Los centros educativos privados, gestionados por Ankara, reanudarán en los próximos meses la actividad académica en el marco de la normalización de las relaciones bilaterales

Arabia Saudí permite la reapertura de las escuelas turcas en el país

PHOTO/ARCHIVO - Una fila de alumnos espera en el patio de una escuela turca, conocidas como Imam Hatip

Las escuelas turcas gestionadas por el Ministerio de Educación de Turquía que operan en Arabia Saudí reabrirán en los próximos meses, según avanzó el portal de noticias Diken. Existe un principio de acuerdo entre las partes para ejecutar una medida que afecta directamente a más de mil estudiantes en Riad y otros puntos del país. En cuanto fructifiquen las negociaciones, bastante avanzadas, comenzarán las labores de admisión de estudiantes y los centros educativos de carácter privado reanudarán sus actividades académicas con normalidad. 

El Ministerio de Educación turco anunció la reapertura de las escuelas, conocidas como Imam Hatip, semanas después del encuentro mantenido por el ministro de Educación turco, Mahmut Özer, y su homólogo saudí, Hamad bin Mohammed Al Al-Sheikh, al margen de una cumbre sobre educación celebrada en París a finales de junio, según el comunicado emitido por el Ministerio de Educación de Turquía. En la capital francesa, adelantaron los términos y condiciones del acuerdo, que pone fin a un bloqueo de casi dos años.

Las escuelas turcas, que promocionan un islam de corte conservador, cerraron de forma gradual a partir del curso académico 2020-2021 como consecuencia de la ruptura diplomática entre Ankara y Riad, que venía siendo convulsa desde principios de siglo pero que se vio acentuada tras el estallido de la Primavera Árabe, sobre la cual ambos países adoptaron posturas radicalmente opuestas. No sería, sin embargo, hasta 2018 cuando se volarían los puentes con el asesinato del periodista crítico Jamal Khassoghi en el Consulado saudí de Estambul y la posterior apertura del procedimiento legal para juzgar los hechos en suelo turco. 

En forma de represalia, Riad decidió, entre una extensa nómina de medidas cautelares, cerrar los centros educativos supeditados al Gobierno turco, que en el país se contaban por decenas y que suponen un baluarte en materia de política exterior para Ankara. La educación es para el presidente Recep Tayyip Erdoğan una herramienta crucial de poder blando, de ‘soft power’, junto con la religión o las series de televisión turcas, para ganar influencia en otras latitudes. También en el Golfo.

Meses después, se produjo el deshielo en las tensas relaciones bilaterales entre Ankara y Riad propiciado por las necesidades estratégicas de Turquía. Erdoğan puso en marcha a principios de año el proceso de normalización, una campaña de acercamiento con Egipto y sus rivales del Golfo, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, destinada a calmar las aguas y fomentar la cooperación diplomática, comercial y económica en un contexto en el que la nación euroasiática afronta un horizonte desolador con la inflación desbocada y el valor de la lira por los suelos. 

El líder turco aplazó, quizá más por necesidad que por convencimiento, su agenda expansionista para limar asperezas con Riad. En 2017, Erdoğan asistió al funeral de Estado del rey Abdalá bin Abdulaziz en señal de respeto, pero no volvería a pisar ‘El Reino del Desierto’ hasta finales del pasado mes de abril, cuando realizó una visita oficial de tres días para reunirse con el príncipe heredero y gobernante ‘de facto’ del Reino wahabí, Mohamed bin Salman, conocido como MBS. Este viajó de vuelta a Ankara dos meses después, en junio, cuando escenificaron el reencuentro definitivo.