Siria inicia el proceso para aumentar la producción de electricidad y combustibles

Refinería de petróleo - REUTERS/ ISMAIL ZITOUNY
La guerra ha devastado los sectores energético y eléctrico del país

Las autoridades sirias han empezado a trabajar en la implementación de medidas para rehabilitar la infraestructura de refinerías, oleoductos, estaciones y redes eléctricas, con el fin de aumentar la producción de combustibles y electricidad. Sin embargo, este esfuerzo requiere inversiones millonarias.

Desde hace años, los ciudadanos sirios enfrentan extensos racionamientos de electricidad, que superan las 20 horas diarias, como resultado de la escasez de combustible y gas esenciales para el funcionamiento de las centrales eléctricas.

Desde su estallido en 2011, la guerra ha devastado los sectores energético y eléctrico de Siria. Por un lado, los principales yacimientos de petróleo y gas han quedado fuera del control de las autoridades, y por otro, las estaciones de generación y los oleoductos han sufrido graves daños a causa de los combates.

Además, las sanciones económicas impuestas por Occidente durante el régimen del derrocado presidente Bashar al-Assad han bloqueado el acceso regular de buques petroleros al país, limitándose únicamente a algunos envíos procedentes de Irán, los cuales no son suficientes para cubrir las necesidades del mercado local. 

Las autoridades han iniciado la rehabilitación de la refinería de Baniyas, la instalación de refinación de petróleo más grande de Siria, tras la suspensión de sus operaciones debido a la interrupción del suministro de crudo de Irán, que representaba la mayor parte de las importaciones petroleras del país.

Ibrahim Muslim, director de la refinería, ha confirmado a Bloomberg Al-Sharq que se han realizado trabajos de reparación en la instalación con el objetivo de reactivarla y aumentar su capacidad de producción, pasando de los 90.000 barriles diarios actuales a 110.000 barriles por día.

Esta refinería es una de las dos clave para las autoridades sirias en el suministro de la demanda local, dado que la capacidad de la refinería de Homs es de aproximadamente 100.000 barriles por día. La instalación de Baniyas produjo su última remesa de derivados del petróleo el 13 de diciembre pasado, apenas cinco días después de la caída del régimen de Bashar al-Assad.

Bashar Al-Assad - PHOTO/FILE

Muslim explicó que la refinería está actualmente lista para reanudar la refinación en cuanto lleguen los envíos de petróleo crudo. Sin embargo, señaló que se están realizando preparativos para concluir una operación de mantenimiento integral en la última parte de este año, lo que incrementará considerablemente su capacidad operativa.

Además, las líneas que transportan crudo desde los campos sirios en el este del país requieren reparaciones antes de que puedan reanudar el transporte de petróleo una vez que los campos comiencen a producir de nuevo.

La guerra devastó el sector de los combustibles fósiles, como resultado del colapso económico general, lo que convirtió a Siria en un importador neto de energía. Actualmente, el país depende de las importaciones para cubrir el 95 % de sus necesidades de petróleo.

Según Muslim, el regreso de la producción de crudo en Siria permitirá asegurar un suministro estable a la refinería, lo que facilitará la continuidad en la producción de diversos derivados, como gas nacional, gasolina, diésel y otros.

Planta de tratamiento de gas - REUTERS/ZOHRA BENSEMRA 

Por su parte, el ministro de Petróleo y Recursos Minerales, Ghiyath Diab, anunció este lunes la convocatoria de licitaciones públicas para la compra de petróleo y sus derivados, según informó la agencia oficial de noticias Siria. El objetivo, destacó, es "lograr eficiencia en las importaciones y proporcionar un entorno competitivo en el sector energético, caracterizado por la transparencia y la confianza de todos".

Los actuales funcionarios atribuyen el deterioro de la refinería a las sanciones impuestas al país, que han dificultado el suministro de repuestos y materias primas esenciales para su operación, lo que ha puesto en riesgo su funcionamiento y la ha hecho vulnerable a posibles averías.

Desde el estallido de los disturbios hasta la caída del régimen de Assad, Siria perdió una gran cantidad de sus instalaciones eléctricas. Antes de 2011, la producción de energía era de aproximadamente 6.000 megavatios, frente a los 9.000 megavatios que necesitaba el país.

Cables de energía eléctrica - REUTERS/RAFAEL MARCHANTE

Actualmente, la compañía eléctrica de la gobernación de Tartus está llevando a cabo trabajos de mantenimiento y rehabilitación de la red, con el objetivo de aumentar las horas de disponibilidad del servicio. Según explicó su director general, Muhammad Al-Diri, se espera que, para el próximo mes de abril, el servicio de electricidad en el país pueda superar las dos horas diarias actuales.

A principios de este mes, Turquía y Qatar enviaron dos barcos generadores de electricidad a Siria, con una capacidad total de 800 megavatios, lo que representa aproximadamente la mitad de la producción actual del país.

Los dos barcos contribuirían a aumentar la cuota de electricidad per cápita en aproximadamente un 50 %, según indicó Khaled Abudi, director general de la Corporación General de Transmisión y Distribución de Electricidad.