El coronavirus en Irán: opacidad, miedo y medidas sin precedentes
Si ha habido un país que ha recibido el fuerte impacto del coronavirus, además de China e Italia, ese ha sido Irán.
Desde que estallara el brote en la nación el pasado 19 de febrero, se han contabilizado alrededor de 3000 contagios y cerca de un centenar de muertes. Solo este domingo, se registraron 523 nuevos contagios. Sin embargo, expertos en todo el mundo advierten de que el número podría ser mucho mayor, debido a la escasa transparencia protagonizada por las autoridades. Del mismo modo, el porcentaje de muertes, cercano al 5,5%, es mucho mayor que en el resto de países que han registrado contagios, lo que, de acuerdo con Time, “sugiere que la cantidad de infecciones en Irán pueda ser mucho mayor de lo que muestran los datos actuales”. En esta línea, cabe destacar que fuentes consultadas por la cadena británica BBC elevan el número de muertes hasta las 300.
La alta política también ha resultado afectada. En las últimas horas, se ha conocido que el primer vicepresidente del país, Ishaq Jahangiri, ha contraído la enfermedad. Otra vicepresidenta, Masoumeh Ebtekar, el ministro de Industria, Reza Rahmani, y el viceministro de Salud y jefe de una fuerza especial del Gobierno iraní sobre el coronavirus, Iraj Harirchi, por paradójico que parezca, también han sido contagiados. Del mismo modo, otros 23 parlamentarios se habrían infectado, según ha desvelado un miembro de la Cámara citado por Al-Ain.
En el caso del asesor del líder supremo Alí Jamenei, Mohammad Mirmohammadi, el virus ha resultado fatal. Este lunes, la radio estatal anunció su fallecimiento a los 71 años de edad, convirtiéndose en el primer funcionario de alto nivel en sucumbir a la enfermedad. El parlamentario Mohammad Ali Ramadi, elegido para su cargo en las últimas elecciones legislativas del 21 de febrero de 2020, y el exembajador de Irán en el Vaticano, Seyyed Hadi Khosroshahi también han muerto por la enfermedad.
“El coronavirus ha infectado a casi todas las regiones del país”, ha reconocido este miércoles el presidente Hasán Rohaní, por lo que ha ordenado el despliegue del Ejército para apoyar al personal sanitario, a instancias del líder supremo, Alí Jamenei.
Las autoridades iraníes han ordenado este miércoles la puesta en libertad de 54.000 prisioneros para evitar la propagación del coronavirus en las cárceles, lugares de riesgo por el hacinamiento de personas. La liberación tiene una duración temporal y no se han beneficiado de ella los reclusos con penas de más de cinco años. La portavoz judicial Gholamhossein Esmaili ha asegurado que ninguno de los presos ha dado positivo, pero de acuerdo con la corresponsal de la BBC Rana Rahimpour, esa información es “poco fiable”. “Antes habían reconocido que no tenían el equipamiento necesario para contrarrestar la propagación. Que de repente tengan la capacidad para hacer los test a 54.000 personas, es poco probable”, ha señalado.
Otra medida que ha adoptado el Gobierno de Teherán ha sido el bloqueo de Wikipedia. Según ha informado NetBlocks, la organización que rastrea el estado de la red, “las nuevas restricciones llegan mientras Irán afronta una creciente crisis tras la pérdida de miembros importantes del Estado por el coronavirus, y una oleada de críticas y desinformación que se ha propagado por medios sociales”.
“La gente tiene mucho miedo. No sale a la calle ni siquiera en Teherán”, ha asegurado el periodista de la cadena británica Soroush Pakzad. “Cuando llegaba a casa solía dejar que mis hijos me preparasen un té o algo de comida. Ahora, cada vez que llego, solo me siento culpable, porque pienso, de forma paranoica, si seré portador del virus y si voy a infectar a mi familia”, ha explicado por su parte el comentarista de televisión Ghanbar Naderi. “Así es como ha cambiado la mentalidad en Irán. Nadie está mandando a sus hijos al colegio estos días. Yo tampoco”, ha recalcado.
El Gobierno de Hasán Rohaní ha dado la orden de cerrar provisionalmente todas las escuelas, universidades y lugares públicos hasta el 10 de marzo, con excepción de las mezquitas y los templos religiosos, a cuya clausura se oponen las autoridades eclesiásticas. “Cerrar estos lugares sería grave a los ojos de los clérigos y es un paso que probablemente no darían a menos que se vean presionados internacionalmente”, expone Rahimpour.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha advertido este miércoles que el coronavirus “se ha arraigado en Irán”, entre otros motivos, “por la falta de equipos preventivos para los trabajadores de la salud”, lo que “complica los esfuerzos para contener la propagación del virus en el país”.
Una delegación de la OMS llegó a Teherán este lunes con equipos de protección para más de 15.000 trabajadores sanitarios, así como con herramientas para realizar diagnósticos a 10.000 personas. Francia, Alemania y Reino Unido también han ofrecido un paquete de ayudas valorado en 5,6 millones de dólares para luchar contra la epidemia.