Pedro Canales
Las relaciones económicas entre Argelia y España son suficientemente densas como para que un posible desplome de la economía de este país norteafricano, afecte gravemente a España. Argelia no sólo es el principal proveedor de energía, gas natural y gas líquido, a la Península ibérica, sino que más de un centenar de grandes empresas españolas de todos los sectores (constructoras, desaladoras, cementeras, agroalimentarias, eléctricas, ferroviarias, energéticas, mecánicas, ingeniería, servicios, etc.) realizan contratos importantes con el país magrebí. La hipotética, y sin embargo posible, cesación de pagos de Argelia, acarrearía una grave crisis con su rebote en la economía española y europea.
Por estas razones, la entrevista hecha por Hadjer Guenanfa al ex primer ministro argelino Sid Ahmed Ghozali, y publicada por el portal digital argelino TSA, es ilustrativa y una llamada de alerta sobre los riesgos en que incurre el sistema económico en el país.
He aquí unos extractos de las declaraciones de Ghozali, que cobran un relieve importante teniendo en cuenta la trayectoria política del mismo. Sid Ahmed Ghozali es considerado como el mayor experto en cuestiones energéticas de Argelia. Ha sido repetidas veces el máximo responsable de la empresa monopolista de los hidrocarburos, SONATRACH, ministro de Economía, ministro de Finanzas y jefe de Gobierno.
A la pregunta del periodista acerca de las declaraciones del actual primer ministro, Ahmed Ouyahia, sobre la existencia tan solo de 50 mil millones de dinares en las arcas del Estado (el equivalente de 500 millones de dólares), Ghozali fue categórico: “El primer deber de un responsable político es decir la verdad a los ciudadanos, suministrándole las informaciones básicas necesarias para su vida cotidiana y su porvenir. En ambos casos, el Poder político es deficitario y además desde hace mucho tiempo.
- ¿Pero es normal que lleguemos a la actual situación?
- Se habrá podido dar cuenta de que desde hace más de tres años, solamente se habla del precio del petróleo. Detrás de esto hay una campaña de insidiosa diversión que tiende a incrustar en las cabezas de la gente que la precariedad de nuestra economía procede de un factor exterior que es el precio del petróleo. Se quiere preparar a la opinión pública a una cercana e inevitable reducción drástica de su nivel de vida, al tiempo que el poder político se exime de cualquier responsabilidad.
- ¿No es así?
- Hay otras causas además del derrumbe del precio del petróleo. Este ha puesto al desnudo una situación desastrosa, ocultada a sabiendas, de que vivimos de una riqueza que no hemos creado, y que se agota.
- El Poder, ¿oculta datos sobre el gasto público?
- Oculta todo a los argelinos. Durante más de 16 años, las Leyes del presupuesto se han hecho en base a una subestimación arbitraria y deliberada de los ingresos del Estado. Y cuando se fija arbitrariamente los ingresos por debajo de su nivel real significa que se sustrae subrepticiamente del control del Parlamento (Asamblea Nacional Popular) la mayor parte del Presupuesto del Estado en provecho del Ejecutivo que hace con él lo que le da la gana, lo que es violentamente contrario a la Constitución. En todos los países democráticos, es el Parlamento quien decide las rentas y gastos del Estado. Desde hace más de 16 años, el Ejecutivo ha usurpado las prerrogativas de la Asamblea.
- Pero el jefe de gobierno dice que la manera de fijar el precio de referencia del petróleo, muy por debajo de su precio real, mostraba la previsión del Estado…
- Absolutamente falso. ¿Por qué no previó entonces la crisis actual? ¿Por qué no aprovechó los 17 años de excedentes financieros para sacar el país de la dependencia de los hidrocarburos? El gobierno, ¿dijo algo cuando el precio era de 100 dólares barril o de 150 dólares? Jamás. Quiere hacernos creer que si había abundancia era debido a su gestión. Llegó incluso a devolver con anticipación la deuda exterior como en los años 80.
- Hasta que se desplomó el precio del barril…
- Exacto, llegó a alcanzar los 11 dólares en 1986, y Argelia comenzó a endeudarse en secreto. En 1983 había proclamado triunfalmente: “Nos hemos desendeudado!”, así que no podía tres años después anunciar que se iba a endeudar para comprar sémola de trigo. El resultado fue que en 1989 la deuda llegó al nivel insostenible del 70% de ingresos de la exportación.
- Entonces ¿duda de las cifras dadas por el primer ministro ante el Parlamento?
- Todas falsas. El gobierno intenta hacer creer que nuestros problemas están relacionados con la caída del precio del petróleo. La SONATRACH vendió su primer barril a 1,60 dólares; y en aquella época no había desempleados. En los primeros 17 años de exportaciones nuestros ingresos totales fueron de 25 mil millones de dólares. En cambio, en los últimos 18 años (durante los sucesivos mandatos de Abdelaziz Buteflika) nuestras rentas han superado el Billón de dólares. Es decir, 40 veces más.
- El Gobierno ha decidido recurrir al “financiamiento interno” para hacer frente a la crisis financiera. ¿Es eso mejor que endeudarse?
