El presidente turco visita Angola, Togo y Nigeria en un desplazamiento clave para los intereses de Turquía en la región

Erdogan arranca su gira africana para reforzar la diplomacia turca en el continente

PHOTO/REUTERS - El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante una conferencia de prensa en Estambul

El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, aterrizó el lunes en Luanda para mantener un encuentro bilateral con el presidente de Angola, João Lourenço, en el marco de una gira diplomática africana que también le llevará en los próximos días a Togo y Nigeria, y que finalizará el próximo 20 de octubre. Con este desplazamiento, el líder otomano pretende reforzar sus vínculos en el continente y reafirmar el papel de Ankara en la región.

Se trata de la primera vez que Erdoğan pisa suelo angoleño, sin embargo, no ha sido su estreno ante el mandatario de la excolonia portuguesa. Lourenço, presidente desde 2017 y antes ministro de Defensa, se desplazó a Turquía el pasado mes de julio para una primera toma de contacto con su homólogo. Un diálogo que retomaron el lunes para alcanzar una serie de acuerdos de entendimiento con el objetivo de fortalecer la cooperación entre ambos países, anunciados durante una comparecencia de prensa conjunta.

Horas después del encuentro, el líder turco pronunció un discurso en la Asamblea Nacional de Angola donde cargó contra el neocolonialismo y criticó a las potencias occidentales que, como Turquía, pretenden hacerse hueco en el continente: “Todavía hay quienes no pueden aceptar las conquistas de independencia, libertad e igualdad de los pueblos africanos. Últimamente asistimos a la reaparición de esta indigestión”, trasladó Erdoğan a la Cámara baja.

“Nosotros rechazamos los enfoques orientalistas centrados en Occidente sobre el continente africano. Abrazamos a los pueblos de África sin discriminación”, sentenció Erdoğan. Unas palabras que reflejan la estrategia de Ankara para extender su influencia en un continente asolado por la explotación de los recursos naturales y políticamente fracturado: ganarse la confianza de los líderes.

El sombrío historial de Occidente en África representa una oportunidad para Ankara, que puede hacer valer su condición de aliado con la promoción del poder blando. Para ello, Turquía cuenta con sus vínculos históricos en el continente y su postura crítica con el colonialismo. Además, la nación euroasiática se erige como uno de los principales socios estratégicos de los Estados africanos en materia económica. Tanto es así que, para finales de 2020, el volumen comercial ascendía hasta los 25.000 millones de dólares.

En este sentido se expresó el jefe de la diplomacia de Turquía, Mevlüt Çavuşoğlu, cuando declaró que la percepción turca de África se basa “en una política de ganancia mutua basada en la igualdad, la transparencia y la sostenibilidad”. Una vía que ha premiado al país con la apertura de una treintena de Embajadas en el continente desde 2003.

Esta expansión turca en el continente se cimentó sobre cuatro pilares: misiones humanitarias, diplomacia y acuerdos comerciales. Unos ingredientes que han permitido al presidente turco visitar más de 30 naciones africanas desde su período como primer ministro. Y es que, además, la República turca cuenta con la baza de su confesión islámica, un rasgo clave que comparte con numerosos países del continente.

El cuarto y último pilar, pero no por ello menos importante, son las series de televisión producidas en Turquía. Se trata de uno de los medios de poder blando más destacados, pues su popularidad en África ha tenido un crecimiento exponencial.

Tras abandonar Angola, Erdoğan pondrá rumbo hacia la capital togolesa de Lomé para discutir las relaciones bilaterales con la cúpula del Gobierno, en lo que también constituye su primera visita al país subsahariano. Para después recalar en Abuya, Nigeria, país cuyos vínculos con Turquía se mantienen sólidos.