El presupuesto de defensa estadounidense para 2023 se inclina a favor de Marruecos como mejor candidato para la resolución del conflicto en el Sáhara

El Sáhara Occidental, clave en la relación militar entre Marruecos y Estados Unidos

PHOTO/AFP - Las banderas de Estados Unidos y Marruecos junto a un mapa de Marruecos autorizado por el Departamento de Estado norteamericano

La cuestión del Sáhara marroquí ha conseguido un nuevo éxito al no circunscribir en el presupuesto de defensa de Estados Unidos para el próximo año ninguna “restricción” en relación al fortalecimiento de la colaboración militar marroquí-estadounidense, conservándola oficialmente como uno de los ejercicios más importantes del proyecto “African Lion 2023” en Marruecos, junto con otros psíses africanos, durante la segunda mitad del próximo año. El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó el “National Defense Authorization Act para el año fiscal 2023”, después de un proceso de enmienda constitucional en el Congreso estadounidense con el consenso alcanzado entre republicanos y demócratas en ambas cámaras legislativas. 

El presupuesto incluido en la ley asciende a 770.000 millones de dólares, el mayor gasto en defensa jamás aprobado en el mundo. Varias áreas incluyen la adquisición, manutención y entrenamiento de equipo, asistencia militar a países y ejercicios militares internos y externos. El proyecto de ley de autorización del presupuesto de defensa generalmente viene con demandas a los países, esta vez apuntando a Marruecos, donde un lobby pro-argelino encabezado por James Inhofe, un exsenador republicano conocido por sus desplantes hostiles al país norteafricano, ha tratado de atribuir una serie de impedimentos que restringen la cooperación en curso con Rabat. 

El Reino de Marruecos mantiene firmemente su integridad territorial con un firme apoyo internacional y no compromete los derechos históricos y legales de sus territorios del sur. En un enfoque activo para defender la justicia en los asuntos nacionales, basado en la visión clarividente y perspicaz del rey Mohammed VI, Marruecos se apoya en una diplomacia continua y activa. Gracias a esta visión, expresada con determinación y convicción, Marruecos pudo reconocer sus logros en 2022 en las Naciones Unidas.

A lo largo de octubre y principios de noviembre, embajadores y representantes de la OUA (Organización para la Unidad Africana) y del bloque regional también expresaron su confianza en la soberanía de Marruecos sobre sus territorios del sur, destacando la iniciativa de autodeterminación como única y exclusiva solución al conflicto, además de la dinámica general de desarrollo que experimenta esta parte del reino. 

En la misma decisión adoptada, el Consejo de Seguridad volvió a destacar el papel de Argelia como principal parte en el conflicto regional sobre el Sáhara marroquí y la instó a colaborar y comprometerse con el secretario general de la ONU en el marco del proceso político hasta la finalización del proceso. A través de esta nueva decisión, el Consejo de Seguridad renovó su compromiso consistente que establece que la solución del conflicto debe ser política, real, práctica y duradera. Hicham Moatad, experto en asuntos internacionales y estratégicos, destacó que la renovación del apoyo incondicional de Estados Unidos a Marruecos se enmarca en la dirección estratégica adoptada por Rabat y Washington para impulsar la calidad de la estrecha cooperación entre los dos países a los más altos niveles de coordinación entre los dos países. 

Cada año, el presupuesto de defensa de los EE.UU., supervisado por el Pentágono, identifica amenazas específicas a la seguridad nacional de la nación norteamericana dentro de su política exterior, particularmente en los campos militar y de seguridad, así como en temas de cooperación internacional y problemas sus aliados en todo el mundo. Bajo el liderazgo del expresidente Donald Trump, después de que Rabat reconociera la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara el 10 de diciembre de 2020, Rabat logró estrechar sus relaciones con Washington. 

Inhofe, exsenador estadounidense, propuso limitar la cooperación con Rabat y privar a Marruecos de albergar los ejercicios del León Africano, aseverando que el reino estaba poniendo obstáculos en el camino de resolver el conflicto en el Sáhara, una falacia comercializada por el frente separatista y Argelia que resonó con los grupos de presión hostiles a los intereses de Marruecos. En cuanto no se hace referencia al socio marroquí en el presupuesto de defensa estadounidense, la propuesta se derrumba. La derrota del exsenador republicano en las elecciones intermedias de noviembre ha moderado su retórica hostil contra Marruecos, pero continúa liderando esfuerzos que no parecen afectar el estatus del reino como un socio estadounidense confiable. 

El experto en asuntos internacionales y estratégicos explicó que la renovación del apoyo estadounidense a Marruecos sin ninguna restricción, a pesar de la presión de algunos grupos de presión estadounidenses que se oponen a los intereses marroquíes, es un nuevo éxito político y diplomático para el arraigado sistema de cooperación estratégica entre Rabat y Washington y una respuesta directa a todos los confesores regionales e internacionales a este modelo de cooperación en la región, especialmente porque su naturaleza depende de la integración crítica de muchos temas geoestratégicos sensibles y complejos.

Coordinador de América: José Antonio Sierra.