El sector privado no petrolero emiratí registra cifras de crecimiento récord en dos años
Los países del Golfo mantienen una fuerte dependencia del ‘oro negro’. El petróleo es la columna vertebral que estructura sus economías, sin embargo, más que un factor positivo se trata de un lastre para los Estados cuando las crisis inciden sobre el sector de los hidrocarburos. Toda su economía se ve dañada. Precisamente, una de las lecciones de la pandemia ha sido esa: apostar por una diversificación económica que reduzca al mínimo la dependencia del petróleo.
En ese cometido se encuentran, sobre todo, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Por el momento, el éxito en sus respectivas campañas ha sido relativo. Si bien ambos Estados han puesto la primera piedra, aún queda un largo camino por delante para blindarse ante posibles crisis similares a la causada por la COVID-19, que hundió los precios del petróleo con una caída superior al 20% a finales de 2020. El revés, sumado a la guerra de precios entre Moscú y Riad, afectó a todos los exportadores.
Emiratos va por delante. Abu Dhabi concentra para sí el poder comercial y financiero de la península Arábiga gracias a su capacidad para atraer empresas regionales e internacionales. Este motivo llevó a Arabia Saudí a rivalizar con su vecino, dando comienzo a una guerra sin cuartel por tentar al sector privado y generar ingresos más allá del sector energético. Para ello, los dos Estados amoldan leyes a gusto del inversor e impulsan una transformación económica que en Riad tiene nombre: Plan Visión 2030.
La crisis de la COVID-19 terminó por extenderse y ramificarse para incidir sobre los sectores económicos restantes. Un factor que limitó a su vez las expectativas de diversificación marcadas por los países del Golfo a principios de 2020. Sin embargo, Emiratos comienza a recoger los primeros frutos después de unos meses de impasse y abona su plan de competir no contra las capitales regionales, sino globales.
La tasa de crecimiento del sector privado no petrolero emiratí pasó del 52,2 registrado en junio a un puntaje de 54,0, cifras de crecimiento récord en dos años, según el Índice de Gerentes de Compra (PMI) de los Emiratos Árabes Unidos. Este indicador económico refleja la situación económica que atraviesa un país a través de informes y encuestas mensuales de empresas manufactureras pertenecientes al sector privado. Las realizadas este mes de julio indican que, a causa del aumento de la demanda, el crecimiento promete ser exponencial en los próximos meses.
El sector privado ajeno al sector energético emiratí intuye que la relajación de las restricciones de la COVID-19 y la celebración de la Expo 2020 de Dubái a finales de 2021 provocarán una mejora de las condiciones económicas. El optimismo viene de la mano de esta subida, que a su vez trajo consigo un repunte de la producción a 57,1 en julio desde 53,6 en junio. La encuesta arroja, además, un aumento del empleo. Las compañías siguen contratando personal ante el aumento exponencial de las ventas. Pese a las tímidas cifras reveladas por el informe, se trató de la tasa de creación de empleo más rápida desde principios de 2019.
Los datos parecen responder a las medidas puestas en marcha por las autoridades emiratíes. El pasado 1 de agosto entró en vigor una nueva distensión de los requisitos para emprender en el país. Los esfuerzos de la administración van en esta dirección, esto es, facilitar lo máximo posible las labores del sector privado y engrosar la máquina económica que permita hacer de contrapeso al sector petrolero.