Akhannouch: el hombre de negocios más influyente en la política marroquí
Aziz Akhannouch lidera desde 2021 el decimoséptimo gobierno marroquí, tras haber participado durante 14 años en los gobiernos precedentes. Estadista a la vez que empresario, acumula una experiencia significativa en la escena política y una trayectoria de éxito en el mundo empresarial.
Desde que fue nombrado presidente del Gobierno de Marruecos en septiembre de 2021, Akhannouch se ha convertido en el político más notable de la escena política marroquí actual.
- Cambios en el Gobierno
- Emprendedor con pasión, estadista con visión
- Ministro de Agricultura
- Logros del Gobierno de Akhannouch
- Retos: gestión de crisis y avances en el programa
- Militancia partidista y acción social
- La imagen de Akhannouch ante sus oponentes
Muy cercano al Rey Mohammed VI y exitoso hombre de negocios, Aziz Akhannouch ha dejado su huella reconocida en el mundo empresarial, al igual que está haciendo en el terreno político desde que fue elegido presidente de la Reagrupación Nacional de Independientes, el 29 de octubre de 2016.
Akhannouch está considerado como uno de los empresarios más destacados de Marruecos y del mundo árabe, con una carrera político-económica comparable, en cierta medida, a la del presidente estadounidense Donald Trump.
Gracias a sus competencias y sus esfuerzos en las negociaciones entre Marruecos y la Unión Europea, Akhannouch fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario de España en 2014. Una condecoración que reconoce su contribución a la conclusión del Acuerdo Pesquero entre la Unión Europea y Marruecos.
Cambios en el Gobierno
Impulsado por el Soberano marroquí, para segunda mitad de su mandato Akhannouch ha cambiado algunos jugadores en el tablero político de su Gobierno, incluidos unos ministerios tan relevantes para el país como los de Educación y Sanidad, para acoger a nuevos ministros:
- Amal Seghrouchni para el Ministerio de Transición Digital y Reforma del Gobierno, calificada por la prensa de muy competente y con gran experiencia en el sector.
- Saad Berrada para el Ministerio de Educación, muy competente en su dominio, aunque con escasa experiencia docente.
- Amine Tahraoui para el Ministerio de Sanidad, sin experiencia en el sector sanitario, en comparación con su predecesor, Ait Taleb.
- Karim Zidane para el Ministerio de Inversiones, un ingeniero que hasta ahora trabajaba en la firma de automóviles BMW.
El análisis del listado de nuevos ministros incorporados al Gobierno marroquí deja entrever que la mayoría de ellos son personas cercanas a Akhannouch:
- Saad Berrada fue miembro del consejo de Afriquia.
- Amine Tahraoui trabajó para Akwa, el número dos de Aksal y tiene su propia consultora.
- Karim Zidane vivía en Alemania desde 1993 y se afilió al RNI en 2017.
De hecho, la proximidad de los nuevos ministros a Akhannouch provocó que la prensa se planteara varios interrogantes sobre las decisiones del jefe de Gobierno y cuestionara la falta de experiencia -que no de competencia- de algunos de los elegidos.
Emprendedor con pasión, estadista con visión
Nacido en Tafraout en 1961, Aziz Akhannouch es hijo de Rokia Abdelali, hermana de Abdelrahman Ben Abdelali, quien fuera primer ministro de Obras Públicas del Gobierno de Abdellah Ibrahim, a finales de la década de los 50 del pasado siglo, y de Ahmed Ouldhadj Akhannouch, fundador de grupo AKWA junto con Haj Ahmed Wakrim, en 1932.
El joven Akhannouch completó su educación secundaria en Casablanca y, tras obtener su bachillerato, se fue a estudiar a Canadá, donde se licenció en Gestión Administrativa en la Universidad de Sherbrooke, en 1986.
Con un innato olfato para los negocios, heredado de su padre, Aziz Akhannouch inició de manera muy temprana una carrera empresarial que terminaría siendo brillante.
A su regreso a Marruecos, dirigió el grupo AKWA Holding, que incluye una red de importantes instituciones económicas que operan en diferentes sectores de actividad como energía e hidrocarburos; telecomunicaciones y prensa; gas; inmobiliaria; turismo y servicios; distribución y agricultura. Además, últimamente se ha involucrado en el campo de la desalinización de agua de mar, un sector clave para Marruecos.
Akhannouch está casado con Salwa Idrissi, una de las empresarias más importantes de Marruecos y del norte de África, fundadora y directora general del Grupo Aksal, líder marroquí en artículos de lujo, grandes almacenes y centros comerciales. Idrissi es conocida como “la reina de las franquicias” de las marcas de moda y cosméticos en Marruecos.
Con un patrimonio neto valorado en alrededor de 2.000 millones de dólares, Akhannouch mostró sus dotes y su ambición empresariales desde muy joven: en los años 90 formó parte del ‘think tank’ G14, un grupo de 14 expertos y asesores económicos nombrado por el difunto Hasan II, padre del actual monarca.
