Ahmed Attaf se pierde entre la espada y la capa del emir Abdelkader
Para el jefe de la diplomacia argelina, hay una serie de cuestiones pendientes que bloquean los preparativos del viaje del presidente Tebboune a París. Se trata de las cuestiones "relativas a la memoria, la movilidad, la cooperación económica, las pruebas nucleares francesas en el Sáhara argelino y la devolución, de importancia simbólica, de la espada y el burnous del emir Abdelkader".
Esta afirmación dista mucho de ser convincente, dado que hace tan sólo unos meses el presidente argelino estaba a punto de volar a París, sólo para que se le impidiera hacerlo en el último minuto, quién sabe por qué razón.
Tres días antes, diplomáticos del Elíseo y del Quai d'Orsay habían viajado a Argel para ultimar el protocolo de recepción y el programa de la visita prevista para el 2 de mayo.
En ningún momento se habló de memoria, movilidad o cooperación económica, y mucho menos de la devolución de la espada y el burnous del Emir Abdelkader. Es como para quedarse estupefacto.emuestra su grave ignorancia de lo que ocurre en su país. Hay que recordarle que la espada del emir Abdelkader fue devuelta a la embajada de Argelia en París el 8 de octubre, antes de que el embajador, Saïd Moussi, la entregara dos días más tarde a Soraya Mouloudji, ministra de Cultura (como puede verse en la imagen).
La agencia de prensa oficial argelina cubrió el acto en su momento (ver captura de pantalla).
La declaración de la ministra argelina fue recogida por numerosos medios de comunicación franceses sin que se verificara la afirmación en cuestión.
En cuanto a la memoria, Tebboune y Macron han nombrado a expertos para que estudien el asunto. Benjamin Stora, historiador francés nacido en Argelia y buen conocedor de la materia, no tuvo ninguna dificultad en presentar su copia, que debía ser estudiada por la parte argelina, pero no se pudo decir lo mismo de Abdelmadjid Chikhi, consejero de Tebboune, que no tiene ninguna relación con la historia ni con la investigación. No sólo no había escrito ni una sola línea, sino que, peor aún, se había negado a leer y dar su opinión sobre la copia francesa.
Para colmo de males, ese mismo Abdelmadjid Chikhi se distinguió por contar a los diputados una historia inverosímil sobre un... cisne que había desempeñado un papel heroico durante la guerra de liberación. Abdelmadjid Chikhi llegó a reivindicar la condición de moudjahid (combatiente) de la revolución de noviembre de 1954. La historia causó una hilaridad sin parangón en las redes sociales.
No tardó en ser despedido para reclamar sus derechos de pensión.
Ahmed Attaf, ministro de Asuntos Exteriores, debería haber buscado otras coartadas para justificar el aplazamiento perpetuo de la visita de Tebboune a París. Invocar la devolución de la espada del emir Abdelkader y su burnous (la capa) para justificar este aplazamiento resulta un tanto grotesco.