Tras un año de guerra, los reservistas israelíes heridos afrontan un largo camino de recuperación

Yosi Sochr, de 34 años, un reservista israelí y padre de cuatro hijos que resultó gravemente herido en combate en Gaza usa una muleta mientras se recupera en el Centro Médico Sheba en Ramat Gan, Israel, el 23 de septiembre de 2024 - REUTERS/AMIR COHEN 
Unos 300.000 reservistas fueron llamados a filas al principio de la guerra y muchos de ellos han servido durante meses en múltiples turnos 

Diez meses después de que un francotirador le disparara en la pierna en Gaza, el reservista israelí Aaron Bours camina con muletas y espera recuperarse totalmente de la herida que sufrió intentando rescatar a su oficial en una emboscada. 

"Había balas a mi alrededor", dijo Bours 

Tres horas después de recibir el disparo, fue operado en el centro médico de Sheba, cerca de Tel Aviv, donde los médicos pudieron salvarle la pierna. Siguieron largos meses de intensa rehabilitación. 

Yosi Sochr, de 34 años, un reservista israelí y padre de cuatro hijos que resultó gravemente herido en combate en Gaza  - REUTERS/AMIR COHEN 

Unos 300.000 reservistas fueron llamados a filas al principio de la guerra y muchos han servido durante meses en múltiples turnos. Su experiencia, y la de las familias que dejaron, marcará la actitud de Israel en los próximos años. 

En septiembre, el Departamento de Rehabilitación del Ministerio de Defensa había atendido a más de 10.000 soldados heridos desde el ataque dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre, que desencadenó la invasión israelí de la Franja de Gaza. 

Más de dos tercios de los tratados han sido reservistas que regresaron a sus unidades militares desde la vida civil. 

Algo más de un tercio se ocupa de heridas en las extremidades, y el resto de diversas lesiones internas y en la columna vertebral, así como de heridas en ojos, oídos y cabeza, que ponen de manifiesto la intensidad de los combates en las ruinas de Gaza. 

Israel Dudkiewicz, el médico que dirige el centro de rehabilitación del Centro Médico Sheba, dijo que el hospital comprendió el 7 de octubre que necesitarían ampliarse para recibir una afluencia de pacientes heridos. 

Con cerca de una cuarta parte de su personal llamado a filas, el hospital añadió camas y abrió tres nuevas alas para tratar a los heridos. 

“No puedo decir que no fuera un reto”, dijo Dudkiewicz. “Pero al final pudimos prestar servicio”. 

Haim Gal Otachi, de 37 años, un reservista israelí e ingeniero de software que resultó gravemente herido en combate en Gaza usa una silla de ruedas mientras se recupera en el Centro Médico Sheba en Ramat Gan, Israel, el 23 de septiembre de 2024 - REUTERS/AMIR COHEN

La atención que reciben los soldados israelíes está a un mundo de distancia de las condiciones en Gaza, donde más de 41.500 palestinos han muerto en un año de guerra y donde el sistema hospitalario ha quedado destruido. 

Pero el impacto de las heridas graves en los reservistas, que volverán a la vida civil cuando acaben los combates, se dejará sentir durante muchos años. 

Yosi Sochr, de 34 años, resultó gravemente herido al detonar un artefacto explosivo a distancia. Los médicos aún no están seguros de si recuperará el pleno uso de su brazo y hombro izquierdos, que fueron alcanzados por un trozo de metralla. 

De momento, puede mover la mano, pero no el resto del brazo. 

“Fue duro”, dijo el reservista en la cama del hospital junto a su esposa. “No soy un chaval de 20 años. Tengo todo un mundo a mi alrededor, cuando desaparezco, se siente”.