Vladimir Potanin, el oligarca ruso que ha logrado esquivar las sanciones de Occidente
La invasión rusa sobre Ucrania ha supuesto un duro golpe para las economías y los intereses de ciertos magnates rusos vinculados al presidente Vladimir Putin. Tanto Estados Unidos como la Unión Europa han impuesto sanciones contra estos oligarcas por su relación con la guerra y por su apoyo al Kremlin.
Sin embargo, uno de ellos ha logrado escapar de las listas negras occidentales debido a la gran relevancia de su compañía en el mercado global. Vladimir Potanin (Moscú, 1961), el segundo hombre más rico de Rusia, dirige la empresa minera y metalúrgica Nornickel, la mayor productora de níquel y paladio a nivel mundial.
De acuerdo con estimaciones del portal Celebrity Net Worth, su patrimonio está valorado en 70.000 millones de dólares, aunque, por otro lado, medios de comunicación como Forbes afirman que podría superar los 200.000 millones.
El apodado rey del níquel posee el 15% del níquel y el 40% del paladio del mundo, dos elementos fundamentales en la industria del automóvil y en la producción de semiconductores. Por este motivo, el apellido Potanin no figura dentro de las listas de las sanciones occidentales, ya que de incluir al magnate ruso aumentaría el precio de los dos metales, afectando directamente a todo el sector automovilístico.
Potanin no solo ha sorteado las sanciones occidentales, sino que también, desde la guerra, ha logrado incrementar su imperio. El mes de abril, el holding de inversiones del oligarca -Interros- volvió a adquirir Rosbank de la marca francesa Société Générale (SocGen), que había comprado la entidad bancaria rusa a Potanin años antes.
Asimismo, en los últimos meses Interros se ha hecho con Tinkoff Bank, uno de los bancos privados más importantes de Rusia; y con United Card Services, la rama rusa de la firma estadounidense de pagos Global Payments.
Mientras Europa trata de rebajar su dependencia hacia la energía rusa, la empresa de Potanin continúa produciendo metales para el continente. En 2021 Nornickel representó el 27% de las importaciones de níquel de Europa, según datos de Wood Mackenzie recogidos por Forbes.
Además, la compañía rusa también tiene una planta de producción de materiales para baterías en la ciudad finlandesa de Harjavalta, construida junto con el gigante químico alemán BASF. De acuerdo con un comunicado de la compañía alemana, esta planta “refuerza el apoyo de BASF a la agenda de la Comisión de la UE hacia una cadena de valor de producción de baterías europea”.
El níquel y paladio representan dos pilares clave para industria europea. Por otro lado, aunque Estados Unidos no dependa tanto de Rusia en este aspecto, si se impusiesen sanciones contra Nornickel los precios subirían en todos los lugares del mundo, tal y como asegura a Forbes Nikhil Shah, jefe de investigación de níquel en CRU Group.
Por este motivo, la importación de níquel “está excluida de muchas prohibiciones establecidas en las regulaciones de sanciones de la UE”, recuerda a la revista económica Sebastiaan Bennink, socio de BenninkAmar, un bufete de abogados holandés especializado en sanciones comerciales.
No obstante, desde la Comisión Europea han trasladado a Forbes que “nada está descartado”, según afirmó Paloma Hall Caballero, portavoz del organismo.
La situación actual convierte a Potanin en el oligarca ruso más poderoso actualmente, exento de las sanciones occidentales a diferencia de otros magnates también cercanos al Kremlin. Su inmunidad ante las listas negras de la UE y Estados Unidos incluso ha provocado que su relación con Putin se estreche. Según explica el Financial Times, mientras que los otros oligarcas, incluido Abramovich, comenzaron a sufrir los efectos de las sanciones, Potanin usó sus activos para comprar participaciones en los principales bancos rusos, convirtiéndose en el principal apoyo económico del Gobierno ruso.
Aunque no solo el Kremlin sale beneficiado. Se calcula que el patrimonio de Potanin ha aumentado 10.000 millones de dólares desde el comienzo de la guerra en Ucrania.
Los vínculos de Potanin con el Estado ruso se remontan a la época de la Unión Soviética, cuando el magnate trabajó en el Ministerio de Comercio de la URSS. Posteriormente, tras la caída del imperio soviético, Potanin ocupó el cargo de primer viceministro por un corto período de tiempo durante el Gobierno del Boris Yeltsin y creó su su holding financiero Interros.
Sin embargo, a pesar de ser uno de los hombres de confianza de Putin, Potanin también ha alzado la voz y ha criticado ciertos planes del Kremlin, como la iniciativa de Moscú de confiscar los activos de las empresas extranjeras que abandonan el país debido a las sanciones y a la guerra en Ucrania.
"Yo pediría que se abordara con mucha cautela la cuestión de las confiscaciones de las empresas que han anunciado su salida de Rusia. Esto nos llevaría cien años atrás, al año 1917, y las consecuencias de tal paso serían la desconfianza mundial de los inversores hacia Rusia, que se sentiría durante muchas décadas”, afirmó Potanin a través de un comunicado en Telegram.
El rey del níquel también predijo que las empresas occidentales volverían a Rusia, explicando tomaron la decisión de irse debido a “una presión sin precedentes sobre ellas a causa de la opinión pública en el extranjero”. “Personalmente, yo mantendría una oportunidad para ellas”, añadió.