Mohammad Al-Tuwaijri, el saudí que quiere dirigir el comercio mundial
La OMC (Organización Mundial de la Salud) atraviesa una de las peores crisis de su Historia. Donald Trump ha bloqueado la elección de los miembros norteamericanos del organismo y la organización se ha quedado sin capacidad real para fijar una posición común. A esta circunstancia hay que añadir la dimisión de Roberto Azevedo como director general hace unas semanas. Aunque el propio Azevedo ya había avisado que dejaría su cargo antes de finalizar su mandato, el golpe para la organización ha sido fuerte y ahora se encuentra sin rumbo. A pesar de ello, no faltan candidatos para suceder al brasileño.
Hay ocho: tres africanos, dos europeos, dos asiáticos y un latinoamericano. Pero las tensiones internacionales y la creciente politización de las elecciones a la cabeza de las organizaciones internacionales podrían complicar el proceso de designación del nuevo director general. Entre ellos se encuentra Mohammad Al-Tuwaijri, exministro de economía y planificación saudí. También es ex piloto de caza y banquero. Su visión de la OMC es pragmática y aboga por el protagonismo de la OMC en los negociaciones internacionales y los nuevos acuerdos comerciales.
En la primera conferencia de prensa que Al-Tuwaijri ofreció como candidato, explicó la necesidad de tomar de nuevo las riendas de la OMC y “hacerla volar en el rumbo adecuado”, en alusión a su pasado como piloto de carrera. Durante ese encuentro, aseguró que la actual crisis es una oportunidad para la reforma de la institución. “La gente saca lo mejor de sí mismo durante las crisis”, asegura en declaraciones recogidas por Arab News. “El mundo ha cambiado significativamente en la última década, especialmente en los últimos años. Creo que el mayor problema que enfrenta la OMC hoy es día es el proteccionismo”, ha explicado en otras ocasiones.
Los mayores ataques contra la organización han venido precisamente del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Su administración ha bloqueado el nombramiento de dos de sus nuevos socios de su órgano de apelación, lo que le ha quitado capacidad a la OMC de facto para pronunciarse y fijar una posición común. Uno de los últimos grandes fracasos de la OMC, que al-Tuwaijri tendrá que solucionar, es la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Se estima que ambas economías se han dejado miles de millones de dólares y se han perdido decenas de miles de empleos.
Al-Tuwaijri ha apostado por proporcionar más información y transparencia a los propios miembros de la organización y ha subrayado la necesidad de proporcionar a los miembros una plataforma desde la que se sientan seguros para negociar. “Los países tienen que estar satisfechos, y si el proceso se rompe, se tienen que buscar soluciones fuera”, ha indicado. En este punto coincide la visión del egipcio Abdel-Hamid Mamdouh, otro de los candidatos a hacerse con el puesto de director general de la OMC, y ha afirmado que su prioridad en caso de resultar elegido sería reconstruir la función negociadora del organismo, que lleva casi una década sin lograr grandes acuerdos comerciales entre sus miembros. “Necesitamos trabajar juntos, con menor politización, de forma menos emocional y con mayor confianza”, subrayó el abogado egipcio en una rueda de prensa para explicar las razones de su candidatura.
Mamdouh presenta como uno de sus principales avales su larga experiencia en la OMC, ya que trabajó casi 35 años en este organismo y su antecesor, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), participando activamente en la Ronda de Uruguay, la negociación que supuso la transición entre uno y otro. “El director general no es un puesto ejecutivo tradicional, su principal papel es el de mediador, constructor de puentes, y para ello debe tener un conocimiento profundo de la OMC y experiencia en cómo funciona el sistema de comercio internacional”, argumentó. El candidato egipcio subrayó que el bloqueo actual de la OMC, tanto en materia de negociaciones comerciales como en su sistema de resolución de disputas, muestra la necesidad de reformar el organismo, lo que significaría “no cambiar la institución, sino el tratado firmado entre sus miembros como países soberanos”.
Azevedo ha liderado iniciativas dentro de la OMC sobre cuestiones relacionadas con el género, el acoso laboral y sexual o los abusos de poder. También ha abierto la organización al sector privado para captar nuevas ideas. A partir de este lunes la OMC queda en manos de cuatro directores generales adjuntos, que serán los responsables de las decisiones en sus respectivas áreas hasta que se elija a un director general. La elección del próximo responsable deberá concretarse antes del próximo 7 de noviembre.
El futuro jefe de la OMC tendrá por delante desafíos importantes como la preparación de la conferencia ministerial de 2021, la reactivación de las negociaciones y la resolución de los conflictos entre la organización y Estados Unidos. Todo ello en plena crisis económica mundial por la pandemia de la COVID-19. Washington considera que la OMC ha tratado a Estados Unidos de forma “injusta” y ha amenazado con abandonar la organización. Quiere que se renueve y desde diciembre bloquea el tribunal de apelaciones de su órgano de resolución de litigios.
“Estados Unidos quiere que el próximo director general comparta las preocupaciones estadounidenses, muchas de las cuales conciernen a China. Como el director general es elegido por consenso, esta posición firme complica la selección", explica el profesor de relaciones internacionales Manfred Elsig, del World Trade Institute en Berna en declaraciones recogidas por la agencia AFP. "Es posible que muchos miembros de la OMC quieran esperar hasta después de las elecciones, con la esperanza de un cambio de gobierno”, estima.