahora dominantes en la revolución digital.