China lleva a cabo un nuevo ejercicio militar en el estrecho de Taiwán
China ha llevado a cabo un nuevo ejercicio militar en el estrecho de Taiwán entre el 6 y el 8 de mayo, según un comunicado oficial del Ejército Popular de Liberación (las Fuerzas Armadas chinas). En este ejercicio habrían participado tanto su fuerza aérea como su Armada, en territorios al este y sudoeste de la isla de Taiwán. El objetivo, según el EPL, habría sido mejorar sus capacidades de operaciones conjuntas.
China habría desplegado hasta cinco destructores, una fragata y un buque de reabastecimiento, liderados por el portaviones Liaoning, uno de los dos buques de este tipo en posesión de Pekín, de acuerdo con el Taipei Times, citando declaraciones de autoridades japonesas y taiwanesas.
Durante estos ejercicios, el Ministerio de Defensa taiwanés anunció incursiones diarias de las fuerzas aéreas chinas desde el 3 al 9 de mayo en su Zona de Identificación de Defensa Aérea, un amplio espacio geográfico más allá del espacio aéreo taiwanés, que Taipéi utiliza para monitorizar posibles amenazas.
Esta no es la primera vez que China ejecuta una acción similar, sino que se ha vuelto un acto periódico que repite cada pocas semanas.
Taiwán, o la República de China, su nombre oficial, es un Estado de reconocimiento limitado separado del resto de China continental durante la Guerra Civil de este país (1927-1949), tras la retirada a la isla del Gobierno nacionalista del Kuomintang liderado por Chang Kai-shek.
Tanto Taipéi como Pekín reclaman constituir la verdadera China, si bien el sentimiento independentista taiwanés, que aspira a establecer un Estado propio, ha crecido fuertemente en las últimas décadas, contando, cada vez más, con el apoyo de Estados Unidos y sus aliados, quienes, no obstante, únicamente reconocen a la República Popular China (RPCh).
Para Xulio Ríos, director del Observatorio de Política China (OPCh), con este tipo de ejercicios “China pretende enviar el mensaje al Gobierno de Taiwán y a quienes lo apoyan de su determinación para lograr la unificación”. En este caso, Pekín estaría respondiendo, continúa Ríos, a la visita de una delegación del partido del primer ministro japonés, Fumio Kishida, a la isla, así como unas declaraciones del propio Kishida en Londres en las que alertó de una posible emulación china de la invasión de Rusia a Ucrania, un temor que ha ido ganando peso en Taipéi y las cancillerías occidentales.
Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Joseph Wu, afirmó en unas declaraciones a la CNN que “Taiwán está preparado para defenderse a sí mismo contra China” y pidió más armamento estadounidense para ello, emulando el ejemplo ucraniano.
Por su parte, Williams Burns, el director de la CIA, afirmó que el fracaso inicial de la invasión rusa está afectando a los cálculos chinos sobre Taiwán. “No creo en absoluto que esto haya erosionado la determinación de Xi [Jinping] de hacerse con el control de Taiwán en el futuro, pero creo que es algo que está afectando a su cálculo sobre el cómo y el cuándo”, finalizó Burns.
China, oficialmente, sigue enfatizando la “reunificación pacífica” con la isla. Así lo mencionó el presidente Xi Jinping, quien el pasado diciembre declaró que “la reunificación nacional por medios pacíficos es el interés general de la nación china, incluidos nuestros compatriotas de Taiwán” y volvió a proponer la idea de “un país, dos sistemas”, la fórmula utilizada para reintegrar a Hong Kong y Macao, que supone un amplio régimen de autonomía.
No obstante, Pekín nunca ha renunciado a la vía militar, que se reserva en caso de una declaración de independencia de la isla de acuerdo con su Ley Antisecesión del 2005. Además, 2049, año del centenario del establecimiento de la RPCh, es señalado como posible límite para lograr la reunificación, si bien algunos analistas han señalado, incluso, que China podría buscar una solución para 2027, año del centenario del EPL.
Pero los planes de China parecen haber quedado trastocados de la mano del triunfo electoral del independentista Partido Democrático Popular (PDP) en la isla, cuya líder, Tsai Ing-wen, se impuso tanto en las elecciones presidenciales de 2016 como en las de 2020 frente al KMT, el socio predilecto chino. Desde la llegada al poder del PDP, las relaciones entre Pekín y Taipéi se han roto, y el PCCh ha apostado por aumentar la presión y el aislamiento de la isla, tras un periodo de acercamiento bajo la Presidencia de Ma Ying-jeou (2008-2016), del KMT.
Xulio Ríos señala la importancia de las elecciones presidenciales de 2024, que pueden suponer un punto de inflexión si el independentismo vuelve a alzarse con la victoria, alentando a los partidarios de una solución militar.
Esta opción contaría, eso sí, con muchos riesgos para China, pudiendo trastocar, entre otras cosas, sus planes de desarrollo económico o su posicionamiento como potencia global.
“Lo que sí está claro”, concluye Ríos, “es que el PCCh no renunciará fácilmente a la reunificación, pero cabe pensar que tampoco sacrificará todo lo conseguido hasta ahora en el continente por lograr ese objetivo, por más importante que sea”.