Moscú explica que los 1.100 millones de dólares en dinero libio interceptado en Malta es un envío legítimo para el Gobierno del este del país norteafricano

Rusia niega que fabrique dinero falso para Libia como asegura Estados Unidos

PHOTO/REUTERS - Un hombre utiliza una máquina para contar dinares libios

Rusia ha rechazado las acusaciones por parte de Washington de haber fabricado moneda falsa para Libia este sábado, según ha informado la agencia Europa Press. Estados Unidos ha señalado que los 1.100 millones de dólares en dinero libio interceptado en Malta ha sido fabricado por la empresa estatal rusa Goznak, aunque Moscú ha justificado que se trata de dinero legítimo para el Gobierno del este del país norteafricano. Rusia ha destacado que en 2015 se firmó un contrato entre Goznak y el presidente del Banco Central de Libia ratificado por el Parlamento del país. La parte libia realizó el pago previo necesario y tras ello, la organización rusa realizó el envío al Banco Central ubicado en Tobruk la carga con billetes libios. 

“No se trata de dinares libios falsos, lo que no se ajusta a la realidad son las declaraciones estadounidenses”, ha destacado el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. “El dinero mencionado se necesita para apoyar el funcionamiento estable de toda la economía libia”, ha subrayado Moscú. Rusia ha recordado que en estos momentos hay dos bancos centrales operativos en el país, uno con sede en Trípoli a las órdenes del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) avalado por la ONU y otro en Benghazi, cuyo presidente fue nombrado por el Parlamento libio democráticamente electo. 

Esta duplicidad institucional tiene su origen en las elecciones parlamentarias de 2014, que dividieron las administraciones. Las instituciones asentadas en el este, reconocidas anteriormente por la comunidad internacional, y el Gobierno de unidad, surgido de un acuerdo en 2015, consiguieron pactar su unificación desde entonces. 

Apoyo ruso para el mariscal Jalifa Haftar

Estados Unidos y otras fuentes independientes han indicado que Rusia está enviando aviones y personal a Libia con el objetivo de apoyar al conocido como ‘hombre fuerte’ de Libia, el mariscal Jalifa Haftar, comandante del Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés). Así, Rusia estaría tratando de recuperar la influencia que perdió en el norte de África tras la caída de Muammar Gadafi. 

Rusia tiene intereses económicos en Libia, una relación histórica con Trípoli y objetivo geopolíticos. Vladimir Putin intenta ahora relanzar esos lazos históricos, políticos y militares con los países de la zona, como contrapeso a la influencia de los países occidentales y el nuevo líder regional, Turquía. Aunque la presencia rusa no es oficial, sino que se ha recurrido a los mercenarios del grupo Wagner. 

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, principal apoyo del gobierno de Fayez al Sarraj, ha llegado a indicar que, si Moscú continúa con su intervención en Libia, podría convertirse en “una segunda Siria”.  Bloomberg documentó el pasado septiembre que Rusia había enviado más de un centenar de mercenarios a Libia para luchar con el mariscal Jalifa Haftar. El mes pasado, The New York Times citaba sobre el terreno fuentes militares y diplomáticas que elevaban la cifra a 200. Según el Gobierno de Trípoli, serían entre 600 y 800.

No es la primera vez que se sitúa a mercenarios rusos en Libia. En el 2018 el diario británico The Sun publicó que decenas de agentes del GRU (inteligencia militar rusa) se hacían pasar por mercenarios del grupo Wagner en las ciudades de Tobruk y Benghazi, en el este del país bajo control del Ejército Nacional Libio del mariscal Haftar. El periódico ruso RBK aseguró que Moscú había enviado tropas al país africano. Pese a estas publicaciones, el Kremlin ha negado su participación en el conflicto de manera oficial.