África recurre al soft power como herramienta de influencia y crecimiento en la región
- Sudáfrica y Egipto: liderando el ranking africano del poder blando
- Marruecos: un modelo en el Magreb y un puente hacia Medio Oriente
- El papel de los actores externos: China y su influencia en África
Tradicionalmente, África ha sido asociada con dinámicas de hard power (influencia en otros países utilizando la fuerza militar o ejerciendo presión económica) sobre sus regiones: conflictos armados, luchas por recursos y tensiones políticas. Sin embargo, en la actualidad, muchos países africanos están optando por trabajar en el fortalecimiento de su poder blando.
La coorganización de la Copa Mundial de la FIFA 2030 por parte de Marruecos, junto con España y Portugal, marca un hito en su larga búsqueda de reconocimiento internacional a través del poder blando. Según el informe del Real Instituto Elcano, el torneo no es solo un acontecimiento deportivo, sino una maniobra calculada para mejorar la imagen del país, impulsar el orgullo nacional y consolidar su influencia diplomática.
Tras décadas de candidaturas infructuosas, la determinación de Marruecos ha dado por fin sus frutos: el certamen se ha convertido en una herramienta para mostrar su estabilidad política, sus modernas infraestructuras y su liderazgo regional. Con la inversión de más de 5.000 millones de dólares en infraestructuras, incluidos aeropuertos y el ambicioso estadio Hassan II de Casablanca, Marruecos pretende proyectar la imagen de una nación emergente e innovadora en la escena mundial.
Sin duda, esta estrategia tiene sus raíces en la política exterior de Marruecos: ampliar sus lazos económicos y diplomáticos en África, y recabar el apoyo internacional a su plan de autonomía para el Sáhara Occidental.
La Copa del Mundo se convierte así en una plataforma a través de la cual Marruecos se presenta como un puente cultural entre Europa y África moderno, abierto y estratégicamente posicionado en un mundo multipolar.
Sudáfrica y Egipto: liderando el ranking africano del poder blando
Según la página oficial de Business Insider Africa, Egipto y Sudáfrica son los países africanos con mayor influencia de soft power en el mundo en 2025. Ambos países han apostado por combinar su riqueza cultural, su diplomacia activa y sus vínculos multilaterales para reforzar su imagen internacional.
Por un lado, Egipto quien lidera la lista, sigue apostando por mejorar su sector turístico; sus lazos comerciales y diplomáticos (tanto a nivel regional como global); así como su sector comercial, que, gracias al Canal de Suez, ha impulsado el sector terciario de la economía de la nación, representado un 50% del PIB del país; además de reafirmar su compromiso con la sostenibilidad.
No obstante, un eje está emergiendo como representante de marca país de la región y es el deporte. “Un pilar central de su estrategia gira en torno a aprovechar el reconocimiento global y la influencia de sus atletas, particularmente en el fútbol” señala el periodista Belal Nawar.
Análogamente, el ministro de Turismo y Antigüedades de Egipto, Sherif Fathi, presentó la nueva estrategia turística del país, anunciando que espera ver un crecimiento ininterrumpido para este año, previendo un aumento de cifras respecto a otros años. Finalmente, el país está a la espera de la apertura oficial del Gran Museo Egipcio que se prevé que será para julio, que sin lugar a duda atraerá la atención pública.
Por otro lado, de acuerdo con el informe anual del Global Soft Power Index 2025, Sudáfrica está apostado por introducir nuevas reformas económicas y como resultado posicionarse como una economía más sólida y activa. Además, según la directora general de Marketing, Marca Sudáfrica, Sithembile Ntombela, la marca país de Sudáfrica está bajo una nueva dirección: “el nuevo gobierno de unidad presenta una nueva oportunidad para redefinir lo que representamos como pueblo de Sudáfrica”, con prioridades centradas en: impulsar y fomentar el entorno empresarial; mostrar al país como una economía estable y promoviendo la innovación; situar a la región como líder global en sectores clave como energía renovable, transformación digital y empresas creativas; y “fomentar la cohesión social contando historias positivas que reflejan a nuestra gente, sus logros y nuestros valores de ubuntu, diversidad y resiliencia”.
Asimismo, Ntombela manifestó que este año Sudáfrica subió dos puestos en el Índice Global. Los factores que influyeron a este logro y las iniciativas que usarán para seguir creciendo se enfocarán en la “mejora general de la reputación de la marca país de Sudáfrica” añadió la directora general, quien explicó que esta reputación se ve representada a través del deporte, el turismo, los encuentros diplomáticos, la cultura y su patrimonio regional.
Marruecos: un modelo en el Magreb y un puente hacia Medio Oriente
Actualmente Marruecos mantiene su posición como líder en el Magreb y tercero lugar en el continente en el índice de soft power. Como ya se ha mencionado, su estrategia es multidimensional: desde su estabilidad política hasta su proyección cultural y económica.
Más allá del Mundial, uno de los movimientos más destacados ha sido su alianza con los Emiratos Árabes Unidos para lanzar un consorcio centrado en la seguridad hídrica, la independencia energética y la soberanía industrial.
Este proyecto de 14.000 millones de dólares no solo ha generado más de 25.000 empleos, sino que también ha facilitado el intercambio tecnológico y el fortalecimiento de la industria local. “Estos proyectos surgen como la culminación de meticulosas jugadas de ajedrez diplomático” advierte el periodista Adil Faouzi, después de que el rey Mohamed VI haya visitado Abu Dhabi.
El proyecto cuenta con una línea de transmisión de corriente continua de alta tensión de 1.400 kilómetros que unirá la ciudad meridional de Dajla con Casablanca, el principal centro económico del país. Además, la red se alimentará de energía renovable, principalmente solar, procedente de las zonas desérticas del sur.
Finalmente, se pretende modernizar y ampliar la central eléctrica de Tahaddart, la cual cuadruplicará su capacidad con la incorporación de tecnología avanzada, estabilizando la red.
El papel de los actores externos: China y su influencia en África
No se puede hablar de soft power en África sin mencionar la creciente influencia de China. A través de su política de inversiones en infraestructura, educación y medios de comunicación, Beijing ha tejido una red de relaciones que refuerzan su imagen positiva en múltiples naciones africanas, al tiempo que amplía su presencia geoestratégica en el continente.
No cabe duda de que la batalla por el soft power no solo se libra en Occidente. África y Oriente Medio están redefiniendo las reglas del juego, proyectando nuevas identidades basadas en cooperación, cultura, tecnología y diplomacia económica. En este tablero de influencia, el poder ya no solo se mide en fuerza militar o económica, sino en la capacidad de ser ejemplar, inspirar y conectar con el mundo.