La invasión rusa ha provocado miles de muertos y heridos, además de un alto número de refugiados. En el plano internacional, la guerra ha infundido unidad dentro de la UE y la OTAN, aunque también amenaza con una crisis alimentaria

La guerra de Ucrania alcanza los 100 días

RICARDO MORAES/REUTERS - Fotografía de casas destruidas en la aldea de Vilhivka en medio del ataque de Rusia a Ucrania, cerca de Járkov

“De conformidad con el Artículo 51 de la Parte 7 de la Carta de la ONU, con la sanción del Consejo de la Federación de Rusia y en cumplimiento de los tratados de amistad y asistencia mutua ratificados por la Asamblea Federal el 22 de febrero de este año con la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, he decidido llevar a cabo una operación militar especial”. Con estas palabras pronunciadas por el presidente ruso, Vladimir Putin, Moscú lanzaba su ataque a gran escala contra Ucrania la madrugada del 24 de febrero. 

Las peores previsiones de los servicios de inteligencia occidentales se hacían realidad. Después de meses advirtiendo sobre una posible invasión sobre Ucrania debido al alto número de tropas rusas en la frontera, Moscú inició su incursión en plena noche por aire, tierra y mar. 

El Kremlin dio la orden de asaltar territorio ucraniano con el objetivo de “desmilitar y desnazificar” el país, así como proteger a los ciudadanos del Donbás, región del este controlada por separatistas prorrusos, de un supuesto genocidio por parte de las autoridades de Kiev.

100 días después del comienzo de la invasión, la idea de un alto el fuego se antoja cada vez más lejana. Tres meses después, el panorama en Ucrania es desolador: ciudades reducidas a escombros, desplazados internos, miles de muertos, heridos y desaparecidos. Otro gran desafío que se presenta tras un centenar de días luchando y resistiendo es la necesidad de mantener la motivación y la moral entre las fuerzas ucranianas. 

Negociaciones y primeras conquistas rusas

El 28 de febrero Rusia y Ucrania iniciaron las primeras negociaciones con el objetivo de poner fin a la invasión. No obstante, las exigencias de Moscú eliminaron cualquier esperanza de paz. Las autoridades rusas instaron a Kiev a reconocer la península de Crimea -anexionada por Putin en 2014- como territorio ruso. También pidieron al Gobierno de Volodimir Zelensky que renunciase a su deseo de ingresar en la OTAN. 

Las primeras conversaciones no sentaron las bases para una solución pacífica, aunque sí se acordó mantener el diálogo. Kiev y Moscú se volvieron a ver las caras a principios de marzo para establecer corredores humanitarios. No obstante, en varias ocasiones Ucrania acusó a las tropas rusas de no respetar estas áreas que permiten la evacuación segura de los ciudadanos.

Las reuniones entre las autoridades rusas y ucranianas se llevaron a cabo en Bielorrusia, país aliado de Moscú, y en las ciudades turcas de Antalya y Estambul, donde el presidente Recep Tayyip Erdogan se presentó como un mediador entre ambos países.

Mientras se desarrollaban las negociaciones a principios de marzo Rusia también logró su primer gran conquista: la ciudad sureña de Jersón, a orillas del mar Negro. Tras la toma de esta localidad, Moscú intensificó sus esfuerzos en esta región, centrándose en concreto en la ciudad portuaria de Mariúpol.

Mariúpol es, sin duda, uno los lugares del país que mejor refleja el horror de la guerra y los ataques rusos. De acuerdo con las autoridades ucranianas, más de 20.000 personas han muerto y el 90% de las infraestructuras han sido destruidas. Las imágenes del bombardeo sobre hospital materno-infantil, así como del ataque contra el teatro donde estaba escrito la palabra "niños" en ruso, han dado la vuelta al mundo, evidenciando el sufrimiento del pueblo ucraniano y la brutalidad de las tropas rusas. 

El Ejército ruso se centra en el Donbás, salen a la luz las atrocidades en los alrededores de Kiev

A finales de marzo, un mes después de comenzar la invasión, Moscú aseguró que se había completado “con éxito la primera etapa de la operación en Ucrania”, por lo que a partir de ese momento se centrarían en “la liberación del Donbás”. Mientras las tropas rusas se retiraban hacia el sur y el este, las fuerzas ucranianas recuperaron localidades cercanas a Kiev.

