El presidente de Turquía indicó al país griego que pagará un “alto precio” si continúa “hostigando” a los aviones turcos sobre el mar Egeo

Erdogan amenaza seriamente a Grecia

PHOTO/AP - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, elevó el tono este sábado tras advertir a Grecia que pagaría un “alto precio” si continúa “hostigando” a los aviones turcos en el mar Egeo. 

El máximo dirigente otomano pronunció un discurso en el entorno del mar Negro en el que amenazó al país heleno con palabras muy duras: “Hola Grecia, echa un vistazo a la historia. Si va más allá, pagará un alto precio”, dijo Erdogan.

Esta advertencia turca se enmarca en la ya tradicional confrontación entre Turquía y Grecia por las fronteras marítimas y los límites aéreos que provoca que ambos países estén permanentemente vigilantes en la zona. 

Turquía ha sido denunciada por diversos países como Grecia y Chipre por supuestas violaciones de las fronteras marítimas propias incluso con prospecciones de barcos en busca de recursos gasísticos, siendo las islas griegas próximas a la costa con Turquía un punto candente en este escenario de tensión. La Unión Europea se posicionó en este caso del lado grecochipriota debido a la hostilidad turca. 

Antes de esta última advertencia turca, Atenas ya había acusado a Ankara de violar el espacio aéreo propio en las islas griegas. Mientras, Turquía señala a Grecia por situar tropas en las islas del mar Egeo lo cual no respetaría los tratados de paz firmados después de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial. También, Mevlut Cavusoglu, ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, manifestó que su país cuestionaría la soberanía griega sobre las islas si continuaba enviando soldados allí.

“Solo tenemos una palabra para decirle a Grecia: no se olvide de Izmir (Esmirna en griego)”, señaló Erdogan en referencia al final de la ocupación griega tras la entrada de las tropas turcas en este enclave de la costa del mar Egeo en 1922, como recogió también la agencia AFP. Todo ello dentro del discurso amenazante del presidente turco. 

“Cuando llegue el momento, haremos lo que sea necesario. Como decimos, podemos llegar repentinamente una noche”, agregó el presidente otomano, en lo que representa unas palabras preocupantes para la nación griega. 

La relación con Chipre también es tensa, mas aún teniendo en cuenta el enfrentamiento que provocó que a mediados de la década de los 70 Turquía ocupase el norte de la isla de Chipre instaurando la República Turca del Norte de Chipre, solamente reconocida internacionalmente por la propia nación euroasiática. 

Las palabras amenazantes de Recep Tayyip Erdogan no deben ser obviadas teniendo en cuenta que Turquía ya ha pasado de las palabras a la acción en otras situaciones y escenarios, como el del conflicto bélico en Siria y el de la guerra civil en Siria. 

Turquía penetró en territorio sirio a través de la frontera entre ambas naciones argumentando la persecución de elementos kurdos a los que Ankara apunta como terroristas por llevar a cabo presuntos ataques en el sur del territorio turco. El Ejército otomano se posicionó en el norte del territorio sirio instaurando una franja de seguridad en el marco de la guerra que libran el Gobierno sirio dirigido por el presidente Bachar al-Asad, apoyado por Rusia, contra la oposición que busca acabar con el régimen sirio y dentro de la cual se encuentran formaciones como las Fuerzas Democráticas de Siria y elementos kurdo-sirios, que en su día ayudaron a acabar con Daesh en territorio sirio con la ayuda de Estados Unidos, país que acabó abandonando el terreno dejando abandonados a los aliados kurdo-sirios y propiciando la ocupación de territorio por parte de Rusia, gran socio del régimen de Al-Asad. El Estado sirio argumenta la continuidad de la guerra civil por el objetivo de acabar con elementos terroristas yihadistas refugiados en el último bastión de Idlib. Todo ello teniendo en cuenta que Damasco acusó también a Ankara de emplear mercenarios yihadistas, que enviaban a Siria para sembrar el caos en el territorio. 

Turquía también tomó parte en la guerra civil de Libia apoyando al anterior Gobierno de Unidad Nacional de Fayez al-Sarraj, radicado en Trípoli y apoyado por la ONU y otras naciones como Qatar e Italia, que se enfrentó al Ejército Nacional libio dirigido por el mariscal Jalifa Haftar y apoyado por naciones como la propia Rusia, Emiratos Árabes Unidos o Francia y que cuenta como aliado con el otro Ejecutivo oriental de Tobruk, enfrentado al poder tripolitano. Diversos analistas señalaron al país turco por enviar a Libia mercenarios procedentes de Siria para apoyar a las milicias de Al-Sarraj en el marco de un conflicto que pasó a tener un cariz internacional por el interés de diversas naciones en el país libio ante su relevancia geoestratégica y sus reservas de petróleo. La situación se llegó a calmar gracias a las conversaciones de paz llevadas a cabo bajo mediación de países como Marruecos, que desembocaron en la designación de un Gobierno provisional liderado por el primer ministro Adbul Hamid Dbeibé, muy próximo a Turquía, que es cuestionado ahora porque no se llegaron a celebrar las elecciones previstas para el pasado mes de diciembre que buscaban completar la transición democrática anhelada desde que Muamar El Gadafi fuese derrocado en 2011. El último estancamiento político condujo a que el Parlamento de Tobruk designase como nuevo primer ministro a Fathi Bashagha considerando que la etapa de Dbeibé en el poder había terminado, algo que este último no acepta y que provoca tensión y choques armados en el entorno de Trípoli, la capital libia, entre los partidarios de Dbeibé y los de Bashagha. 

Todos estos escenarios hacen que haya preocupación por las palabras de Recep Tayyip Erdogan amenazando a Grecia ante la disputa territorial en las zonas limítrofes entre ambos países del entorno del mar Mediterráneo.