La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, interviene en el Nueva Economía Fórum
La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación ha participado en un evento organizado por Nueva Economía Fórum, que ha contado con la participación de su presidente José Luis Rodríguez, y en el que ha desgranado la nueva Estrategia de Acción Exterior.
González Laya primero de todo ha querido destacar la vocación de España como actor global y no solo regional, así como la importancia de que la globalización tenga señas de identidad españolas.
En cuanto a la nueva Estrategia de Acción Exterior, ha asegurado que son cuatro los valores y principios que la sustentarán. En primer lugar, el europeísmo aparece como elemento clave, al ser entendida la acción exterior de España como prolongación de la participación del país en la Unión Europea. Además, la ministra ha querido recalcar la necesidad de una mayor integración y autonomía europea que derive en más acciones de Europa en el exterior.
En segundo lugar, la nueva Estrategia resaltará el multilateralismo, que, en palabras de la ministra, es garantía de inserción en el mundo para una potencia mediana como es España, especialmente para estar en condición de igualdad con las grandes potencias.
En tercer lugar, la profundización de nuestros principales lazos diplomáticos, es decir, los mantenidos con América Latina, la vecindad sur, y la relación trasatlántica. Y, por último, la solidaridad entendida no solo como un valor de la sociedad sino también comprendiendo que cuanto mejor les vaya a nuestros países vecinos mejor le irá a España.
Preguntada por la nueva etapa que se abre en la relación trasatlántica entre Estados Unidos y la Unión Europea, la ministra ha afirmado que “se abre un periodo de esperanza” tras la ruptura producida en los años de la Administración Trump. Ya ha remarcado la necesidad de “dotar a la relación trasatlántica de un alma”, destacando que en el pasado la brújula de esta relación fue la lucha contra los totalitarismos, posteriormente el impulso de la democracia, más tarde la globalización, y que actualmente debe ser rehumanizar dicha globalización.
En cuanto a la misión diplomática de España en Washington, ésta permanecerá inalterable, y por lo tanto el embajador proseguirá con su trabajo hasta que llegue el fin de su mandato cuando corresponda en base a los plazos establecidos, ha confirmado la ministra.
Otro de los puntos a los que ha hecho referencia González Laya es al futuro de la OTAN y la posición de España en la organización. A este respecto ha explicado que la Alianza Atlántica se ha embarcado en un proceso de reflexión sobre su posición estratégica para los próximos años, en un mundo en el que “los desafíos son más difusos, los actores más diversos y la dimensión tecnológica tiene cada vez más importancia en el campo de la seguridad y la defensa”. “La parte de la discusión más importante con Biden será la dirección estratégica”, ha remarcado.
Asimismo, la ministra ha destacado el apoyo de España a la organización y el compromiso del país con el cumplimiento del mínimo de inversión establecido, así como los esfuerzos realizados en misiones como la de Afganistán.
La ministra también ha aprovechado el evento para desmentir que Estados Unidos esté planeando trasladar la base de Rota a Marruecos tal y como se había especulado desde hacía semanas.
Respecto a la relación entre España y Marruecos, ha afirmado que “gozan de salud y complicidad porque son relaciones amplias y profundas”. A pesar de los puntos de desencuentro ha querido “poner en valor la fortaleza de la relación” en diferentes ámbitos. En cuanto a la reunión de alto nivel que se canceló ha dicho que todavía no hay fecha programada pero que se celebrará y en lo respectivo a la cuestión del Sáhara ha defendido una “solución duradera” en el marco de Naciones Unidas.
Respecto a Latinoamérica, González Laya ha hecho énfasis en el impulso de una mayor cooperación con Europa, a través de acuerdos comerciales como el de la UE y Mercosur.
Preguntada por Venezuela y Juan Guaidó, ha recordado que España no reconoce el resultado de las últimas elecciones a la Asamblea Nacional, en las que resultó victoriosa la alianza chavista encabezada por el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela). Reiterando que el gobierno español seguirá la posición común adoptada por los 27 países miembro de la UE, basada en tres pilares: respuesta humanitaria ante la migración de miles de venezolanos a los países vecinos; apoyar a la oposición democrática, buscando que teja más complicidad y unidad tanto entre ellos como con la sociedad; e impulsar una solución política.
