La caída de Al-Assad y la debilidad de Hezbolá influyen en la decisión de derrotar a los hutíes en Yemen
El partido Al-Islah, rama de los Hermanos Musulmanes en Yemen, está liderando una intensa propaganda sobre un posible derrocamiento de los hutíes también conocidos como Ansar Allah (Partidarios de Dios), aliados de Irán, y el fin de su control sobre la capital Saná y el resto de las regiones de Yemen.
La creciente debilidad de Irán, que está perdiendo a sus principales apoyos en la región, tras la caída de Al-Assad y la debilidad de Hezbolá, está afectando a los hutíes, que ya no cuentan con la protección irání.
Además, el clima internacional tampoco les resulta favorable, con el regreso del líder republicano Donald Trump a la Casa Blanca, quien ya mostró su firme postura frente al rearme de la República Islámica, en comparación con la tibieza de la Administración Biden.
¿Quiénes son los hutíes?
En septiembre de 2014 los Partidarios de Dios, grupo armado en Yemen, tomaron el control de la capital, Saná, para exigir al Gobierno una mayor participación chií en la toma de decisiones de Yemen. Debido a esto, los hutíes establecieron una autoridad paralela a la autoridad yemení.
Esto fue posible, ya que a principios de ese mismo año se levantaron contra Abd-Rabbuh Mansur Hadi, quien era el sucesor del presidente Alí Abdalá Salé. Posteriormente, llegaron a un acuerdo con Salé y pretendían restaurarlo en el poder.
Tras lo ocurrido, los Partidarios de Dios tomaron el control de la provincia de Sadá en el norte de Yemen y, a principios de 2015, capturaron la capital, Saná, obligando a que el presidente Abd-Rabbuh Mansur Hadi huyera al extranjero.
Los rebeldes hutíes siguen el modelo de Hezbolá y este grupo les ha proporcionado tanto experiencia como entrenamiento militar desde 2014. Además, este grupo tiene como aliado a Irán, ya que tienen como enemigo común a Arabia Saudí.
El partido Al-Islah y el posible derrocamiento de los hutíes
En ámbitos políticos, el Consejo de Dirección Presidencial liderado por Rashada al-Alimi no anunció su abandono de la opción de paz que Arabia Saudí intenta lanzar en Yemen con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El partido Al-Islah y su llamamiento a una decisión militar ayuda a pulir la imagen y librar de acusaciones a la rama local de la Hermandad, como la acusación que la persigue constantemente sobre la responsabilidad que tienen en empoderar a los hutíes, ya que son los primeros que estuvieron detrás de los acontecimientos que estallaron contra el expresidente Alí Abdalá Salé, bajo el nombre de Revolución Juvenil.
Asimismo, los partidos políticos yemeníes creen que la presencia de los Hermanos Musulmanes en la escena yemení y su liderazgo en el momento de pedir la liberación de Saná podría constituir un punto débil en el enfrentamiento con los hutíes y un factor alienante para los demás socios, que no confían en el grupo y no quieren ver a Yemen pasar al control de los aliados de Turquía y Qatar.
El partido se dio cuenta del disgusto de sus socios y recientemente ha comenzado un acercamiento y reconciliación con ellos, incluyendo a los partidarios del expresidente Salé y su legado político.
Además, el líder de Al-Islah, Abdul Razzaq Al-Hijri, pidió olvidar las diferencias del pasado “como una necesidad nacional para derrotar el golpe hutí y restaurar el Estado”. Esto lo mencionó en un discurso para conmemorar el asesinato de Salé, a quien la Hermandad ha descrito como un “mártir”.
El líder de Al-Islah también vinculó este momento con la reconquista de Saná, expresando que “el levantamiento del 2 de diciembre, encabezado por el mártir Salé, significó una adición a la batalla por la salvación nacional que nuestro pueblo y sus fuerzas leales están librando para restaurar el Estado”.