Proveniente de un entorno de emprendedores con importantes habilidades para la negociación, Akhannouch ha ido puliendo desde hace tiempo su talento como futuro estadista y ha construido una trayectoria política prudente y firme, formando parte también del Consejo de la Confederación General de Empresas Marroquíes.
Con el 40% del mercado de hidrocarburos del país, el 45% del mercado de gas butano y el 62% del mercado de gas licuado de petróleo, el exitoso empresario es calificado por la prensa como el “Emperador de los hidrocarburos”.
Ministro de Agricultura
Tras haber sido miembro del Consejo Comunal de Tafraout y después del Consejo Regional de Tiznit, Akhannouch llegó a presidir el Consejo Regional de Sus Massa Daraâ entre 2003 y 2007. Enseguida fue nombrado ministro de Agricultura y Pesca, en 2007, en el Gobierno de Abbas El Fassi, tras afiliarse al partido Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), que era conocido por reclutar a empresarios de élite y a notables tecnócratas.
El 2 de enero de 2012, Akhannouch dejó el partido, aunque regresaría con más fuerza en 2016 para ser elegido presidente de esta formación política, sucediendo a Salaheddine Mezouar.
Antes, el 23 de agosto de 2013, había sido nombrado ministro de Finanzas interino por el Rey Mohamed VI, después de que los ministros del Istiqlal renunciaran al gabinete de Abdelilah Benkirán. Akhannouch se mantuvo al frente de este Ministerio hasta el 9 de octubre de ese mismo año.
Siendo ministro de Agricultura permanente, lideró una coalición que incluía a su propio partido y a otros tres: la Unión Socialista de Fuerzas Populares; el Movimiento Popular; y la Unión Constitucional. Junto a ellos lideró, en 2016, las negociaciones para arrancar con el Gobierno de Saad Eddine Othmani, sucesor de Benkirán, después de cinco meses de bloqueo.
En la misma línea de negociación que maneja muy bien Akhannouch, el 27 de julio de 2016 se reunió con Jonathan Pershing, enviado especial para el Cambio Climático de los Estados Unidos, para hablar sobre los preparativos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2016 (COP22), que se celebraría en Marrakech.
Logros del Gobierno de Akhannouch
La coalición gubernamental liderada por la Reagrupación Nacional de Independientes presidida por Akhannouch ha presentado hasta 40 compromisos en su programa gubernamental y, atravesado ya el ecuador de su mandato, ha alcanzado una serie de objetivos, que la oposición ha calificado de insuficientes.
De momento, el Gobierno de Akhannouch es el más homogéneo en casi un cuarto de siglo, con una mayoría parlamentaria confortable de 270 representantes sobre 395: 102 del RNI; 87 del Partido de Autenticidad y Modernidad (PAM); y 81 del Partido de Independencia (Istiqlal).
A ello hay que añadir otros logros:
- La protección del poder adquisitivo de los ciudadanos a través de la revalorización de los salarios de los empleados tanto del sector privado como público, con un aumento salarial mínimo.
- La ayuda social directa, con 3,5 millones de familias beneficiarias, incluidos 12 millones de personas, entre los cuales se cuentan cinco millones de niños, 1,4 de familias sin hijos y 1,2 millones de mayores de 60 años.
- La subvención directa a la vivienda que pretende mejorar las condiciones de vida de cerca de 110.000 familias anualmente.
- La estabilización de los precios de la electricidad y el transporte.
- La reducción del índice de pobreza desde el 4,8 hasta el 3 %.
- El control de la inflación, fijada en el 1,2 %.
- El aumento de un 25 % en la inversión doméstica y extranjera directa.
- La mejora de los recursos financieros del Estado por la activación de la Ley Marco de la Reforma Fiscal que agregó 100.000 millones de dírhams a las recetas fiscales, además de la buena gestión de las finanzas públicas.
- La reducción del déficit presupuestario del 7 % en 2021 al 4,5 % en 2024, con una bajada del endeudamiento del 72 al 70 %.
- Las reformas que consolidan los fundamentos del Estado social.
- La generalización del seguro obligatorio AMO.
- Proyectos lanzados en los diferentes sectores como educación, sanidad, industria, infraestructuras, inversiones y creación de empleo.
Retos: gestión de crisis y avances en el programa
Pese a que el Gobierno de Akhannouch accedió al poder teniendo que hacer frente al desafío que suponía hacerlo durante una de las peores crisis económicas que han vivido el país y el mundo, pudo concretar una parte de su programa gubernamental durante los primeros 30 meses de trabajo.
Tras la crisis de la pandemia y la gestión de la fase postpandémica, el Gobierno ha tenido que afrontar otras crisis con proactividad y firmeza: la ruptura de las relaciones diplomáticas con Argelia; el incidente migratorio-fronterizo en las ciudades de Ceuta y Melilla de mayo de 2021; el terremoto de El Haouz; la sequía y el estrés hídrico; la crisis diplomática con Francia; las huelgas; la inflación; la operación Castillejos del pasado 15 de septiembre; y la reciente anulación por parte del Tribunal General de la Unión Europea de los acuerdos agrícola y pesquero entre la UE y Marruecos.
