El ministro de Exteriores saudí visita a Zelenski en Kiev para materializar el compromiso millonario de Mohamed bin Salman

Arabia Saudí equilibra su postura en Ucrania con el envío de 400 millones de dólares en ayuda humanitaria

PHOTO/UKRAINIAN PRESIDENCY - El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, recibe en Kiev al jefe de la diplomacia saudí, Faisal bin Farhan

Nunca antes un ministro de Exteriores de Arabia Saudí había visitado Ucrania en tres décadas de relaciones bilaterales, establecidas un año después de la independencia de la exrepública soviética. Hasta el domingo, cuando el príncipe Faisal bin Farhan aterrizó por sorpresa en Kiev escoltado por una nutrida delegación diplomática para encontrarse con el presidente Volodímir Zelenski, unos días después del primer aniversario de la invasión rusa. 

Arropado por los miembros de su gabinete, Zelenski recibió al jefe de la diplomacia saudí en el Palacio Mariinskyi para cerrar el envío de ayuda humanitaria con el que se había comprometido el príncipe heredero Mohamed bin Salman. En octubre, el primer ministro y gobernante de facto del reino wahabí mantuvo una conversación telefónica con el presidente ucraniano para asegurarle que la firma de un Memorando de Entendimiento por valor de 400 millones de dólares estaba garantizada. La visita simbólica de Faisal bin Farhan sirvió para materializar la promesa. 

El acuerdo de inversión quedó dividido en dos apartados. Los primeros 100 millones de dólares irán destinados al envío de ayuda humanitaria, mientras que los 300 millones restantes serán suministrados en forma de recursos energéticos, explicó en rueda de prensa el jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak. 

El consejero de la Corte Real y supervisor general de la agencia de ayuda internacional KSrelief, Abdullah bin Abdulaziz Al Rabeeah, y el presidente ejecutivo del fondo soberano de Arabia Saudí, Sultan Abdulrahman Al-Marshad, del lado saudí, y el viceprimer ministro de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, el ministro de Energía de Ucrania, German Galushchenko, del lado ucraniano, firmaron los documentos. 

La presencia de armamento iraní en Ucrania era otro de los asuntos encima de la mesa que preocupa especialmente en Riad. La República Islámica, némesis regional de Arabia Saudí, envió al Ejército ruso aviones de combate Shahed 136 e instructores de la Guardia Revolucionaria. La delegación saudí compartió con el Gobierno ucranianos su experiencia de combate contra los famosos drones kamikazes de fabricación iraní, utilizados en Yemen por los rebeldes hutíes. 

El desplazamiento a Ucrania de Faisal bin Farhan ha pillado a contrapié a los analistas. Y es que Arabia Saudí sigue siendo un estrecho aliado de Rusia, especialmente en materia energética. En los últimos meses, ambos han reforzado su asociación en el seno de la OPEP+ para mantener bajo el volumen de producción de petróleo y el alza de los precios. Aunque Arabia Saudí y el resto de los países del Golfo mantienen una relación contradictoria con Rusia en este aspecto. Por una parte, Moscú es percibido como un competidor directo, pero al mismo tiempo tienen intereses comunes. 

Riad pretende convertirse en un actor humanitario de primera línea en un conflicto en el que ha buscado mantener cierto equilibrio. No ha enviado ayuda militar a Kiev, pero tampoco ha respaldado la invasión de Moscú. En su lugar, intentó arrebatar a Turquía la figura de mediador entre las partes, pero solo consiguió intervenir con éxito en la liberación en septiembre de una decena de prisioneros de guerra ucranianos en Rusia. 

El reino wahabí ha tratado de mantener una posición neutral, pero preservando a toda costa sus intereses, que, según el antiguo embajador de Estados Unidos en Yemen y vicepresidente del Middle East Institute, Gerald Feierstein, se centran en “mantener relaciones sólidas con su principal socio en materia de seguridad, Estados Unidos; su socio económico número uno, China; y su socio clave en la OPEP+, Rusia”. 

“El Golfo trató de mantener una posición «equilibrada» ante la invasión rusa, que no debe confundirse con la neutralidad”, explica en las páginas del Instituto Montaigne el fundador y presidente del Gulf Research Center, Abdulaziz Al Sager. “Aunque los países del Golfo no se adhieren totalmente a la narrativa rusa, comprenden las preocupaciones de seguridad nacional que hay detrás de la medida de Moscú. Lo que resulta sorprendente desde el punto de vista saudí es la similitud entre Ucrania y Yemen”. 

Sin embargo, Arabia Saudí fue uno de los 141 países que votó a favor de una resolución de Naciones Unidas que instaba a Rusia a retirar sus tropas de Ucrania. Solo siete países votaron en contra, de los cuales solo uno era árabe, la Siria de Bashar Al Asad.  

La victoria de Ucrania a instancias de la Asamblea General de la ONU fue incontestable, pero el Gobierno de Zelenski es consciente de que necesita contar con más apoyos fuera del bloque occidental para presionar a Rusia en todos los frentes. El posicionamiento del denominado Sur Global podría desnivelar la balanza, y Arabia Saudí cuenta en este espacio con una posición privilegiada. Por eso, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba, dijo estar decidido a desarrollar las relaciones con Riad a todos los niveles.