Un escándalo sacude Libia y exige la intervención internacional
- Antecedentes del incidente
- Reacciones locales e internacionales
- Reacción popular y repercusiones políticas
- Llamamientos a la justicia
En un impactante incidente que ha conmocionado tanto a la opinión pública libia como a la internacional, las redes sociales han difundido vídeos en los que se ve al diputado libio Ibrahim Al-Dersi, desaparecido hace casi un año, en condiciones de detención degradantes e inhumanas.
Las imágenes muestran a Al-Dersi encadenado por el cuello, vestido solo con ropa interior y con claros signos de tortura y agotamiento extremo. Calificadas de “horribles” y “dolorosas”, las imágenes han provocado una indignación generalizada y llamamientos urgentes para que se lleve a cabo una investigación internacional independiente que esclarezca las circunstancias del caso y se enjuicie a los responsables.
Antecedentes del incidente
Ibrahim Al-Dersi, un destacado parlamentario libio, desapareció en circunstancias misteriosas hace aproximadamente un año, lo que suscitó numerosas preguntas sobre su paradero.
Según algunas informaciones, su desaparición podría estar relacionada con sus críticas públicas a la concentración de poder en el este de Libia. Estas declaraciones lo convirtieron en blanco de ataques en el contexto de la profunda división política que azota Libia desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi en 2011. El país sigue dividido entre el Gobierno de Unidad Nacional (GNU), reconocido internacionalmente y con sede en Trípoli, y un Gobierno rival en el este, respaldado por las fuerzas del mariscal Jalifa Haftar, lo que agrava las violaciones de los derechos humanos, incluidas las detenciones arbitrarias y la tortura.
Las imágenes filtradas, emitidas por primera vez por el canal “Libya Al Ahrar” el 5 de mayo de 2025, muestran a Al-Dersi dentro de una celda, suplicando que lo liberen. La familia de Al-Dersi confirmó la autenticidad de las imágenes basándose en marcas distintivas en su cuerpo, y negó rotundamente cualquier afirmación de que se tratara de un montaje realizado con tecnologías de Inteligencia Artificial. Las filtraciones han revelado el lado oscuro de la situación de seguridad en el este de Libia, lo que ha intensificado aún más las tensiones políticas.
Reacciones locales e internacionales
Las imágenes han provocado una condena generalizada. La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) expresó su “profunda conmoción” por las imágenes y pidió una investigación independiente para verificar las circunstancias de la detención de Al-Dersi. La misión hizo hincapié en que la tortura, la detención arbitraria y las desapariciones forzadas son graves violaciones de los derechos humanos que podrían constituir crímenes internacionales susceptibles de ser juzgados ante la Corte Penal Internacional (CPI). También pidió la liberación de todas las personas detenidas arbitrariamente en Libia y el enjuiciamiento de los responsables.
Por su parte, el Gobierno de Unidad Nacional de Trípoli emitió un comunicado a través de su primer ministro, Abdulhamid Dbeibah, en el que calificaba las imágenes de “gran conmoción social” y señalaba que tenía conocimiento de la existencia de otras imágenes que mostraban a otras figuras políticas sometidas a un trato similar. El Gobierno condenó las condiciones “degradantes y horribles” que se mostraban y responsabilizó al presidente de la Cámara de Representantes, Aguila Saleh, por su silencio sobre el incidente, exigiendo una investigación internacional urgente bajo la supervisión de un organismo internacional independiente.
Inicialmente, el Ministerio del Interior del Gobierno rival del este rechazó las acusaciones contra las fuerzas de Haftar, alegando que Al-Dersi había sido “secuestrado por un grupo criminal desconocido” y que las imágenes eran “fabricadas” para manchar la reputación de las Fuerzas Armadas Libias.
Sin embargo, en un giro posterior, el Ministerio se retractó durante una reunión con la familia de Al-Dersi, admitiendo que las grabaciones eran auténticas. Este cambio de postura suscitó nuevas dudas sobre la credibilidad de la versión inicial y el papel de los organismos de seguridad en el este de Libia. Aguila Saleh pidió al fiscal general y al ministro del Interior que investigaran el caso, pero estas declaraciones fueron recibidas con duras críticas, especialmente después de que se interrumpiera la retransmisión en directo de la sesión parlamentaria en la que se debatía el incidente, lo que aumentó las sospechas sobre la transparencia en la gestión del asunto.
Reacción popular y repercusiones políticas
En las redes sociales, los libios expresaron su conmoción e indignación por las imágenes, señalando que reflejan la “dura realidad” en el este de Libia bajo el control de las milicias.
Este escándalo se desarrolla en un clima político tenso, en el que los libios sufren profundas divisiones y continuas violaciones de los derechos humanos. Según informes de las Naciones Unidas, las detenciones arbitrarias y la tortura se han generalizado en ausencia del Estado de derecho. El caso Al-Dersi se ha convertido en un símbolo de los retos a los que se enfrenta Libia para lograr la justicia y proteger los derechos de sus ciudadanos, incluidos los parlamentarios, que se supone que gozan de inmunidad legal.
Llamamientos a la justicia
Se intensifican los llamamientos a una investigación internacional independiente, y las organizaciones de derechos humanos hacen hincapié en la necesidad de que los responsables de estas violaciones rindan cuentas. El destino de Ibrahim Al-Dersi sigue siendo desconocido, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad de las autoridades libias para proteger a sus ciudadanos. Este caso no es solo un escándalo humanitario, sino un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que intervenga y ponga fin al ciclo de impunidad en Libia y garantice la justicia para las víctimas.