El ministro de Asuntos Exteriores saudí ha viajado a Omán para reforzar las relaciones con el Sultanato de cara a un futuro entendimiento con Irán 

Arabia Saudí busca en Omán un aliado para el acercamiento con Irán

Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia via REUTERS - El ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud

El príncipe saudí Faisal bin Farhan mantuvo el pasado martes una reunión bilateral con el viceprimer ministro de Asuntos del Gabinete de Omán, Fahd bin Mahmoud al-Said. La cumbre sirvió para reforzar las relaciones entre el Sultanato y el Reino y, sobre todo, para acercar posturas entre Arabia Saudí e Irán en mitad de las especulaciones acerca de un posible enfriamiento de las tensiones. 

La cumbre bilateral se saldó con la puesta en común de los objetivos de ambos Estados. En ella, ambas partes discutieron el desarrollo de los últimos “eventos regionales e internacionales, y preocupaciones comunes”, y afianzaron sus vínculos. Al finalizar la reunión, el rey saudí Salman bin Abdulaziz al-Saud envió una invitación expresa al sultán omaní Haitham bin Tariq para visitar el Reino en las próximas semanas.  

En las últimas dos semanas, Omán ha sido testigo directo del acercamiento entre Irán y Arabia Saudí a través de las visitas al país sus representantes en el extranjero. El Sultanato mantiene relaciones bilaterales vigorosas con ambos Estados, una posición que le permite ejercer como moderador en la suerte de Guerra Fría que atraviesa la región desde hace varias décadas. 

El propio Fahd bin Mahmoud al-Said, encargado de recibir en Mascate al príncipe saudí, hizo las veces de anfitrión la semana pasada cuando acogió al titular de política exterior iraní, Mohammad Javad Zarif. Durante la cumbre con el representante persa también estuvo presente su homólogo omaní, Sayyid Badr Hamad al-Busaidi. Ambas partes subrayaron la importancia de resolver las disputas regionales “por medios pacíficos y mediante el diálogo”, en una clara referencia a Yemen. 

Qatar es, junto a Omán, otro de los actores involucrados en las tareas de mediación entre Riad y Teherán. Si bien ha mantenido desde 2017 una crisis diplomática con Arabia Saudí, la cumbre de Al-Ula celebrada el pasado mes de enero sentó las bases para un nuevo entendimiento entre el Emirato y el resto de los países del Golfo.

Mientras tanto, el propio Javad Zarif trata de profundizar en las relaciones de la República Islámica con estos países. Una prueba de ello es la gira diplomática a través de varios Estados de la región que ha emprendido en las últimas semanas y que ha cerrado con su visita a las capitales de Mascate y Doha. Arabia Saudí, representado por el príncipe Faisal bin Farhan, busca hacer lo propio.

Tanto Irán como Arabia Saudí tratan de imponer sus condiciones para un futuro acuerdo de paz, y para ello necesitan el respaldo mayoritario de sus aliados regionales. A priori, Riad parte con ventaja por sus lazos con Egipto, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos, entre otros. Los pesos del lado de la balanza iraní son Siria, un Irak aún indeterminado y, pese a la cumbre de Al-Ula, Qatar.

Arabia Saudí e Irán, rumores de entendimiento

El príncipe heredero y gobernante de facto en Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, comparó en 2018 los planes del ayatolá Alí Jamenei en Oriente Medio con los que en su día desplegó Adolf Hitler en Europa. Unas declaraciones totalmente alejadas de las proferidas por el propio MBS durante una entrevista emitida hace tan solo una semana: “Irán es un país vecino. Lo único que pedimos es tener una relación buena y distinguida con Irán. No queremos que la situación con Irán sea difícil”. 

MBS abrió la puerta a una normalización de las relaciones, sin embargo, exigió al régimen iraní que cumpliera con su parte. “Nuestro problema es el comportamiento negativo de Irán, desde su programa nuclear, hasta su apoyo a milicias proscritas en la región, o su lanzamiento de misiles balísticos”, declaró. Aunque el príncipe heredero trasladó su optimismo para “construir una relación buena y positiva con Irán que beneficie a todas las partes”.

Teherán ha recibido con satisfacción el cambio de tono de Arabia Saudí. “Con negociaciones y una perspectiva constructiva, los dos países importantes de la región y el mundo islámico pueden dejar atrás sus diferencias y entrar en una nueva fase de cooperación y tolerancia para traer estabilidad y paz en la región”, declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Saeed Khatibzadeh.

Los orígenes del conflicto que enfrenta a Teherán y a Riad datan de 1979, año en que se produjo la revolución iraní. Además de estrenar un panorama geopolítico multipolar, el ayatolá Jomeini trató de exportar el formato de su rebelión a otros países de la región, un factor que despertó la inseguridad en la casa de Al-Saud. A partir de ese momento, dio comienzo una lucha entre ambos Estados por dominar Oriente Medio. 

Los enfrentamientos, eso sí, no se han producido dentro de sus respectivas fronteras, sino que han sido deslocalizados en países terceros. Yemen es el mejor ejemplo de ello. Finalizar la guerra en el país es una de las consecuencias principales que se encuentra subordinada a un posible entendimiento entre Riad y Teherán. Por el momento, la delegación estadounidense y saudí negocia con los hutíes, respaldados por Irán, un alto al fuego que permita coger aire a Yemen tras años de devastación.