El país, con el Rey y el Gobierno al frente, han logrado salir de estas crisis e inaugurar una nueva era de relaciones diplomáticas con España, Francia y otros países del mundo, logrando hitos significativos en cuanto al reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara Occidental. Además, está avanzando en la gestión de su política interior en un entorno geopolítico mundial cada vez más complicado.
Basándose en un pacto surgido del Nuevo Modelo de Desarrollo, con una nueva generación de reformas y proyectos destinados a reducir las profundas disparidades sociales del país y a duplicar el PIB per cápita, el Gobierno marroquí superó con éxito la crisis del Covid y aportó soluciones ambiciosas para la debilidad de las redes de protección social.
A pesar de estos resultados, la cuestión del empleo sigue siendo una asignatura pendiente, ya que el objetivo de crear un millón puestos de trabajo hasta 2026, una de las promesas electorales del RNI durante la campaña electoral, aún está lejos. Ante la caída de la actividad agrícola provocada por la sequía, que ha provocado la pérdida de 372.000 empleos, Akhannouch ha prometido una recuperación durante la segunda mitad de su mandato. Los próximos dos años estarán dedicados a la mejora de la empleabilidad de los jóvenes marroquíes: “Vamos a tener éxito, como lo hemos tenido en todo lo demás”.
Además del esfuerzo por aumentar el empleo, el Gobierno se va a centrar en activar los resultados del Nuevo Modelo de Desarrollo y responder a las prioridades de los ciudadanos, en el marco de la hoja de ruta estratégica 2021-2030. Esto implica, entre otro, el avance en los siguientes apartados:
- El Plan Marruecos Verde, lanzado en 2008, que forma parte de la nueva estrategia agrícola “Generación verde 2020-2030” y la estrategia “Bosques de Marruecos”, que incluyen la plantación de 600.000 hectáreas de árboles en todas las regiones marroquíes hasta 2030.
- El plan Halieutis para una profunda transformación de la pesca marítima hacia una mayor sostenibilidad y competitividad.
- Garantizar la seguridad alimentaria, aumentar los ingresos salariales, crear empleo, desarrollar las exportaciones, luchar contra la pobreza y aumentar el producto interior bruto.
- La gobernanza reforzada, transición ecológica y desarrollo territorial equilibrado.
Militancia partidista y acción social
Desde que asumió la presidencia de la Reagrupación Nacional de Independientes, el 29 de octubre de 2016, Akhannouch dinamizó el partido, creando organizaciones paralelas y lanzando iniciativas innovadoras que favorecen el enfoque participativo.
Prueba de ello es que los militantes del partido fundado en 1978 por Ahmed Osman, realizaron giras en 2019 por todas las regiones de Marruecos, así como por la 13ª región de los Marroquíes del Mundo, fundamentando la política de proximidad, escucha y compromiso cívico.
Para ello, pusieron en marcha dos iniciativas: el Camino de las Ciudades (100 ciudades pequeñas y medianas, 100 días para una comunicación constante con los ciudadanos); y el Camino de la Confianza (cosechando las opiniones de los ciudadanos sobre sus prioridades y aspiraciones para el Marruecos del mañana, a fin de contribuir a reforzar los cimientos del Estado social).
En paralelo, Akhannouch es conocido por su apoyo a asociaciones civiles y de desarrollo y participa en diversas instituciones civiles y profesionales como la Confederación General de Empresas de Marruecos (CGEM); la Asociación de Petroleros de Marruecos; la Fundación Mohammed V para el Medio Ambiente; la Fundación Mohammed VI para la Reinserción de los Presos; o la Fundación Lalla Salma para la Prevención y el Tratamiento del Cáncer. También ha presidido la Asociación del Festival de la Tolerancia, que organiza una ceremonia anual para promover los valores de la tolerancia en la ciudad de Agadir.
La imagen de Akhannouch ante sus oponentes
Su imagen resultada dañada durante la campaña de boicot económico que se gestó en las redes sociales en 2018 y que presentaba a Akhannouch como uno de los símbolos del “matrimonio entre el poder y el dinero”. Pero el político fue capaz de superar el impacto de la campaña y volver a la primera línea.
La popularidad de Akhannouch aumentó en 2020, cuando una de sus empresas donó 1.000 millones de dirhams (unos 112 millones de dólares) al Fondo Especial para gestionar la pandemia de coronavirus, creado por el Rey.
A ojos de muchos de sus oponentes, es un símbolo de la tan criticada connivencia entre política y negocios. Tampoco le ha ayudado mucho su reticencia a aparecer en los medios de comunicación: apenas ha concedido dos entrevistas a la televisión marroquí en dos años y medio de legislatura.
Akhannouch se describe como “amigo del Rey” y “representante de la burguesía nacional”. Aun así, sus conocidos le consideran un hombre humilde, ambicioso y enérgico, que prefiere trabajar en silencio y alejado de los focos.
Aunque los opositores consideran insuficientes los resultados de su gestión y le responsabilizan de la destrucción de puestos de trabajo, Aziz Akhannouch confía en la capacidad de su Gobierno para enderezar el rumbo de aquí a 2026 y centrarse en la recuperación del empleo.