La baja participación amenaza las elecciones presidenciales de Irán

Una mujer iraní vota en un colegio electoral para elegir el sucesor de Ebrahim Raisi - WANA/MAJID ASGARIPOUR
Muchos iraníes, sobre todo los jóvenes, no votarán en señal de protesta debido a las restricciones políticas y sociales
  1. Jamenei seguirá teniendo la última palabra  
  2. Abstención como forma de protesta 

La República Islámica de Irán abre este viernes las urnas para elegir a un nuevo presidente tras la muerte de Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el pasado mes de mayo junto con el ministro de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian.

Los ciudadanos iraníes tienen como opciones a cuatro candidatos después de la retirada del alcalde de Teherán, Alireza Zakani, y del vicepresidente Amir-Hossein Ghazizadeh Hashemi. Ambos han abandonado la carrera electoral con el fin de concentrar los votos en torno a las candidaturas con más posibilidades. 

Irán anunció el 9 de junio los seis candidatos, en su mayoría conservadores, aprobados para las elecciones del 28 de junio - AFP PHOTO/ IRIB 

Ghazizadeh Hashemi retiró su candidatura e instó a otros aspirantes a hacer lo mismo “para que el frente de la revolución se fortalezca”, tal y como informó la agencia de noticias estatal IRNA. El vicepresidente de Raisi también se presentó a las elecciones presidenciales de 2021 y recibió alrededor de un millón de votos, quedando en último lugar. 

Por su parte, Zakani se retiró para “bloquear la formación de una tercera administración” del expresidente Hassan Rouhani, en referencia al candidato reformista Masoud Pezeshkian. El alcalde de Teherán también se retiró de las elecciones de 2021, comicios que le dieron la victoria a Raisi. 

El vicepresidente Amirhossein Ghazizadeh-Hashemi en un debate electoral televisado - AFP/ MORTEZA FAKHRINEJAD / IRIB 

Tras la retirada de Ghazizadeh Hashemi y Zakani, los candidatos de línea dura que se mantienen son Mohammad Baqer Qalibaf, presidente del Parlamento y excomandante de la Guardia Revolucionaria, y Saeed Jalili, exnegociador nuclear que sirvió durante cuatro años en la oficina de Jamenei.

El alcalde de Teherán, Alireza Zakani - AFP/ MORTEZA FAKHRINEJAD / IRIB 

El único reformista es Massoud Pezeshkian, fiel al régimen teocrático que aboga por mejorar las relaciones con Occidente y el pluralismo político. Pezeshkian cuenta con el apoyo del exministro de Asuntos Exteriores iraní Mohammad Javad Zarif, quien logró el acuerdo nuclear de 2015 durante el gobierno de Hasan Rohani.

El cuarto candidato es Mostafa Pourmohammadi, exministro de Justicia durante el mandato de Rohani.

“Solo hay un reformista y dos conservadores con posibilidades. Con lo cual, la clave estará en la participación política”, explica el analista Daniel Bashandeh, quien no descarta una segunda vuelta. 

Si ninguno de los candidatos obtiene al menos el 50% de los votos se realizará una segunda ronda entre los dos aspirantes a presidente más votados el primer viernes después de que se declare el resultado de la elección.

Jamenei seguirá teniendo la última palabra  

No se espera que estas elecciones produzcan cambios significantes en la nación, ya que las decisiones importantes las toma el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, quien ha mantenido su decisión de no aprobar ninguna candidatura femenina o que abogue por un cambio radical del régimen.

En medio del fuerte descontento social y con previsiones de una baja participación, Jamenei ha pedido una participación “máxima” para “vencer al enemigo”, lanzando también un mensaje al candidato reformista, Pezeshkian. De acuerdo con el líder supremo, cualquiera que crea que “todos los caminos hacia el progreso” provienen de Estados Unidos no debería ser apoyado.

El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei - AFP/  ATTA KENARE 

“Algunos políticos en nuestro país creen que deben doblegarse ante este o aquel poder, y que es imposible progresar sin acercarse a países y potencias extranjeras", declaró Jamenei durante un discurso con motivo de una festividad chiita. “Esa gente no puede gobernar bien el país”, sentenció Jamenei en medio de gritos de “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel” por parte del público.

Abstención como forma de protesta 

Estas elecciones están marcadas por un profundo descontento social debido a la pésima situación económica y a la falta de libertades, particularmente después del asesinato de Mahsa Amini en 2022 y las posteriores manifestaciones que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas de seguridad. 

Estas elecciones están marcadas por un profundo descontento social - REUTERS/ALAA AL-MARJANI

“Son las elecciones tras las protestas de Mahsa Amini. Los candidatos no han escuchado a los manifestantes, por ello se espera una participación baja como signo de protesta contra el régimen islámico”, señala Bashandeh.

La participación electoral se ha desplomado en los últimos cuatro años con una población mayoritariamente joven descontenta por las restricciones políticas y sociales. Solo el 48% de los votantes participaron en las pasadas elecciones presidenciales de 2021, mientras que en los comicios parlamentarios de hace tres meses la participación alcanzó el mínimo histórico del 41%. 

En el extranjero, los iraníes han convocado protestas enfrente de las embajadas del régimen pidiendo un boicot electoral. Por otro lado, en las redes sociales se han movilizado bajo el hashtag #ElectionCircus, denunciando que estos comicios no traerán cambios importantes y solo perpetuarán sistema actual.