Condena internacional tras el golpe de Estado en Níger
De nuevo, la inestabilidad política golpea la región del Sahel. En esta ocasión, ha sido Níger el último país de la zona en sufrir un golpe de Estado, uno más en su larga lista de motines y sublevaciones militares. Esta mañana, los golpistas anunciaron la destitución del presidente Mohamed Bazoum, elegido democráticamente y uno de los últimos líderes de la región cercano a Occidente.
Actualmente, al igual que ocurre en otras naciones vecinas que también han sido víctimas de golpes de Estado como Burkina Faso o Mali, Níger está dirigido por una junta militar. Los golpistas, que se autodenominan Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria, han justificado el levantamiento basándose en el “continuo deterioro de la situación de seguridad” y en “la mala gobernanza económica y social”. Este mensaje es similar al de otros líderes golpistas del Sahel que también decidieron tomar el poder por la fuerza y, en muchos casos, no respetando la voluntad del pueblo y apoyados por agentes extranjeros.
Al igual que ocurrió en otros lugares, la sombra del grupo ruso Wagner está muy presente en Níger, un país con importantes yacimientos de uranio. A pesar de sus ricos recursos, la nación ocupa uno de los puestos más bajos en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas del año 2022. Además de la pobreza, la inestabilidad política y la fuerte sequía, Níger -al igual que toda la región- debe hacer frente a la expansión de grupos terroristas.
La comunidad internacional no ha tardado en pronunciarse acerca de lo ocurrido, condenando el levantamiento militar y la destitución de Bazoum. La Unión Africana, Francia y la Unión Europea, así como Estados Unidos, han pedido la liberación del presidente y su familia. Washington, en concreto, ha exigido que los golpistas liberen al presidente y “se abstengan de cualquier acto violento”, recordando también que el país africano es “un socio crucial” para Estados Unidos. El pasado mes de marzo, el secretario de Estado, Antony Blinken, se reunió con Bazoum con el fin de reforzar la cooperación en materia de seguridad en una región cada vez más inestable e insegura.
“Francia condena firmemente cualquier intento de tomar el poder por la fuerza y se une a la Unión Africana y a la CEDEAO para pedir que se restablezca la integridad de las instituciones democráticas de Níger”, escribió la ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna en su cuenta de Twitter.
El alto representa de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha reafirmado el apoyo comunitario al presidente Bazoum, destacando la relevancia de Níger como “un socio esencial de la Unión Europea en el Sahel”. En el comunicado, Borrell subraya que la desestabilización de Niger “no serviría a los intereses de nadie, ni en el país, ni en la región y más allá”. El jefe de la diplomacia europea se reunió con Bazoum a principios de julio para trasladar la voluntad de Bruselas de reforzar el apoyo militar con el fin de luchar contra los grupos yihadistas.
Rusia también ha pedido “la rápida liberación” del presidente Bazoum a través de un comunicado de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, quien también ha pedido a todas las partes que “se abstengan del uso de la fuerza” y hagan uso del “diálogo pacífico y constructivo”.
Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha dialogado con el presidente, al quien expresó su “total respaldo y solidaridad”. Volker Türk, alto comisionado de la organización para los derechos humanos, también ha pedido la puesta en libertad de Bazoum, así como la restauración del “orden constitucional y el estado de derecho”. Türk ha pedido a los líderes militares “abstenerse de la violencia” y ha querido recordar “los importantes logros democráticos logrados en los últimos años”.
Organizaciones regionales como la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) también han expresado su rechazo al golpe. La CEDEAO también ha anunciado que el presidente de Benin, Patrice Talon, se dirigió a Níger en un intento de mediación.
Igualmente, países árabes como Egipto y Arabia Saudí han mostrado su preocupación por lo sucedido. Riad, en concreto ha pedido “priorizar el interés del pueblo de Níger para evitar la agitación política que podría poner en riesgo vida y recursos naturales”. Por otro lado, El Cairo también ha puesto de manifiesto la necesidad de priorizar “el interés de la patria y preservar la seguridad de los ciudadanos”.