Argel celebra una reunión militar con la presencia del Frente Polisario en el marco de la undécima reunión del Comité de Jefes de Estado Mayor

Argelia involucra a Egipto y Libia en el expediente saharaui

PHOTO/ARCHIVO - Representantes de Argelia, Libia, Egipto y el Frente Polisario

Argelia busca apoyos en los que sostener una de las problemáticas más convulsas de su política exterior. El expediente del Sáhara Occidental, motivo principal de su histórica rivalidad con Marruecos, requiere de nuevos aliados ante el cada vez más numeroso grupo de países que muestran su conformidad con la propuesta de autonomía bajo soberanía marroquí del Sáhara. Para ello, desde Argelia pretenden acercar posturas con Egipto y Libia, o al menos así ven los observadores la última reunión celebrada entre estos tres, con la presencia del Frente Polisario. Una reunión enmarcada en la undécima reunión del Comité de Jefes de Estado Mayor, y la décima reunión del Consejo de Ministros de Defensa de los estados miembros de la organización North African Region Capability (NARC).

El encuentro ha congregado al jefe de Estado Mayor del Ejército argelino, el teniente general Said Chengriha, el subjefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Egipto, el mayor general Essam El-Gamal, el jefe del Estado Mayor General del Gobierno de Unidad Nacional de Libia, el teniente general Muhammad Ali Al-Haddad, y el jefe de Estado Mayor del Frente Polisario, Muhammad Al-Wali Akik. La idea principal de la reunión era abordar temáticas de cooperación regional en lo que respecta a la lucha contra el terrorismo, así como la resolución de conflictos y los procesos de construcción de paz. No obstante, han sido las ausencias mauritana y tunecina las que han llamado la atención de los observadores.

La NARC, establecida en 2005 y afiliada a la Unión Africana, está compuesta por los tres países que asistieron, el Frente Polisario, y los ausentes recién mencionados. Nabil Al-Andalusi, responsable del Centro de Investigación y Estudios Estratégicos del Magreb, considera que los argelinos no han conseguido persuadir a Túnez y Mauritania, lo que podría estar estrechamente relacionado con la relación de ambos países con Rabat. Nuakchot atraviesa un momento de importante mejora en sus vínculos con el reino alauí, y no entra en sus planes poner en riesgo dicha evolución. 

Situación similar a la de los tunecinos que, tras la crisis diplomática de agosto del año pasado, no tiene intención de tensar de nuevo la cuerda que les une con Marruecos. Túnez acogió al líder del Polisario, Brahim Ghali, para participar en la cumbre africano-japonesa, lo que provocó la llamada inmediata a consultas del embajador marroquí en Túnez y la retirada del Reino de la cumbre. El ministro de Exteriores alauí, Nasser Bourita, expresó que “la posición de Marruecos respecto a la grave e inaceptable acogida del jefe del Estado tunecino al jefe de la milicia separatista no ha cambiado”. Los de Kais Saied emitieron un comunicado asegurando apoyar “una total neutralidad sobre la cuestión del Sáhara Occidental en el respeto de la legalidad internacional”, y defender una “solución pacífica y aceptable para todos”.

En vista de estas dos ausencias, algunos se han preguntado por la asistencia de Egipto. Hace un año, Nasser Bourita y su homólogo egipcio, Sameh Shoukry, emitieron un comunicado conjunto tras reunirse en Rabat en la que se aseguraba que El Cairo “apoya la integridad territorial del Reino de Marruecos y da la bienvenida a la política marroquí seria y creíble”. De ahí que su presencia sea, a priori, controvertida. Sin embargo, el contexto egipcio es más complejo, como explica el mayor general Nasr Salem, ex jefe del aparato de reconocimiento del ejército egipcio y profesor de ciencias estratégicas en la Academia Militar Superior Nasser en declaraciones al medio Al Arab, diciendo que “es parte de su papel de seguridad en el continente africano después de que asumiera la copresidencia de los trabajos del Foro Global contra el Terrorismo”.