- Mire. Si usted pide dinero para dilapidarlo, hacer gastos onerosos o la corrupción, está empobreciendo el país, de eso no hay duda. Pero si se endeuda para desarrollar energía individuales y colectivas creadoras de riquezas perennes, está enriqueciendo el país. En este caso, la deuda es una práctica no sólo buena, sino indispensable.
- ¿Qué efecto puede tener la deuda interna no convencional?
- La devaluación del dinar y la caída del poder adquisitivo de los argelinos. Se hará en detrimento de los sectores vulnerables y de las clases medias de la población actual y futura. La máquina de imprimir es como crear billetes falsos para un falsificador. Es gastar más de lo que se gana.
- El primer ministro Ouyahia ha querido tranquilizar sobre la devaluación del dinar diciendo que nuestras reservas se elevan a 103 mil millones de dólares…
- Mire, la cotización oficial del dinar es fijada arbitrariamente: está sobrevaluado en relación al mercado. Si no, que nos expliquen la devaluación que ha sufrido estos últimos diez años, que ha perdido dos veces su valor.
- Usted era jefe de Gobierno cuando Argelia se encontró en suspensión de pagos. ¿Vamos de nuevo a esta situación?
- ¡Eso fue hace 25 años! Pero no existen los milagros. Salvo si nos apretamos realmente el cinturón, y reducimos las importaciones por ejemplo a la cuarta parte. Pero tenemos el ejemplo de Rumania: Ceausescu devolvió la deuda, sí, pero dejó un país en la miseria, de la que no se ha repuesto treinta años después.
- Cada día hay más gente que pide que se aplique el Articulo 102 de la Constitución que prevé la incapacidad para el presidente para ejercer sus funciones. ¿Qué piensa?
- El presidente de la República está al parecer en un estado de salud que nadie quiere que perdure, pero que no es el más adecuado para ejercer sus responsabilidades políticas. Esto dura desde 2005, y no sólo estos últimos 4 años. Pero ello no ha impedido un cuarto mandato, de 2014 a 2019. Según la Constitución, el presidente es elegido por el pueblo. La práctica no es así; lo hemos podido observar todos desde hace decenios. Por lo tanto, el problema no está relacionado con el presidente de la república. La enfermedad más grave no es la de la persona. Es el rechazo de un sistema político gastado hasta la médula y que se niega a tratar su propia enfermedad.
- ¿Quién asume la responsabilidad de la crisis en la que se encuentra Argelia?
- Algunos dicen que es la culpa de un hombre, un ministro, un primer ministro o incluso el jefe del Estado. Argelia vive una situación surrealista. Yo rechazo que se me asocie al engaño permanente que se perpetra contra el pueblo.
- ¿Cree que el presidente Buteflika podría presentarse para un nuevo mandato en 2019?
- Por supuesto. Ya hubo una “campaña electoral” en 2013, cuando el candidato ni siquiera podía desplazarse. Si Dios le alarga la vida y consigue recuperarse, lo que yo le deseo personalmente, no hay ninguna razón para excluir un quinto mandato, e incluso un sexto. El Presidente no habría tenido un segundo, un tercero o un cuarto mandato, sin la bendición de la maquinaria del sistema. En realidad, no habría tenido ni siquiera el primer mandato.
- Pero la Constitución enmendada, le impedirá un sexto mandato, ¿no?
- ¿Es que hemos visto alguna vez que les preocupe hacer lo que les dé la gana con la Constitución? En 2003, el presidente declaró que era “anti-democrático” limitar los mandatos, y el articulo de la Constitución que hablaba de ello se suprimió. Hoy esa limitación se vuelve a restablecer. Lo que ayer era anti-democrático, hoy es democrático.
- La “presidencia a vida” es sólo voluntad de Abdelaziz Buteflika, o del sistema?
- No basta con querer morir presidente. Eso es una prerrogativa divina. En nuestro país, el sistema posee los medios físicos, materiales, políticos y coercitivos para constitucionalizar la presidencia a vida. Es un sistema político que no rinde cuentas a nadie. Puede exigir cuentas a todos, imitando a Dios, pero no rinde cuentas a ninguno.
- La solución a esta crisis ¿podría venir del Ejército?
- Cuando se habla del Ejército Nacional Popular hay que precisar de qué y de quién se trata. La parte militar de la sociedad es tan plural y diversa como la parte civil. El militar X es como usted o como yo. En la sociedad argelina no hay por una parte los militares y por otra los civiles. Dicho esto, cuando en los comunicados oficiales leemos que “el Ejército se ha retirado de la vida política en 1989”, hace 28 años, es falso. Por qué no confesar claramente que tiene un papel que jugar. Su intervención es indispensable en toda situación transitoria. En una situación normal no es bueno que los que tienen el poder sean los que tienen las armas remplazando a las instituciones. Pero no estamos en una situación normal. El paso de una situación de poder autoritario a un poder democrático implica una transición durante la cual las instituciones tienen necesidad de ser protegidas contra el aventurismo. Y ¿quién tiene el poder para defenderlas? El Ejército, que es el único poder social organizado.