Restablecer el control sobre los alrededores de la capital a principios de abril supuso descubrir auténticas barbaridades cometidas por las tropas rusas contra la población civil ucraniana. Cuerpos sin vida maniatados, cadáveres quemados, evidencias de agresiones sexuales contra mujeres y niñas. Bucha se ha convertido en uno de los escenarios más brutales de Ucrania durante la invasión rusa, aunque las autoridades advirtieron que “había más Buchas” en los territorios ocupados por las tropas rusas. 

A principios de abril, Rusia volvió a ser acusada de crímenes de guerra, esta vez por bombardear la estación de tren de Kramatorsk, al este de Ucrania. El ataque mató a al menos 50 personas. Muchas de ellas tenían el objetivo de abandonar la zona y unirse a los miles de ciudadanos que cruzaron la frontera para huir del horror de la guerra. 

La Armada rusa pierde su buque insignia

A mediados de abril Rusia sufrió un duro golpe. El Ministerio de Defensa confirmó el hundimiento del buque Moskva en el mar Negro. De acuerdo con Moscú, el barco se hundió "debido a daños en el casco provocados por un incendio causado por la detonación de municiones” cuando estaba siendo trasladado al puerto en medio de una tormenta.

No obstante, las fuerzas ucranianas señalaron que el barco recibió un misil antibuque Neptune, un arma diseñada después de la anexión de Crimea por parte de Rusia. El Moskva es el segundo gran buque que Rusia perdió desde el comienzo de su invasión en Ucrania. En marzo, otro barco ruso fue destruido por un ataque ucraniano frente al puerto de Berdyansk, en el mar de Azov.

La caída de Azovstal y el fin del asedio más duro de la guerra

La rendición de los últimos de Azovstal -la planta siderúrgica que durante semanas fue el último bastión de la resistencia de Mariúpol- puso fin al asedio más brutal de la guerra de Ucrania. Durante meses, miles de soldados y civiles resistieron a la ofensiva rusa en los sótanos de la acería de la ciudad portuaria.

La petición por parte de Ucrania de “salvar a Azovstal” llegó hasta el escenario de Eurovisión de la mano de Kalush Orchestra, ganadores del concurso con su canción dedicada a las madres ucranianas. 

Finalmente, después de duras semanas sin apenas alimentos y medicamentos, miles de combatientes ucranianos optaron por rendirse ante las tropas rusas, siguiendo las órdenes del presidente Zelensky, quien aseguró que “Ucrania necesita a sus héroes vivos”.

Por otro lado, la conquista de Azovstal supone una importante victoria para Rusia. Tras lograr el ansiado control de la localidad costera de Mariúpol, Moscú refuerza su dominio sobre el corredor terrestre que va desde Crimea hasta el Donbás, región donde ahora centra sus esfuerzos. En los últimos días, el Ejército ruso ha confirmado la conquista de Lyman, en el óblast de Donetsk, y de Severodonetsk, en Lugansk. 

Ucrania, por su parte, ha logrado avances significativos en Jersón y en Járkov. Paralelamente, la Justicia del país ya ha comenzado juicios contra soldados rusos acusados de crímenes de guerra. Vadim Shishimarin, de 21 años, ha sido el primer militar ruso juzgado en Ucrania. Shishimarin, quien se declaró culpable de la muerte un civil desarmado, ha sido condenado a cadena perpetua por un tribunal de Kiev. 

Impacto en el plano internacional: unión en Europa, fortalecimiento de la OTAN

La guerra en Ucrania ha tenido una repercusión mundial. En primer lugar, Putin se ha encontrado con una Europa más fuerte y unidad que nunca. Recientemente, los Veintisiete han acordado un embargo parcial contra el petróleo ruso, además de un sexto paquete de sanciones contra Rusia. 

La OTAN también ha salido reforzada. Incluso, países como Suecia o Finlandia han dado un paso adelante y han solicitado ingresar en la alianza, dejando atrás su neutralidad defensiva y desoyendo las amenazas de Moscú. 

No obstante, la guerra también ha provocado una nueva crisis de refugiados en el continente y amenaza con una fuerte crisis alimentaria a nivel mundial.