¿Es posible reparar las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania tras la tensa reunión?
La reciente reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder ucraniano, Volodimir Zelensky, en la Casa Blanca ha dejado las relaciones bilaterales en un estado crítico. Según un análisis del diario norteamericano Politico, el encuentro resultó en una amarga disputa que podría redefinir el futuro de la cooperación entre ambos países.
Zelensky abandonó la Casa Blanca sin conseguir el apoyo que buscaba, lo que ha sido interpretado por los seguidores de la corriente Make America Great Again (MAGA) como una victoria. Steve Bannon, exestratega de Donald Trump, lo calificó como "el resultado perfecto" y sugirió que era momento de "desentenderse de Ucrania".
Desde Kiev, la reacción ha sido de sorpresa e inquietud. Los ucranianos consideran que el fracaso en la reunión refleja la falta de comprensión de la administración Trump sobre la magnitud del sufrimiento ucraniano desde el inicio de la guerra con Rusia en 2022.
Uno de los principales focos de conflicto fue el papel del vicepresidente D.J. Vance, crítico de la intervención estadounidense en Ucrania. Según fuentes citadas por Politico, Vance habría provocado deliberadamente a Zelensky con la intención de frustrar un acuerdo que permitiría a Estados Unidos acceder a minerales ucranianos estratégicos. Un analista republicano, que habló bajo condición de anonimato, afirmó que Zelensky "mordió el anzuelo" al no centrarse exclusivamente en el acuerdo sobre los metales, lo que debilitó su posición.
Un intento de reconciliación liderado por Europa
A pesar de las tensiones, se han iniciado esfuerzos diplomáticos para recomponer la relación. Se busca organizar una llamada entre Zelensky y Trump, un movimiento respaldado por líderes europeos como Emmanuel Macron y Keir Starmer, quienes han intentado allanar el camino para una reconciliación. Jonathan Eyal, de Chatham House, señaló que, aunque la reunión en Washington era un desafío desde el inicio, aún hay esperanzas de que las relaciones mejoren.
Por otro lado, el mandatario ucraniano ha asegurado en los últimas horas que sigue dispuesto a firmar un acuerdo sobre minerales con Estados Unidos. “El acuerdo que está sobre la mesa se firmará si las partes están preparadas”, declaró tras la cumbre de Londres.
Sin embargo, hay indicios de que la desconfianza persiste. La relación entre Zelensky y la administración estadounidense ya había mostrado fisuras desde 2019, cuando Trump se negó a responder a las demandas ucranianas de investigar a Hunter Biden, hijo del expresidente Joe Biden. Además, la tensión aumentó tras la reunión de Zelensky con el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, lo que irritó a Trump, quien consideró irrespetuosa la actitud del líder ucraniano.
Un futuro incierto
En este contexto, las preocupaciones en Kiev aumentan debido a la presión de sectores del movimiento MAGA que buscan cortar por completo la ayuda a Ucrania. Aunque algunos republicanos como el senador Lindsey Graham aconsejaron a Zelensky no centrarse en las diferencias, el presidente ucraniano se dejó llevar por su frustración con Vance, lo que derivó en una "catástrofe", según el opositor ucraniano Oleksiy Goncharenko.
Mientras tanto, la Casa Blanca insiste en que no hubo intención de boicotear el acuerdo sobre los metales y que la frustración de Trump y Vance se debe al escepticismo de Zelensky respecto a negociar con Putin. El secretario de Estado Marco Rubio ha reiterado que la prioridad de la administración es buscar una solución que garantice la estabilidad en la región.
El futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania sigue siendo incierto. Si bien hay esfuerzos por restablecer los lazos diplomáticos, la falta de consenso sobre el papel de Washington en la guerra podría dificultar cualquier acercamiento duradero.