Erdogan a favor de una nueva Constitución
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que está a favor de una nueva Constitución, causando sorpresa tras dos años de elecciones que se antojan complicadas para él. Erdogan, de 66 años, lleva en el poder desde 2003, primero como primer ministro y, desde 2014, como presidente. En teoría, la actual Constitución le permite permanecer en la Jefatura del Estado hasta 2028.
En las elecciones presidenciales y parlamentarias celebradas en 2018, Erdogan fue cómodamente reelegido, pero su partido, el AKP, no consiguió la mayoría absoluta que le hubiera permitido gobernar en solitario. Erdogan lidera actualmente Turquía en una coalición informal con el líder del MHP, Devlet Bahçeli, que en su día fue uno de sus acérrimos rivales. Como señal de los peligros que se avecinan, Erdogan sufrió un dramático revés electoral en 2019 a nivel municipal al perder Estambul y Ankara, ciudades que los conservadores islámicos habían controlado durante un cuarto de siglo.
Las derrotas en las pasadas elecciones municipales en las dos grandes urbes turcas: Estambul y Ankara, ha puesto en alerta al AKP y a Erdogan sobre lo que puede pasar de una hipotética confluencia de la oposición a las próximas presidenciales. Ekrem Imamoglu y Mansur Yavas obtuvieron la victoria en Estambul y Ankara respectivamente, aupados por la llamada Alianza Nacional, que aglutina a los principales partidos de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) y al Partido Democrático Popular pro kurdo (HDP). También se integraron otros dos partidos algo minoritarios, aunque vitales, el Partido del Bien (IYI) y el Partido de la Felicidad (FP).
"Está claro que en la raíz de los problemas de Turquía están las Constituciones redactadas por golpistas desde los años 60 (...) Quizá sea el momento de que Turquía reabra el debate sobre una nueva Constitución", dijo Erdogan. "Podríamos dar pasos en esta dirección si encontramos un acuerdo" con el ultranacionalista MHP, su aliado, añadió Erdogan durante una rueda de prensa tras un Consejo de Ministros en Ankara. Cualquier proyecto de Constitución se sometería a un referéndum, según recoge AFP.
Erdogan ya llevó a cabo en 2017 una profunda revisión de la actual Constitución, que data de 1982 y fue redactada tras un golpe de Estado militar. Con esta revisión constitucional, validada por referéndum, Turquía ha pasado, entre otras cosas, de un sistema parlamentario a uno presidencial, lo que ha ampliado considerablemente los poderes del jefe de Estado. Estas últimas declaraciones se producen en un momento en que muchos analistas y opositores creen que Turquía pretende acelerar las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, previstas para 2023, algo que niega.
El presidente turco no tiene alternativa. Debe ampliar su alianza y buscar el apoyo de otros partidos para mantenerse al frente del país, ya que un cambio de rumbo no parece viable y la situación económica agravada por el coronavirus tampoco ayuda. La oposición, por su parte, debe mantenerse firme y soportar una gran presión política y judicial, además de ponerse de acuerdo en quién será su candidato para hacer frente a Erdogan, algo que tampoco será sencillo. De la capacidad de su figura de aunar el descontento generalizado y de representar a un gran número de minorías e identidades que no caben en la Turquía que está diseñando Erdogan, depende la victoria. Por último, el presidente del país euroasiático tiene la baza de adelantar las elecciones, un escenario que muchos analistas contemplan, y que podría provocar prisas en una oposición que debe agrupar numerosas sensibilidades.