La amenaza de Putin preocupa en Ucrania
La reportera y periodista María Senovilla, colaboradora de Atalayar, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid los continuos bombardeos realizados por Rusia en Ucrania y el lanzamiento de los nuevos misiles hipersónicos “Oreshnik”, imposibles de detectar para las defensas ucranianas.
Semana trepidante, Joe Biden dio luz verde finalmente para que Ucrania use sus misiles ATACMS de largo alcance contra objetivos en suelo ruso.
Así es, y, además, ese aviso se producía horas después de uno de los peores ataques masivos que Rusia ha lanzado en los últimos meses contra Ucrania. Fue en la madrugada del sábado al domingo, aunque realmente empezó por la tarde. Fue generalizado en todo el país. Yo estaba volviendo de Jersón cuando comenzó y, al hacer el cambio de tren en Mykolaiv, asistí a uno de esos bombardeos con misiles absolutamente tremendo.
Pocas veces había escuchado el estruendo de un misil con esa magnitud. Se está incrementando el calibre de las armas que lanza Putin contra ciudades, contra objetivos civiles, por no hablar de los que se sufren en el frente de combate en Ucrania.
Tomé el tren en Mykolaiv dirección a Kiev y durante todo ese trayecto se estuvieron produciendo ataques contra varias ciudades y al llegar a Kiev asistí a los últimos coletazos porque la capital también fue atacada tanto con misiles como con drones suicidas. El Kremlin lanzó más de 200 y de nuevo uno de los objetivos principales fueron las infraestructuras de energía, duramente castigadas este año.
Horas después de ese ataque fue cuando Joe Biden dio luz verde para que Ucrania utilizara sus ATACMS y también los misiles Storms que, al tener un componente de fabricación americana, necesitaban de la luz verde de los americanos para que Ucrania los utilizara y tampoco se hicieron de rogar. El Ejército de Zelensky, 48 horas después coincidiendo con los con los 1.000 días de guerra en Ucrania, lanzaba esos misiles. Ucrania no ha perdido tiempo en usarlos.
El problema es que, como viene siendo habitual, Rusia amenaza de nuevo con usar armas nucleares si Ucrania sigue utilizando misiles de este tipo de EE. UU. y del Reino Unido.
La amenaza no se hizo esperar, tan solo unos minutos después de que se confirmara ese lanzamiento de misiles ATACMS por parte de Ucrania, que los utilizó en el frente de Kursk contra objetivos sobre todo norcoreanos. O sea, cuando Rusia dice que terceros países están metiendo en esta guerra, son ellos los primeros que han traído un gran contingente que se cree que ronda los 12.000 norcoreanos al frente de Kursk donde ahora mismo están atacando duramente a los ucranianos.
En las últimas horas, se han publicado vídeos de ejecuciones masivas de soldados ucranianos tumbados en el suelo boca abajo completamente desarmados a los que les estaban pegando “un tiro de gracia”. Y son varios los vídeos que circulan de Kursk, donde soldados rusos y norcoreanos están realizando una guerra sucia inimaginable.
Entonces, contra este frente de combate y para repeler esa ofensiva norcoreana, Ucrania utilizó esos misiles lanzó seis misiles ATACMS, de los cuales, parece ser que cinco de ellos no tuvieron éxito, pero otro sí propició un incendio en unas instalaciones militares. Fuentes militares advierten que, a nivel táctico, el lanzamiento de los ATACMS no cambiará el curso de la guerra, pero sí pueden disuadir de que se generen grandes concentraciones de tropas como lo que ocurre ahora con los norcoreanos.
Debido al alcance de 300 kilómetros, el uso de estos misiles puede dispersar concentraciones de tropas o puestos avanzados cuya misión sea la de lanzar una ofensiva. Después de ese ataque Rusia salió a la palestra a amenazar nuevamente con utilizar armas nucleares. No es la primera vez que amenaza con utilizarlas. Cada vez que Occidente da un paso en dirección a ayudar a Kiev, sale con la misma amenaza, la cual nadie se cree ya que de producirse desencadenaría una tercera guerra mundial nuclear y sería el primero que saldría mal parado.
De momento, la advertencia la ha hecho hace pocas horas con el lanzamiento de un misil Rubens, un misil intercontinental, con capacidad para para llevar a para acoplar ojivas nucleares. Es una declaración de intenciones, ¿no?
Una declaración de intenciones que viene después de esa amenaza verbal. Efectivamente, lo lanzaba en la noche del miércoles al jueves. La ciudad en la que impactó fue Dnipro y ha desencadenado una gran preocupación, ya que el lanzamiento de este misil tiene, a diferencia de los otros misiles balísticos que se vienen utilizando hasta el momento, un sistema que recuerda a las bombas de racimo, las cuales antes de detonar se dividen en seis partes y cada una de esas partes se divide en otras seis partes, con lo cual, es prácticamente imposible que los sistemas de defensa antiaérea que tenemos actualmente, incluidos los Patriots, neutralicen cada uno de esos fragmentos porque se multiplica.
El misil que lanzó contra Dnipro no llevaba carga nuclear, pero están diseñados, precisamente, para incorporar este tipo de ojivas. El ataque era una forma de llevar un paso más allá la amenaza. Un misil que debió de hacer un roto bastante importante en la ciudad de Dnipro. Según testimonios de gente que vive allí, nunca habían escuchado un ataque como este. Aseguraban que las explosiones, que se multiplicaban, eran extremadamente fuertes.
El misil está claro que funciona. Lo que no está tan claro es que en un momento dado se vaya se vayan a atrever a dar el paso de incorporar carga nuclear, una bomba sucia o similar.
Las amenazas surten efecto porque EE. UU. y España cierran sus Embajadas en Kiev
Existe un acuerdo por el cual tanto Estados Unidos como Rusia se tienen que avisar si lanzan un misil intercontinental, que son los que tienen capacidad de más de 500 kilómetros de alcance. Entonces Rusia, siguiendo por una vez en las leyes internacionales que regulan el uso de la guerra, avisó a EE. UU. de que iba a emplear un misil intercontinental por primera vez contra Ucrania.
La Embajada norteamericana montó un alboroto en la capital porque cerró sus puertas y además dio el aviso, con lo cual hubo una especie de “efecto contagio”, ya que cerraron tres o cuatro embajadas, entre ellas la de España. Rusia utilizó un tipo de armamento nuevo, un misil intercontinental de largo alcance, que no se sabía muy bien con qué con qué carga venía incorporada. Estos misiles pesan en torno a las 40-50 toneladas, la capacidad de destrucción que tienen es incalculable y pararlos es imposible para la defensa antiaérea
Las Embajadas estuvieron cerradas 24 horas. Al día siguiente reabrieron, pero el revuelo internacional que se organizó volvió a poner a Ucrania en todos los telediarios y en las portadas de medio mundo sin duda.