Un panel virtual analiza los efectos de la pandemia en África y la importancia del comercio con Turquía para amortiguar las consecuencias económicas de la COVID-19

Turquía y África: más allá de una alianza en tiempos de coronavirus

PHOTO/AFP - Mineros en el asentamiento Wonderkop en Marikana, cerca de Rustenburg, Sudáfrica, el 15 de mayo de 2020

Más de tres décadas después de solicitar la adhesión a la Unión Europea, Turquía se ha alejado de Bruselas y ha reorientado su diplomacia hacia África. El Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu, admitió en vísperas del Día de África que su país desea seguir “fortaleciendo sus relaciones con este continente sobre la base de una visión de que ‘todos ganamos’ y sobre el respeto mutuo”. El diplomático turco considera que esta alianza y el “desarrollo alcanzado en los últimos años en diversos ámbitos nos permiten mirar al futuro con esperanza, a pesar de los graves desafíos actuales”. 

Los factores climatológicos, demográficos, socioeconómicos y políticos que definen al continente africano han llamado la atención de Turquía, quien se ha esforzado por “ampliar sus relaciones económicas y comerciales” con África, así como en aumentar la ayuda humanitaria para evitar la posibilidad de una catástrofe en el continente por la llegada del coronavirus. 

En esta misma línea, Ankara ha aumentado el número de becas para estudios superiores y ha incrementado la cifra de vuelos de Turkish Airlines. En un discurso que ha sido recogido por la Agencia de Noticias de Nigeria (Agence Nigérienne de Presse), Çavuşoğlu, ha subrayado tras recordar los logros de su país en la esfera de la diplomacia en África que “el interés de Ankara por este continente, con el que mantiene vínculos históricos y humanos, no es nuevo”.

En muchos países de África, el doble desafío del conflicto y el coronavirus amenaza a millones de personas, sobre todo a aquellas que han perdido sus empleos por las medidas adoptadas por los Gobiernos para reducir el impacto de esta pandemia. Para el vicepresidente del Banco Africano para el Desarrollo Regional, la Integración y la Creación de Empresas, Khaled Sherif, “el comercio y el estímulo son necesarios para amortiguar los efectos económicos de la actual crisis sanitaria y aumentar la capacidad de recuperación de las economías africanas ante futuras crisis”. 

Un vendedor ambulante en la calle en el municipio de Tembisa

Un panel virtual patrocinado por la Junta de Relaciones Económicas Exteriores de Turquía (DEIK) titulado ‘Respuesta multilateral a la crisis de la COVID-19: Asociación Turquía-África’ ha analizado los efectos de esta pandemia en el continente africano y la importancia del comercio con Turquía para hacer frente a las consecuencias económicas de la COVID-19. 

En este encuentro virtual, el director general de acuerdos internacionales y asuntos de la Unión Europea del Ministerio de Comercio de Turquía, Husnu Dilemre ha destacado los fuertes vínculos diplomáticos que existen entre Turquía y gran parte de los países de África y ha indicado que Ankara cuenta con más de 42 embajadas en este continente. “Nos estamos asegurando de que, incluso en el presente, con las severas medidas que se utilizan para controlar la propagación de la pandemia, el comercio continúe sin restricciones. Creemos que la COVID-19 no debe ser una excusa para restringir el comercio”, ha manifestado. 

Por su parte, el secretario general de la Zona Continental de Libre Comercio de África (AfCFTA) Wamkele Mene ha incidido en que “las condiciones sobre el terreno no permiten que se inicie un comercio creíble como nos habían indicado los jefes de Estado de las diferentes naciones”. A pesar de que la vuelta a la nueva normalidad en el marco del AfCFTA tenga que esperar unas semanas, Mene considera que la Zona de Libre Comercio, una vez en funcionamiento, actuaría como un estímulo para el continente. “El paquete de estímulo para nosotros tiene que ser para implementar este acuerdo. Impulsar el comercio interafricano y posicionarnos para un crecimiento interanual sobre la base de este acuerdo comercial”, ha asegurado, en declaraciones que han sido recogidas por el digital Modern Diplomacy. 

Celebrar África en mitad de una pandemia 

El 25 de mayo se celebra el Día de África para conmemorar la fundación de la Organización para la Unidad Africana en 1963. Varias décadas después, en 2002, este ente se convirtió en lo que hoy conocemos como Unión Africana (UA). En su discurso para alabar la alianza entre Turquía y África, el ministro turco Mevlüt Çavuşoğlu, ha hecho memoria para recordar que “al crear la Unión Africana, los dirigentes africanos se fijaron objetivos que contribuirían a la unidad del continente en la lucha por la emancipación de sus pueblos”. 

Medio siglo después de que se creara este organismo, Çavuşoğlu insiste en que “la asociación entre su país y África se ha basado desde su inicio en una política de apoyo incondicional a los objetivos que se ha fijado el continente” y ha resaltado que “el África con la que estamos orgullosos de estar asociados es el África del espíritu de 1963 y de los objetivos 2063 de la Unión Africana”. 