En cuanto a la postura adoptada por el nuevo secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que en la audiencia de confirmación del Senado aseguró que seguirían reconociendo a Guaidó como presidente Encargado a diferencia de la UE que solo le reconoce como “interlocutor privilegiado” de la oposición, González Laya ha dicho que Bruselas y Washington cooperarán para impulsar un cambio en el país caribeño.
La nueva Estrategia de Acción Exterior también contempla la importancia de mantener una buena relación Pekín, con la que recientemente la Unión Europea firmó un gran acuerdo de inversiones que facilitará la entrada de empresas europeas en el gigante asiático.
Mantener buenas relaciones es, a ojos de la ministra, importante para resolver cuestiones como la descarbonización del planeta que se abordarán en la próxima cumbre del clima en Glasgow, y en la que llegar a un acuerdo con China es imprescindible si se quieren resultados.
También ha hablado de establecer un enfoque más estratégico en la relación con Pekín y garantizar un juego limpio y competencia leal en el ámbito de las inversiones y tecnológico.
La pandemia de la COVID-19 ha sido uno de los temas más relevantes tratados en el evento, más aun teniendo en cuenta que estamos inmersos en la tercera ola y la campaña de vacunación.
La nueva Estrategia de Acción Exterior presentada por el ministerio recoge dos planteamientos principales respecto a la estrategia a seguir con el impacto de la pandemia. En primer lugar, la necesidad de un nuevo contrato social basado en economías competitivas, apertura de mercados, acceso a inversiones y generación de empleo, pero que ataque la raíz de las desigualdades. La ministra ha señalado que el progreso no solo debe medirse en base al crecimiento económico sino también en como “repercute en los ciudadanos”.
Por otro lado, la titular del ministerio de Asuntos Exteriores ha hecho referencia a la vulnerabilidad en determinados sectores que la Unión Europea ha demostrado durante la pandemia debido a la dependencia de fuentes de suministro limitadas. Cuestión que a su parecer deben abordar los socios comunitarios no necesariamente produciendo todo lo necesario sino garantizando stocks estratégicos de insumos que ayuden “a ser mas resilientes en futuras crisis” y garantice la “autonomía estratégica”.
“Esta estrategia de acción exterior dedica una gran parte a la diplomacia económica”, ha dicho la ministra en respuesta a una pregunta realizada por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. La nueva estrategia del ministerio buscará cooperar con las comunidades autónomas y las grandes empresas, pero también con las pymes buscando su internacionalización.
Trabajar con los socios que quieren reglas claras para que el comercio siga abierto pero con “juego limpio” es otra de las prioridades del ministerio y es lo que la ministra ha asegurado que defenderán en organizaciones multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la OCDE.
Respecto a la aportación de España a la cooperación internacional y la defensa de los derechos humanos, la ministra ha destacado que nuestro país es referente en cuestiones como la defensa de los derechos de la población LGTB, de las mujeres y de las personas dependientes, y ha puesto como ejemplo concreto de la acción exterior en este sentido la resolución impulsada por España en la Asamblea General de Naciones Unidas para que las mujeres y las niñas no se queden atrás en la recuperación tras la pandemia. “El amparo de los derechos humanos es una seña de nuestra identidad exterior”, ha dicho.
En la defensa de los derechos humanos se optará por vía punitiva en el caso de violaciones graves, gracias al nuevo régimen de sanciones aprobado por la UE, y también por la vía preventiva mediante la transparencia.
La cooperación internacional será otra de las grandes prioridades mediante la modernización de la ley de cooperación y los instrumentos asociados, así como la AECID, adaptando todo ello al marco establecido en la agenda 2030. Hacer más partícipe a la sociedad civil y ONGs para “construir un ecosistema más coherente y coordinado”, será otra tarea del ministerio.