25 aniversario de la entronización del rey Mohamed VI: Francia anuncia su reconocimiento del estatuto marroquí del Sáhara

Se trata del nuevo paso que Rabat esperaba en la posición francesa sobre la sagrada causa de la integridad territorial del Reino de Marruecos. Según la misma fuente, que reveló la información a los medios de comunicación franceses, la nueva posición adoptada por París sobre la cuestión del Sáhara marroquí es un paso adelante muy importante en la consolidación de las relaciones entre los dos países. 

De este modo, Argel, que había expresado su descontento por el apoyo de Francia al plan de autonomía para el Sáhara, se encuentra ahora a una guerra de distancia, porque ya no estamos en la fase de apoyo a la autonomía, sino en la de reconocimiento de la soberanía marroquí sobre un territorio disputado por el régimen argelino a través de un movimiento separatista moribundo y que ha perdido mucho terreno desde que su patrocinador argelino se hundió en una devastadora guerra civil que duró más de una docena de años. 

Una guerra de la que Argelia ha salido para encontrarse atrapada entre una casta militar corrompida y corrupta -como demuestra la impresionante cifra de más de 60 oficiales generales en cárceles militares de todo el país- y una oligarquía que ha arruinado la economía del país y muchos de cuyos empresarios cumplen actualmente largas condenas de prisión. 

Con la llegada del tándem Tebboune-Chengriha hace casi cinco años, Argelia se ha hundido en su aislamiento en la escena internacional y se ha sumido en un estado de pobreza y precariedad que está provocando que su población huya por miles a bordo de pateras de la desgracia hacia las costas de España. Mientras su vecino del oeste prosigue orgulloso su marcha hacia nuevas conquistas y éxitos en diversos sectores, ganándose el respeto y la consideración en el concierto de las naciones. De ahí estos éxitos fulgurantes en la recuperación del reconocimiento internacional de su soberanía sobre la parte meridional de su territorio. 

Francia se une hoy al amplio círculo de Estados que reconocen el derecho inalienable e indiscutible del reino marroquí sobre el Sáhara, que se ha transformado en un auténtico El Dorado y que muchos observadores extranjeros llaman “el Dubái del norte de África".