Defensa se compromete a reforzar la competitividad y la globalización de la industria militar española
- Apoyar la proyección exterior y la competitividad de la industria
- A la búsqueda de un proceso de adquisiciones interactivo
Había gran expectación entre los varios centenares de directivos de la industria nacional y los altos mandos militares asistentes al Foro AESMIDE, que conmemora los 40 años de existencia de la Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas, organización que dirige Gerardo Sánchez Revenga desde mayo de 2009.
La atención estaba centraba en escuchar la intervención del almirante Aniceto Rosique, jefe de la recién amputada Dirección General de Armamento y Material (DGAM), así como la del teniente general del Ejército del Aire Miguel Ivorra, con un mes escaso al frente de la nueva Dirección General de Estrategia e Innovación de la Industria de Defensa, DIGEID.
A pesar de no llevar todavía 30 días en su nueva responsabilidad, el general Ivorra parte con una clara ventaja para asumir sus actuales funciones, al haber ocupado desde julio de 2020 el cargo de director del Gabinete Técnico de la secretaria de Estado de Defensa. Lo ha ejercido tanta en la etapa de Esperanza Casteleiro ‒actual responsable del CNI‒ y ahora de Amparo Valcarce, que está en el puesto desde mayo de 2022, por lo que conoce con sumo detalle los aspectos clave vinculados con las políticas de armamento y material, así como los relativos a los programas de investigación, desarrollo e innovación que ahora le corresponde capitanear.
En su intervención en el Foro AESMIDE, el general Ivorra ha recalcado que la labor de la nueva Dirección General es dedicarse “en exclusividad” a la visión estratégica, a la política industrial de defensa y a la internacionalización de la industria del sector, con la finalidad de “reforzar la cooperación internacional y aumentar el apoyo exterior al ecosistema español de defensa”.
En su opinión, la creación de la nueva dirección es “un paso estratégico fundamental” para asegurar que España continúe siendo “un actor relevante en el ámbito de la defensa europea”. En ese sentido, coincide con el argumento de que “no es posible tener una defensa fuerte sin una industria de defensa competitiva”, para lo que la innovación y la transformación tecnológica son dos pilares fundamentales”.
Apoyar la proyección exterior y la competitividad de la industria
Para conformar una base industrial competitiva y sostenerla en el tiempo, el general Ivorra se ha marcado una terna de líneas de acción. La primera es “anticipar” las necesidades futuras de las Fuerzas Armadas, otra más es “dar respuesta” al constante esfuerzo por mantener un adecuado nivel de seguridad. Por supuesto, “liderar” proyectos tecnológicos de vanguardia, para fortalecer las capacidades del tejido científico, tecnológico e industrial, todo ello orientado a “proteger los intereses, el desarrollo y el bienestar de la sociedad española”.
En línea con la reciente creación en la Comisión Europea de una cartera de Defensa y Espacio, para atender mejor la cada vez mayor participación de España en programas colaborativos europeos y de la OTAN y responder al previsible progresivo aumento del presupuestario de Defensa, el general Miguel Ivorra es consciente que uno de sus esfuerzos pasa por proporcionar “un fuerte apoyo institucional a la presencia de nuestra industria en los entornos y programas internacionales y para aumentar su competitividad”.
En esencia, la nueva Dirección General de Estrategia e Innovación de la Industria de Defensa está centrada en “apoyar la innovación y la proyección internacional” de la industria, lo que conlleva “abrir nuevos mercados y consolidar la presencia española en los ya existentes”, subraya el general Ivorra. También supone definir la estrategia, las políticas que la desarrollan y su planificación, con el ánimo de buscar sinergias entre programas civiles y militares en los ámbitos de la inteligencia artificial, la robótica, la cuántica, la nanotecnología, la fabricación aditiva y los materiales avanzados.
En palabras del general Ivorra, la Dirección General que encabeza está dotada del capital humano y de los instrumentos legales, materiales y digitales para tener la visión a larga distancia que le proporcionan “los prismáticos”, de cara a lograr “un mejor posicionamiento de nuestra industria en el mercado internacional”. Por su parte, la DGAM haría las veces de “lupa”, que permite observar con mayor grado de detalle. Su labor quedaría volcada en “proporcionar los sistemas de armas y equipamientos que demandan las Fuerzas Armadas mediante la ejecución de los programas de obtención y modernización”.
El general Ivorra se ha autoimpuesto que su organización “comience a funcionar a pleno rendimiento cuanto antes”. También se ha marcado el objetivo de “ayudar a potenciar la base industrial y tecnológica de la defensa “en su conjunto”, lo que incluye a pymes y startups “para facilitar la capilaridad en todo el entramado industrial”. Para aumentar el músculo empresarial, entre sus metas también está “fortalecer el ecosistema innovador” mediante una estrecha colaboración entre la administración pública, la industria y la comunidad científica y tecnológica.
A la búsqueda de un proceso de adquisiciones interactivo
De la intervención del director general de Armamento y Material, almirante Aniceto Rosique, cabe destacar que en sus primeras palabras afirmó que el cambio en la estructura orgánica que ha sufrido la organización que dirige desde enero de 2022 “no ha afectado para nada el funcionamiento de la DGAM”. Aunque seguidamente matizó que “con la diferencia que los programas de I+D y los internacionales pasan a la nueva dirección general recién creada”.
Desde su punto de vista, escindir las responsabilidades de la DGAM en dos organizaciones, la DIGEID y la DGAM, permite a esta última “seguir desempeñando su papel crucial”. No es otro que “centrarse en los procesos de adquisición, modernización y sostenimiento de sistemas de armas y equipos para satisfacer las necesidades materiales de las Fuerzas Armadas, que es nuestra razón última de ser, con independencia de la estructura orgánica que las sustente”.
Con una DGAM “saturada, pero no bloqueada” al tener que gestionar alrededor de 250 programas en marcha, de los que 57 son de obtención, el almirante Rosique hizo alusión a que la instauración de la dirección general de Estrategia e Innovación de la Industria de Defensa le descarga de buen número de ellos. Por tanto, “me reduce la burocracia, a la vez que me agiliza y promueve un mejor grado de cooperación y corresponsabilidad entre ministerios, universidades y centros de investigación”.
También explicó que, por su parte, intenta que el proceso de adquisiciones “sea interactivo y no secuencial”, con vistas a hacerlo “más ágil”, con la finalidad principal de que las empresas y la tecnología española consigan alcanzar la máxima autonomía estratégica posible en el proceso de adquisiciones.
En segunda prioridad, están las compras en el escenario europeo. En tercer lugar, si no existen capacidades nacionales ni europeas que cubran los Requisitos de Estado Mayor definidos para un sistema de armas, “no queda más remedio que comprar fuera”, aunque “se pone todo el empeño en que su sostenimiento corra a cargo de empresas nacionales”, precisó.
El Foro AESMIDE 2023 fue abierto por la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, que no anticipó el volumen económico de sus posibles presupuestos para 2025, caso de que no se prorroguen los actuales. Además de altos directivos del sector, en el evento estuvo presente el jefe de Estado Mayor del Aire y del Espacio, general Francisco Braco; el presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, Alberto Fabra; el director general de Asuntos Económicos, general del Aire José Luis Sánchez, así como almirantes y generales de los Mandos Logísticos de Tierra, Armada y Aire/Espacio.