Irán se acerca a las potencias del Golfo tras nuevas conversaciones bilaterales con Arabia Saudí, y con la intención de reabrir las embajadas emiratí y kuwaití en su territorio

Emiratos tiende la mano a Irán y plantea enviar un nuevo embajador a Teherán

PHOTO/AHMAD ABDO - El ministro de Relaciones Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, Abdullah bin Zayed al-Nahyan

“La próxima década no puede ser como la década anterior. [La que viene] es una década en la que 'desescalada' debería ser la palabra clave”, eran las palabras de Anwar Gargash, principal asesor diplomático del presidente de los Emiratos Árabes Unidos. La estrategia “cero problemas” que, parece, definirá los próximos movimientos de Abu Dabi para con sus vecinos en la región. Incluyendo a la República Islámica de Irán.

Por ello, y según informó la agencia de noticias emiratí WAM, el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Abdullah bin Zayed al-Nahyan, y su homólogo iraní, Hussein Amir-Abdollahian, mantuvieron este miércoles unas conversaciones telefónicas que tenían por objetivo “impulsar las relaciones bilaterales y las áreas de cooperación conjunta en beneficio común de ambos países”. Algo que respaldaron las declaraciones del titular de Exteriores emiratí, Bin Zayed, que afirmó querer “restablecer la calidez de las relaciones entre los dos países y abrir nuevos horizontes para las relaciones, especialmente frente a los nuevos desafíos de seguridad y estabilidad en la región”. 

El envío de un nuevo embajador emiratí a Teherán, tras casi seis años sin representación diplomática en la República Islámica, se perfila como una de las herramientas de las que Abu Dabi hará uso. Es importante “elevar el nivel de representación diplomática entre los dos países, de manera que mejore la expansión de las relaciones bilaterales”, afirmó Bin Zayed tras la llamada telefónica con Abdollahian. Mientras que, por su parte, su homólogo iraní aprovechaba para alabar “la actitud positiva de los altos funcionarios de ambos países sobre sus lazos bilaterales”. 

El cambio estratégico emiratí –que se enmarca en el complicado equilibrio entre su alianza con la superpotencia estadounidense, su reciente asociación con Israel y su política de distensión hacia Irán, histórico adversario regional de Abu Dabi –, parece estar impulsado por motivaciones económicas. “La economía es una de las herramientas para generar mayor confianza mutua. Tenemos que usar la economía en varios campos para impulsar una gran desescalada política”, explicaba Anwar Gargash.

En este sentido, el Gobierno emiratí ha abierto también nuevos canales de comunicación con otras potencias como Turquía o Qatar, y ha llamado a los Estados del Golfo a participar de una “diplomacia colectiva” para alcanzar el acuerdo nuclear con Irán que las potencias occidentales no son capaces de sellar. 

¿Una reacción a la alianza entre Israel y EE. UU.?

El anuncio del acercamiento iraní-emiratí llega poco después de que la gira de Joe Biden por Oriente Medio se materializase en la firma de un acuerdo de seguridad entre EE. UU. e Israel, cerrando filas contra Teherán. El pacto, sellado tan solo un día después de que Biden dijese estar abierto al uso de la fuerza como “último recurso”, compromete a ambas partes a negar el armamento nuclear a Irán, y simboliza la unidad de la alianza. 

Sin embargo, Abu Dabi ha rechazado cualquier tipo de confrontación en ningún escenario futuro. “Estamos abiertos a la cooperación, pero no a la cooperación dirigida contra cualquier otro país de la región, y menciono específicamente a Irán”, decía Gargash. Y es que, pese al interés del emirato en una alianza de seguridad que conecte los sistemas de defensa aérea de todos los países del Golfo contra los ataques de drones y misiles, el asesor diplomático del presidente emiratí ha puntualizado que el país “no va a formar parte de ningún grupo que vea la confrontación como una dirección, aunque sí que tenemos serios problemas con Irán y con su política regional” que esperan solventar a través de la diplomacia. 

“Tenemos un ojo abierto. Tenemos muy claro que, si algo defiende a los EAU y a sus civiles, por supuesto que estamos abiertos a estas ideas, pero no a la idea de crear ningún eje contra tal o cual país”, añadió. 

Y no solo Emiratos Árabes…

A la reactivación de las conversaciones –oficiales y no oficiales – entre representantes emiratíes e iraníes, así como de las relaciones económicas entre ambas potencias, se han sumado también los acercamientos de Teherán con Kuwait y Arabia Saudí.

Según el titular de Exteriores iraní, Hussein Amir-Abdollahian, no es solo Abu Dabi, sino, también, Kuwait, quien tiene “la intención de enviar a sus embajadores a Teherán en un futuro próximo”. Mientras que Arabia Saudí ha mantenido “cinco rondas de conversaciones de seguridad” que, según parecen haber informado fuentes iraquíes (mediadoras en el diálogo indirecto entre Riad y Teherán) al ministro iraní, “se convertirán en negociaciones políticas públicas” próximamente. 

El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Naser Kananí, explicó durante una rueda de prensa que el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, al margen de la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), expresó su interés en celebrar una próxima reunión con Irán en territorio iraquí, de modo oficial, abierto y a nivel político.

“Esta es una señal positiva, y creemos que, debido a la voluntad positiva de las partes en avanzar, el terreno está allanado para tener la próxima reunión a nivel político y oficial en Bagdad, siendo un paso tangible hacia la reanudación de los lazos diplomáticos”, subrayó Kananí sin concretar la fecha del encuentro, o si el nivel político significará una cita entre los ministros de Exteriores.