Los líderes de Egipto, Emiratos, Bahréin, Jordania e Irak tratarán de fortalecer las relaciones diplomáticas con el fin de hacer frente a los nuevos desafíos regionales

Egipto acoge una cumbre para defender “la unidad árabe”

WAM - El presidente emiratí Mohamed Bin Zayed se reúne en Egipto con su homólogo egipcio, Abdel Fattah al-Sisi durante una visita a la ciudad de Alamein

La ciudad egipcia de El-Alamein acoge una nueva cumbre árabe en la que participaran los líderes de Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto, junto con el primer ministro de Irak. En ella se espera que los representantes de estos países debatan sobre los profundos cambios que está experimentando la región tanto en términos diplomáticos como políticos y sociales.

El primer líder en llegar al enclave egipcio fue el presidente emiratí, Mohamed bin Zayed, quien se reunió con el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, para discutir sobre los desafíos regionales e internacionales que los países de Oriente Medio tienen que enfrentar como consecuencia de las nuevas transformaciones que están sacudiendo a la región. Asimismo, durante el encuentro, destacaron la importancia de mantener una consistente unidad árabe que sea capaz de alcanzar “soluciones duraderas” a las actuales crisis que atraviesan los diferentes países. 

Junto a esto y de acuerdo con la agencia de noticias emiratí WAM, ambas partes habrían discutido vías para fortalecer la cooperación bilateral, así como profundizar en las diferentes “prometedoras oportunidades” con el fin de “mejorar la asociación estratégica”, especialmente en el ámbito económico.

En esta línea, las relaciones entre Egipto y Emiratos Árabes Unidos se han caracterizado por ser cercanas. Solo en este año, los líderes de ambos países han escenificado dos cumbres. En la primera de ellas, celebrada en Abu Dabi a principios de enero, también participó el rey bahreiní, Hamad bin Isa Al Jalifa, mientras que la segunda, acogida en el Cairo, reunió al rey jordano, Abdullah II y al primer ministro iraquí, Mustafá Al-Kazemi. 

Además de tratar de fortalecer la cooperación tanto bilateral como entre el resto de los países integrantes de la nueva cumbre, los líderes árabes discutirán sobre las consecuencias económicas y sociales que está trayendo consigo el conflicto ruso-ucraniano, así como las nuevas oleadas de violencia en Palestina.

En este sentido el conflicto palestino-israelí es un tema que salpica al resto de los países árabes por su controversia, más aún después de la normalización, por primera vez, de las relaciones entre Israel y diferentes países árabes como es el caso de Emiratos Árabes, Bahréin o Marruecos después de la firma de los Acuerdos de Abraham, bajo el paraguas de Estados Unidos, durante la presidencia del republicano Donald Trump. 

Mientras que por un lado los Acuerdos significaron un hito histórico que daba pie al fortalecimiento de la región a través de las relaciones entre varios países árabes e Israel, Palestina mostró su descontento, llegando a sentirse “traicionada”. Según declararon varias figuras de la Organización para la Liberación Palestina (OLP), los Acuerdos fueron una “puñalada”, que dejaban “completamente relegada” la causa palestina.

Acontecimientos como el desalojo de las familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrah, situado cerca de la ciudad vieja en Jerusalén Este, fueron condenados abiertamente por Jordania -país que cuenta en la actualidad con más de dos millones de palestinos refugiados - y su rey quien criticó “los intentos de las autoridades israelíes de cambiar la situación demográfica de Jerusalén Este”. Por otro lado, Arabia Saudí, rechazó la “estrategia de Israel para desalojar a decenas de palestinos de sus hogares” y otros países como Marruecos expresaron su “profunda preocupación”. 

Además de estos desalojos, los recientes enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas obligaron al resto de los países árabes a pronunciarse, lo que propició la reunión acogida en el Cairo entre Egipto, Jordania y Emiratos en la que los líderes árabes condenaron a Israel por “cesar todas las medidas que socavan las opciones de paz”.

Por este motivo se espera que el conflicto palestino-israelí vuelva a ocupar la agenda de la reunión, junto con otros temas como la seguridad internacional, el terrorismo, la crisis alimentaria propiciada por la invasión rusa sobre Ucrania, así como la crisis energética, que se prevé que se agrave, sobre todo en Europa, de cara al invierno