Los argelinos se convierten en los primeros clientes del mercado inmobiliario en Alicante en 2014
18 de septiembre de 2014 (06:49 h.)
Por Paco Clement y Ahmed Brahim
Foto: Una pareja argelina de clase media sale de un establecimiento comercial del centro de Alicante.
Los argelinos de clase media y clase alta se han convertido en los primeros clientes del mercado inmobiliario en Alicante en 2014. Esta ciudad del sur de la Comunidad Valenciana de 335.000 habitantes está relativamente cerca de Argelia. Cada día sale del puerto de Alicante un transbordador con destino a la ciudad argelina de Orán. Son 12 horas en barco y unos 40 minutos en avión. Las dos urbes tienen un clima parecido. Alicante es una ciudad moderna, cosmopolita y con buena calidad de vida. El francés con acento argelino se escucha mucho en el centro de Alicante, sobre todo en tiendas, almacenes, bares y restaurantes, y también en los grandes centros comerciales de la periferia. De los 64.000 argelinos empadronados en España, unos 22.000 viven en la Comunidad Valenciana, y buena parte de este colectivo en Alicante. Algunos argelinos visitan Alicante un par de días, hacen compras en la ciudad, sobre todo ropa, calzado, alimentación y perfumes, y después regresan a su país de origen. Otros deciden instalarse en esta ciudad próspera y tranquila que les recuerda a su país por el clima, el paisaje, el carácter y otros rasgos culturales. Ya no son los franceses, los alemanes o los británicos los que lideran las compras de pisos y casas en Alicante, sino los argelinos. Según datos del Colegio de Notarios, en la primera mitad del año 2014, los argelinos compraron más de 740 viviendas en Alicante. Superaron en mucho a otros países más ricos. En otros municipios de la provincia de Alicante ocurre un fenómeno bastante parecido. “Los argelinos veranearon masivamente en Alicante este verano, y cada vez son más los que vienen a hacer compras y turismo o a quedarse”, cuenta la presidenta de la asociación Al-Djazairia, Rabea Djellal. El vicedecano de los notarios de la Comunidad Valenciana, Delfín Martínez, apunta que “los argelinos dan salida al stock de vivienda” en barrios populares. El precio medio de los pisos que compran ronda los 47.900 euros. Estos barrios donde compran pisos, primero, los abandonaron los españoles. Luego, llegaron inmigrantes de muchos países. Y ahora, los argelinos comienzan a repoblarlos. También compran pisos en la playa de San Juan, donde madrileños y vascos han invertido tradicionalmente. José Martínez, de la inmobiliaria Remax, asegura que entre los compradores “hay mucho profesional liberal y empresarios con mucha relación comercial en la zona”.
“Hay ganas de consumir”
Luis Ortiz, un agente inmobiliario con residencia en la localidad alicantina de El Campello, explica a Atalayar que “hay una clase media en Argelia que tiene ganas de consumir y de vivir como en Europa. España es el país más cercano, sobre todo Alicante, que está a 250 kilómetros de Orán. Los argelinos con dinero encuentran en Alicante lo que no tienen en su país: buenas infraestructuras, seguridad y tranquilidad, marcas y buenos productos, una sanidad privada de calidad y una cultura que se parece en algunos aspectos a la argelina”. La proximidad es un factor que juega a favor de Alicante. Tanto es así que en el barrio alicantino de la Albufereta se capta sin problema la televisión argelina. Raúl Martínez, que tiene una tienda de zapatos en un barrio comercial de Elche, asegura a este medio que “muchos de mis clientes son argelinos y algunos han comprado pisos en la ciudad, porque los pagan en efectivo y sin protestar. Regatean un poco, pero son compradores serios”. Según Carlos Gómez Gil, del Observatorio de la Inmigración de la Universidad de Alicante (UA), “ha cambiado el perfil de los argelinos, los que vienen ahora son ricos”. En 2013, se convirtieron en la segunda nacionalidad en la ciudad, por detrás de los rumanos. Otras nacionalidades como los latinoamericanos y marroquíes han disminuido en número por culpa de la crisis. Además, en el Liceo Francés de la ciudad, un colegio público pero elitista, han detectado también la aparición “de una élite económica que mueve mucho dinero y que se establece para educar a sus hijos aquí”, señalan fuentes del centro escolar. Los argelinos más ricos buscan también tratamientos en centros médicos privados de Alicante como la Clínica Baviera.
Crecimiento económico
El crecimiento económico que ha vivido Argelia en la última década ha generado una nueva clase media urbana en la que pululan los ‘nuevos ricos’. Aunque siguen llegando a España argelinos en pateras, los ‘nuevos ricos’ de un país cuyo Productor Interior Bruto (PIB) crece de media el 3% anualmente, quieren vivir como sus homólogos españoles, franceses o alemanes. Y no reparan en gastos. También hay españoles, la mayoría empresarios, ingenieros y profesionales liberales, que van a Argelia a trabajar. “No es que emigren a Argelia. Ellos van y vienen. A veces sólo para una jornada de trabajo, otras pasan tres meses con un proyecto”, explica el profesor de Geografía Humana de la UA, Javier Sempere. En el siglo XIX, la colonización francesa de Argelia empezó en 1830 y provocó que las migraciones entre Alicante y el país norteafricano se dispararan durante este periodo. “Siempre fue una forma de salida del alicantino ante crisis, epidemias o sequías”, añade Sempere. El transbordador de Alicante existe incluso antes que el de la ciudad francesa de Marsella. “Hay que tener en cuenta que entre Alicante y Orán las comunicaciones que antes existían hacían casi más fácil irte a Argelia que a Madrid”, sostiene este profesor universitario. En 1908, que fue un mal año agrícola en el que la plaga de la filoxera acabó con los viñedos, comenzó una emigración masiva que con la sequía de 1911 llevó a 68.000 alicantinos a cruzar el mar hasta tierras argelinas. La población de Orán en ese año de sequía que arrasó el campo alicantino contaba con 95.000 franceses, 93.000 españoles y 92.000 franceses nacionalizados. Actualmente, en Orán, celebran una de las fiestas populares alicantinas, las Hogueras de San Juan. En algunos lugares de la ciudad argelina todavía cuelgan letreros de pequeñas tiendas con carteles en valenciano.