Blinken advierte al Consejo de Seguridad que Rusia invadirá Ucrania “en los próximos días”
La escalada de tensiones en la frontera entre Rusia y Ucrania parece no tener freno, y es que, dos meses después, las conversaciones entre el Kremlin y los gobiernos occidentales no han logrado distender la situación ni mitigar los recelos entre ambos bandos. En este escenario, el secretario de Estados de los Estados Unidos de América, Antony Blinken, se ha desplazado hoy hasta la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el objetivo intervenir de manera directa en las negociaciones sobre la “grave situación” y advertir de la inminente invasión de las tropas rusas en Ucrania.
Esta reunión se suma ahora a la larga lista de encuentros celebrados desde que la Federación Rusa se anexionase Crimea en el año 2014, los cuales tenían como propósito la gestión de la crisis ucrania. Sin embargo, el derecho a veto por parte de los representantes rusos ha impedido, en todas ellas, la adopción de cualquier tipo de medida.
No obstante, a pesar de que esta última asamblea del Consejo ha estado presidida por el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Verchinin, –encargado de la dirección del organismo durante este mes –, y de que el encuentro ya estaba previsto desde hace un tiempo; la expulsión del número dos de la embajada de los EEUU en Moscú, Bart Gorman, y la ruptura del alto al fuego en la región Este del país han precipitado un cambio de planes en la agenda del funcionario norteamericano. Antes de su viaje a la ciudad alemana de Múnich de mañana, Blinken se ha desplazado a Nueva York para hablar frente al Consejo de Seguridad.
“Después de una serie de conversaciones con la Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado, le pedí al secretario Blinken que hablara directamente con el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la grave situación en Ucrania”, declaraba Linda Thomas-Greenfield, embajadora estadounidense ante la ONU en una entrevista telefónica con los medios.
Durante su intervención, Blinken ha denunciado la posibilidad de que Moscú invada Ucrania “en los próximos días”, pues, en la línea de las declaraciones de Greenfield – “las pruebas sobre el terreno evidencian que Rusia está avanzando hacia una invasión inminente” –, el secretario ha expresado su convicción de que el Kremlin está dando todos los pasos “en dirección a la guerra”.
Estas sospechas toman fuerza con la ruptura del alto al fuego en el distrito oriental de Lugansk, en la región del Donbás, donde esta mañana ha sido reportado un intercambio de acusaciones sobre disparos de proyectiles entre los separatistas prorrusos y las fuerzas gubernamentales ucranianas. “Hemos visto las informaciones sobre los bombarderos, y es algo realmente preocupante. Hemos dicho ya que los rusos podrían hacer algo como esto para justificar un conflicto militar", sostenía el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin, tras conocer los incidentes. En la misma línea, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha manifestado que la alianza está “preocupada” por que Moscú pueda estar buscando un pretexto para el conflicto.
“No sabemos exactamente la forma que tendrá [el pretexto para el ataque]. Podría ser un bombardeo terrorista fabricado al interior de Rusia. El descubrimiento inventado de una fosa masiva, un ataque montado con dron contra civiles, o un ataque falso, incluso real, usando armas químicas”, ha relatado Blinken.
Sin embargo, haciéndose eco de las declaraciones de Lloyd Austin en la sede de la OTAN, el secretario de Estado norteamericano ha subrayado no tener intención de iniciar una guerra, sino de prevenirla. En este sentido, Blinken ha hecho pública su propuesta de mantener una reunión con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, la próxima semana para “resolver la crisis sin conflictos”. El funcionario estadounidense ha expresado que la misiva ya ha sido trasladada al Kremlin, y espera que el futuro encuentro permita allanar el camino para la celebración de una cumbre entre los dos gobiernos; así como una serie de reuniones con la OTAN y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Por su parte, las autoridades rusas han defendido que las advertencias de Washington sobre una invasión se enmarcan dentro de un “ataque mediático coordinado” contra Moscú. El exdiplomático Yuri Ushakov acusó a la Casa Blanca de estar “inflando la histeria”, mientras que Dmitri Peskov, secretario de Prensa y portavoz del Kremlin, calificó todas las declaraciones estadounidenses de “vacías e infundadas”.
Mientras, Antony Blinken ha aprovechado su discurso ante el Consejo de Seguridad para rechazar estas afirmaciones: “Lo hemos visto con nuestros propios ojos durante meses, y lo que Rusia ha estado haciendo es deslegitimar nuestras alertas tildándolas de melodrama y sinsentido mientras amasan tropas en la frontera de Ucrania y aumentan sus capacidades de cara a una posible invasión”.
En el seno de las negociaciones, el papel de los Acuerdos de Minsk es clave. Ambas partes recurren a las acusaciones de la violación de este tratado por parte del otro bando, y es que estos pactos firmados en 2015 bajo los auspicios de Francia y Alemania (el Cuarteto de Normandía), comprometían a Ucrania a reformar la Constitución y conceder una amplia autonomía a las regiones de Donetsk y Lugansk –garantizando la celebración de elecciones locales–, en tanto que Rusia retirase su armamento y sus tropas del territorio ucraniano.
Ahora, con la solicitud de reconocimiento de la soberanía de Lugansk y Donetsk por parte de la Cámara Baja del Parlamento ruso, el martes, los Acuerdos de Minsk podrían estar más en peligro que nunca. Por ello, diplomáticos occidentales tales como el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, han solicitado a Putin que rechace esta petición por considerarla “una clara violación de los Acuerdos”.
Coordinador de América: José Antonio Sierra.