Biden llama “dictador” a Xi Jinping y suma otro traspiés diplomático con China
No es la diplomacia más fina. La de Joe Biden ha tirado por tierra todos los esfuerzos realizados por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en Pekín. Una visita oficial de dos días en la que Blinken se ha reunido con el presidente chino, Xi Jinping, para tratar de poner freno a las tensionadas relaciones entre las dos potencias económicas. En vano, desde las declaraciones de Biden.
“La razón por la que Xi Jinping se enfadó mucho cuando derribé ese globo con dos equipos de espionaje, fue que él no sabía que estaban allí. Eso es una gran vergüenza para los dictadores, cuando no saben que algo ha pasado”, afirmó el presidente estadounidense refiriéndose al globo espía chino que fue derribado por Estados Unidos tras volar sobre su suelo.
Según Biden, el globo espía se “desvió de su ruta por el viento” cuando sobrevolaba Alaska y el presidente chino no lo supo hasta que fue derribado por Estados Unidos: “Cuando fue derribado se sintió muy avergonzado y negó que estuviera allí”. Biden hizo estas declaraciones en un acto de recaudación de fondos en California, justo un día después de la reunión de Blinken con Xi.
Rozando lo irónico, el inquilino de la Casa Blanca celebró la visita de Blinken a China para rebajar esas tensiones. “Ahora estamos en una situación en la que él (Xi) quiere volver a tener una relación. Antony Blinken acaba de estar allí, ha hecho un buen trabajo y llevará tiempo”, ha asegurado. Una huida hacia adelante después de unas declaraciones que sitúan en la casilla de salida todos los intentos por devolver la estabilidad a las relaciones entre Washington y Pekín.
La respuesta china
Una situación totalmente desconcertante para China. “Las afirmaciones por parte de Estados Unidos son extremadamente ridículas e irresponsables. Violan gravemente los hechos básicos, los protocolos diplomáticos y la dignidad política de China”, ha denunciado la portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Mao Ning.
Desde Pekín han reiterado su posición sobre el globo chino en el especio estadounidense, “un suceso accidental causado por una fuerza mayor” que Estados Unidos debió haberlo gestionado “con calma, de forma racional y profesional”. Ning ha acusado a Washington de “distorsionar los hechos, abusar de la fuerza y tensional la situación”.
El trabajo de Blinken en Pekín
Horas antes del traspiés diplomático de Biden, Bliken y Xi Jinping acordaron estabilizar la intensa rivalidad entre los dos países para no desembocar en un conflicto y en proseguir el compromiso diplomático con más visitas de funcionarios estadounidenses a la capital china durante los próximos meses. Las mismas líneas de comunicación que acordaron Joe Biden y Xi Jinping en una reunión cara a cara en la cumbre del G20 en Indonesia.
La visita de Blinken es la primera en cinco años de un secretario de Estado estadounidense a Pekín, y frente a todas las bajas expectativas puestas en su misión, ha logrado descoser la preocupante retórica empleada por los dos países. Considerado como un gesto especial, las conversaciones entre Blinken y Xi tomaron lugar en la audiencia celebrada en el Gran Salón del Pueblo, en la plaza de Tiananmén.
En otro gesto de rebajar tensiones, el propio Blinken reafirmó la postura de Estados Unidos ante Taiwán, mostrando su oposición a la independencia de la isla, pero afirmó que Washington no consentirá el cambio por la fuerza del “statu quo” en Taipei, la administración a la que ayudará si es atacada.