Préstamos o transferencias para hacer frente a la crisis del coronavirus, la nueva batalla que se libra en el seno de la UE
La crisis del coronavirus ha traído de nuevo los debates de la última crisis financiera a la Unión Europea. Entonces, el sur pedía eurobonos para emitir deuda europea y el norte se negaba. La solución fue habilitar rescates financieros, acceso a dinero a tipos de interés más bajos para los países en apuros, pero a cambio de realizar reformas políticas. Cuando el BCE (Banco Central Europeo) estaba a punto de retirar los estímulos monetarios y los bajos tipos de interés que tanto ayudaron a los europeos durante la última recesión, llegó la pandemia de coronavirus al continente. Los estragos económicos del virus no se han hecho esperar y la UE ha reaccionado con la creación de un fondo para la reconstrucción. Lo que aún no está claro es cómo se repartirán las ayudas. Mientras el norte aboga por préstamos con condiciones, el sur solicita transferencias a fondo perdido.
Diez años después de la crisis, parece que los escenarios se repiten. España e Italia, dos de los países más golpeados por el coronavirus, proponen mutualizar la deuda, que se entregue dinero a fondo perdido para aliviar la grave situación que atraviesa el sur. España ya ha sufrido en el primer trimestre del año una recesión del 5,2% del PIB, la más grande desde hace un siglo. Son cifras aterradoras que tan solo reflejan el daño causado por dos semanas de confinamiento. Con Países Bajos a la cabeza, los socios del norte se muestran dispuestos a tender la mano, pero advierten de que las ayudas europeas tienen que acarrear condiciones y deben ser devueltas.
Los dos grandes escollos que aún deben aclarar los socios sobre el fondo de reconstrucción son las dimensiones del mismo y qué porcentaje será en forma de transferencia y cuánto se realizará a través de préstamos. España, Francia e Italia apuestan porque todo el dinero llegue como ayudas. Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca exigen que se haga todo a través de préstamos.
“Italia tienen una deuda muy alta y una situación financiera muy comprometida. Nosotros no creemos que endeudarse sea una solución. Apostamos porque la ayuda europea que se conceda en esta crisis sea similar a lo que se hace con los fondos de cohesión: dinero que se entrega a fondo perdido para que las economías europeas lleguen a la convergencia”, explica Jonás Fernández, eurodiputado del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas y economista.
La familia socialista de la Eurocámara apuesta por las transferencias. “Se ha hecho una declaración conjunta del grupo y los socialistas holandeses lo han firmado, aunque su gobierno esté en contra”, asegura el europarlamentario. Dentro de la familia conservadora todavía no hay un consenso y conviven varias posturas, según explica el eurodiputado socialista.
A diferencia de la última crisis, esta vez el sur tiene un potente aliado: Francia. Emmanuel Macron, presidente galo, se ha mostrado partidario de las transferencias, a pesar de las negativas de Alemania. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, también reveló una postura favorable con el sur durante la última cumbre europea. “Nos preocupa que están subiendo las primas de riesgo de algunos países. El riesgo es que actuemos demasiado tarde y que el sector financiero se contagie. Y sobre todo de una asimetría creciente en las deudas y de un fraccionamiento del mercado europeo”, sentenció la directiva. Incluso la presidenta de la UE, la alemana Ursula Von der Leyen, defendió durante la última cumbre europea una potente intervención europea que evite que el coronavirus resquebraje los cimientos de la UE.
“La postura de Angela Merkel [presidenta de Alemania] es muy contundente: no quiere transferencias sin condiciones y el parlamento holandés ha votado contra la mutualización de la deuda. Estos países no se fían del sur, pero tampoco se pueden arriesgar a que quiebren porque eso supondría una subida generalizada de los tipos de interés para todos”, explica Emilio González, profesor de Economía Mundial en la Universidad Pontificia de Comillas.
Este docente señala que uno de los principales problemas que todavía tienen los socios comunitarios del sur es la falta de confianza de sus finanzas. “Reino Unido ha llegado a tener una deuda pública de cerca del 200% del PIB, pero los inversores siempre se han fiado de que la devolverían”, expone.
Aunque muchas han sido las lecciones aprendidas durante la última crisis y la UE ha mejorado sus mecanismos y ha reaccionado más rápido esta vez, el enfrentamiento entre norte y sur se han vuelvo a relucir a raíz del coronavirus. “Los países del sur tienen que mostrar un compromiso mayor con las reformas y el saneamiento de sus finanzas y el norte aún tiene que desprenderse de una visión que les coloca a ellos como los que están pagando todos los excesos de sus socios. Ellos también se han beneficiado mucho de la UE vendiendo sus productos en el mercado común”, asegura el profesor Emilio González.
La competencia entre las empresas europeas también puede verse dañada en la actual crisis y es otro de los focos de preocupación para la UE. Mientras algunos países tienen margen en sus presupuestos para ayudar a sus empresas, como Alemania, otros socios no disponen de un “colchón” con el que rescatar a sus compañías.
Durante la última cumbre europea, tanto Lagarde como Von der Leyen señalaron la ventaja competitiva de las empresas alemanas. Angela Merkel no dudó en defender que las ayudas que su ejecutivo está proporcionando a sus empresas serán beneficiosas para todos los europeos. “Se está ayudando a las aerolíneas y los ejecutivos que pueden apoyarán a sus compañías. Es algo que tenemos que tratar y resolver porque es una distorsión clara de la competencia”, concluye el eurodiputado socialista Jonás Fernández.