Erdogan abre “una ventana de oportunidad” para finalizar el conflicto kurdo
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) reivindicó el atentado contra la sede de la empresa estatal TAI, en el que murieron 5 personas y 22 resultaron heridas. El día anterior, Devlet Bahceli, jefe del partido ultranacionalista turco MHP, tendió una sorprendente rama de olivo al líder encarcelado del PKK, Abdullah Ocalan, invitándole al Parlamento a renunciar al terror y disolver su grupo proscrito.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha expresado este miércoles su pleno apoyo al llamamiento de su aliado nacionalista a los kurdos de Turquía, afirmando que abre una “ventana de oportunidad”.
Las declaraciones de Erdogan fueron la última y más clara señal de que Ankara buscaba un acercamiento con los kurdos, a pesar del mortífero ataque de la semana pasada contra una empresa de defensa turca, reivindicado por militantes del PKK.
El PKK, o Partido de los Trabajadores del Kurdistán, lleva décadas insurgiendo contra Turquía y Ankara y sus aliados occidentales lo consideran una organización terrorista. Turquía lleva a cabo habitualmente ataques contra objetivos kurdos en el norte de Siria e Irak. Bahceli afirmó que Ocalan, fundador del PKK, que cumple cadena perpetua sin libertad condicional en régimen de aislamiento desde 1999, debería tener “derecho a la esperanza”.
Sus declaraciones se interpretaron en el sentido de una posible puesta en libertad anticipada. Bahceli, cercano a Erdogan y siempre hostil al PKK, habló de hermandad: “turcos y kurdos deben amarse, es una obligación tanto religiosa como política para ambas partes”. Dirigiéndose el miércoles a los legisladores de su partido gobernante, el AKP, Erdogan dio todo su apoyo a Bahceli, afirmando que el pueblo turco ve “la ventana de oportunidad histórica que se ha abierto ante nosotros, y está entusiasmado”.
“Mis queridos hermanos kurdos, esperamos que agarren con firmeza la mano sinceramente tendida (de Bahceli)”, dijo Erdogan, instándoles a unirse a los esfuerzos para construir lo que llamó el “siglo de Turquía”. “Si Dios nos da la oportunidad, tenemos la intención de eliminar (el conflicto con los kurdos) por completo de la agenda nacional”, remarcó, diciendo que sería el “logro supremo” de su carrera política.
Pero Erdogan dijo que su llamamiento no iba dirigido a los “barones del terror” de Irak y Siria. Tras el atentado de la semana pasada, aviones de guerra turcos bombardearon objetivos del PKK en el norte de Irak y Siria.
“Hasta el establecimiento de un país y una región sin terror, continuaremos este combate en varias dimensiones”, insistió el presidente al citar las operaciones en curso. Un día después de las declaraciones iniciales de Bahceli, se permitió a Ocalan, recluido en una isla-prisión turca, su primera visita familiar desde marzo de 2020.
En medio de signos de suavización, el principal partido pro-kurdo DEM dijo el miércoles que había mantenido conversaciones con el Ministerio de Justicia sobre la flexibilización de las condiciones de prisión de Ocalan.
“Hubo una reunión con el Ministerio de Justicia sobre el levantamiento del aislamiento”, declaró a la prensa Tuncer Bakirhan, copresidente del partido, tras una reunión de su facción en el Parlamento. “El levantamiento del aislamiento nos beneficiaría a todos porque Ocalan está expresando ideas que contribuirán a sentar las bases de la paz y la democracia”, declaró.
Contexto regional
Para Hamit Bozarslan, especialista en la cuestión kurda afincado en París, el cambio de postura de Turquía está relacionado con la escalada de conflictos en Oriente Próximo. “A una parte del Gobierno le gustaría entablar un diálogo con el movimiento kurdo, sobre todo si la situación regional se deteriora y debilita a Irán, lo que tendría un impacto definitivo en Irak y Siria”, declaró a la AFP.
Ambos países limitan con Turquía y albergan importantes y poderosas minorías kurdas. Turquía y sus aliados occidentales consideran desde hace tiempo que el PKK, que lleva desde 1984 librando una insurgencia intermitente contra el Estado turco en la que han muerto miles de personas, es un grupo terrorista.
Sin embargo, el atentado del PKK en Ankara plantea interrogantes sobre el poder de Ocalan dentro del movimiento tras más de 25 años entre rejas. Para Bozarslan, “Ocalan sigue siendo el actor clave» capaz de “ejercer su influencia” sobre cualquier proceso político en curso. Pero para Yektan Turkyilmaz, académico afincado en Austria, tras años sin ningún “contacto orgánico” con la dirección del PKK, será “un gran desafío para Ocalan imponer un plan respaldado por el Gobierno” al diverso movimiento kurdo.
“Ocalan no sólo se encuentra en la posición más difícil de toda su carrera, sino que también corre un gran, gran riesgo porque nunca ha conseguido convencer a sus propios partidarios de que acepten una solución política pacífica” al conflicto, afirmó. “Y lo mismo podría decirse del Gobierno”, añadió.
Los observadores afirman que la iniciativa del Gobierno de tender la mano a los kurdos está directamente relacionada con su temor a que se extienda el conflicto a causa de la guerra de Israel contra Hamás en Gaza y su asalto al Líbano.
Según Turkyilmaz, el acercamiento de Ankara a los kurdos es un intento de “reforzar” el frente interno para hacer frente al desafío regional planteado por Israel. Pero, sobre todo, buscaba una “oportunidad” para aliviar la presión a lo largo de su frontera con Siria, aliada de Irán, afirmó. Después de que aviones de guerra israelíes atacaran Irán en la madrugada del sábado, Turquía pidió que se pusiera fin a lo que calificó de “terror” de Israel, que había llevado a la región “al borde de una guerra mayor”.