Japón conquista un éxito parcial donde Rusia obtuvo un fracaso total
Japón acaba de posar con éxito sobre la superficie lunar la astronave robótica SLIM, con lo que se posiciona en el quinto lugar de la reducida lista de naciones que han logrado tal hazaña: Rusia, Estados Unidos, China e India.
- A menos de 100 metros del punto de referencia
- Éxito de Tokio frente a recientes fracasos de Moscú y Washington
Pero tras los primeros momentos de euforia por el correcto alunizaje de la primera sonda espacial “Made in Japan” que toca el suelo del satélite natural de la Tierra, el emperador Naruhito, el gobierno del primer ministro Fumio Kishida y el pueblo japonés recibían oficialmente una mala noticia.
Se trata de baterías miniaturizadas de ion de Litio (Li-Ion) desarrolladas por las sociedades japonesas Furukawa Battery, Technosolver y Sankyo Manufacturing. No poder recargarlas representa que, salvo que se pudiera solventar el problema, “la sonda perdería en pocas horas las comunicaciones con el centro de control en tierra”, afirmaba Yamakawa, como así ha ocurrido.
Las principales sospechas no recaen sobre ninguna célula o circuito electrónico averiado. Apuntan a que SLIM, que mide 2,4 x 1,7 x 2,7 metros y tiene un tamaño algo superior al de un automóvil Fiat 500, está en una posición que impide que los paneles solares capten la energía procedente del Sol. El presidente de la JAXA muestra un halo de esperanza y confía en que sus técnicos puedan restablecer las comunicaciones “a medida que los rayos del Astro Rey incidan sobre las células solares”.
A menos de 100 metros del punto de referencia
La noticia ha caído como un jarro de agua fría en los cuerpos y mentes de los más de 123 millones de habitantes de las islas. Ha sido “como si, en plena fiesta popular, se interrumpiera la música y les hubieran dado a beber una pésima salsa de sabor agridulce o un mal fermentado sake”, comenta un empresario español que conoce bien la idiosincrasia de la sociedad japonesa.
A pesar del sorpresivo y letal contratiempo, la JAXA ha cumplido la finalidad principal calificada de “mínima” que recoge el documento oficial de la misión SLIM: “conseguir un descenso suave en la Luna con una nave espacial pequeña y ligera”. Y así ha sido.
La maniobra automática para aminorar la órbita y la velocidad de descenso siguió sin contratiempos los hitos programados. Antes de posarse sobre el suelo lunar, SLIM ha soltado desde una altura de 1,8 metros los dos diminutos robots de exploración que llevaba adheridos, y que han enviado sus señales a Tierra.
Pero los técnicos de la agencia espacial japonesa todavía deben determinar con el máximo grado de detalle un importante hito que debe cumplir SLIM. Comprobar si el sistema de navegación, guiado y control por visión, equipado con diminutas cámaras, telémetro láser y radar de aterrizaje desarrollados por Mitsubishi Electric y Meisei Electric, ha logrado colocar la astronave a menos de 100 metros del punto del cráter Shioli elegido como centro de referencia del alunizaje.
Hasta el momento, los ingenieros de la JAXA no saben con certeza si SLIM ha logrado hacer realidad tal descenso de alta precisión, la segunda finalidad para concluir si la misión ha sido o no un éxito “total”. Si demuestran que lo han logrado, supondría que han completado los objetivos principales fijados por la Agencia, a pesar del incidente de los paneles solares.
Éxito de Tokio frente a recientes fracasos de Moscú y Washington
El exitoso descenso y posicionado suave ha tenido lugar el 19 de enero, a las 16:20 hora peninsular española. La telemetría ha mostrado que se ha producido en las coordenadas lunares 13,30º Sur, 25,23º Este, cerca del cráter Shioli, según estaba programado.
SLIM es una misión de demostración tecnológica de bajo coste. Fue enviada camino de la Luna el 6 de septiembre de 2023, en una trayectoria concebida para ahorrar el máximo de combustible de propulsión. Entró en órbita alrededor de nuestro satélite natural el 25 de diciembre y su resultado es muy diferente al intento de Rusia de hace 16 meses de retornar a Selene con la astronave Luna-25 de 1,75 toneladas, que concluyó en un absoluto fracaso.
Lanzada el pasado 6 de septiembre, Luna-25 se estrelló contra la superficie lunar el 19 de agosto de 2023, cuando se suponía que volaba a la velocidad correcta y estaba en el camino descendente óptimo. Pero no era así y la Comisión de Investigación constituida por la Agencia Espacial de Rusia (Roscosmos) ha determinado que los motores de la sonda durante su descenso funcionaron 127 segundos en lugar de los 84 programados.
Los investigadores han constatado que el error se debió a una lectura incorrecta de los datos de la velocidad angular y de la aceleración lineal, lo que en lugar de posicionar la astronave a una altura mínima de 18 kilómetros la llevó a impactar contra el suelo. Un fracaso también total es el sufrido hace muy pocos días por la astronave norteamericana Peregrine de la empresa Astrobotic. Pretendía pisar la Luna, pero una fuga del propulsor ha obligado a sus propietarios a encaminarla de regreso a la Tierra, en cuya atmosfera quedará destruida.
La meta alcanzada por SLIM posiciona a Japón como el tercer país asiático que toca el suelo de la Luna en el siglo XXI. China lo ha conseguido en tres ocasiones con las sondas Chang’e-3 (2013), Chang’e-4 (2018) y Chang’e-5 (2020) e India hace menos de cinco meses con Chandrayaan-3. El gobierno de Tokio lo ha hecho realidad pero ha tardado 58 años desde que la sonda soviética Luna 9 se posará por primera vez el 3 de febrero de 1966.