El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu

África ha tenido que celebrar este año su día en medio de una crisis sanitaria sin precedentes que, en este continente, ha afectado principalmente a Sudáfrica, Egipto y Argelia. Sin embargo, para Turquía, sus aliados en el continente africano “han adoptado las medidas necesarias en base a su experiencia en la lucha contra las enfermedades epidémicas”, una experiencia que les ha permitido reducir las tasas de infección y de mortalidad en el continente. “Esperamos sinceramente que esto continúe y que la enfermedad sea eliminada lo antes posible”, ha aseverado. 

En este mismo contexto, Turquía ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para buscar “soluciones de manera colectiva”, alegando que “el mundo después de la COVID-19 debería ser un mundo que requiera más cooperación internacional que antes, no menos. Turquía está dispuesta a hacer su parte a este respecto junto con otros países”. “Creo sinceramente que África contribuirá no sólo al bienestar de sus propios pueblos, sino también al orden mundial en los años venideros y que la asociación entre Turquía y este continente será un ejemplo en el nuevo orden mundial post-epidémico en el que la solidaridad se convertirá en lo más importante”, ha concluido el diplomático turco. 

Una mujer pasa por delante de las mercancías apiladas en una mesa en el mercado congoleño de Luanda
La importancia de una alianza comercial para hacer frente a la COVID-19 

El ministro de Comercio de Turquía ha informado de que el comercio bilateral del país con África se situó en 23.800 millones de dólares en 2018, y las exportaciones de Turquía en 14.400 millones de dólares en el mismo período. La diplomacia económica y humanitaria se ha convertido en la gran estrategia de Turquía para recuperar el liderazgo perdido, tanto en el continente europeo como en el africano. Así, la nación euroasiática ha expandido sus redes de ‘soft power’, al tratar de responder a las peticiones de ayuda de varios países. El deseo de liderazgo regional de Turquía ha provocado que, en mitad de una crisis sanitaria, Ankara haya decidido aumentar su influencia en el continente africano. 

Sin embargo, esta alianza no es todo un camino de rosas. El vicepresidente del Banco Africano, Khaled Sherif, ha advertido de que la gran dependencia del continente de los productos básicos para las exportaciones, la falta de redes de seguridad social o la necesidad de importar alimentos básicos, ponen en peligro la recuperación económica de los países una vez que se supere la crisis del coronavirus. En estos momentos, este organismo está trabajando con otros socios para amortiguar el impacto económico de esta pandemia. “Entre el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo, todos se están uniendo para ver qué tipo de estímulo podemos proporcionar a los países que están pasando apuros fiscales”, ha aclarado. 

El presidente y director general del Banco de Comercio y Desarrollo, Admassu Tadesse se ha mostrado optimista al hablar de los sectores que menos afectados se han visto por esta pandemia. “El sector agrícola sigue funcionando bien. Solo entre enero y ahora hemos fabricado más de 500 millones de dólares de fertilizantes como importaciones”, ha dicho en declaraciones recogidas por Modern Diplomacy. Aun así, ha destacado la importancia del libre comercio para acelerar el comercio en su continente. “Llevará algún tiempo llegar realmente a ello, pero las medidas complementarias para apoyar la industrialización y la adición de valor en diversos sectores, darán en realidad a ese impulso el ritmo que necesita”.

Mercado de carretera en Lagos, Nigeria
Más allá de la diplomacia económica: la cooperación en materia de defensa 

En este contexto, Turquía ha continuado enviando contingentes de mercenarios y material militar a las milicias del Gobierno de Acuerdo Nacional en Libia. El número de reclutas que se encuentran en Libia ha aumentado a 10.100 combatientes, incluido un grupo de mercenarios no sirios, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. 

Ankara también ha intensificado su cooperación en materia de defensa con Túnez. El portal Defensa.com informaba a finales de mes de abril de la venta por parte de la empresa turca Aselsan de una gran cantidad de sistemas portátiles de interferencia de frecuencia Kangal a Túnez. Estos sistemas supuestamente se instalarían en vehículos de transporte de tropas y los protegerían contra ataques o emboscadas. En los últimos meses, la nación euroasiática se ha convertido en uno de los proveedores más importantes de Túnez, algo que no ven con muy buenos ojos algunos países del Mediterráneo como Francia o Grecia. 

El portal web Africa Intelligence informó el pasado mes de febrero de que el Ejército de Túnez tenía previsto comenzar a operar drones armados de las Industrias Aeroespaciales Turcas (TAI). Según esta información, el conglomerado estatal turco firmó un primer contrato de exportación para su modelo Anka en enero. Este contrato se firmó apenas un mes después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visitase por sorpresa Túnez, donde habló con su homólogo sobre el conflicto de Libia y sobre las tensiones regionales provocadas por el reciente acercamiento entre Ankara y el Gobierno de Unidad de Libia (GNA). El distanciamiento entre Ankara y Bruselas es tan solo uno de los factores que ha provocado que Turquía de mayor protagonismo a sus relaciones diplomáticas con África, unas relaciones que, en tiempos de pandemia, se han visto más reforzadas que nunca en algunos aspectos. 

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