España reorganizará a sus tropas en el extranjero de cara a nuevas prioridades
España cerrará este verano la base Gran Capitán (Besmayah, Irak), la más importante de las tropas españolas en el país, donde antes de la pandemia estaban desplegados 350 de sus 530 efectivos, según ha informado este lunes el diario El País. Fuentes militares apuntan que ya se han completado las tareas a las que se dedicaban los efectivos allí desplegados, que consistían en la instrucción de grandes unidades del Ejército y la Policía iraquí. El Ministerio de Defensa también prepara la retirada de los últimos soldados españoles en Afganistán para finales de este año o principios de 2021. Fuentes gubernamentales consultadas por La Vanguardia apuntan que las tropas serán reubicadas en otros puntos del planeta a petición de la OTAN y no por decisión del Gobierno.
El Ministerio de Defensa ya había ordenado el repliegue del grueso del contingente español en Irak a finales de marzo por la falta de actividad a causa de la pandemia. Los nuevos soldados españoles enviados a Irak se dedicarán a recoger el material y preparar las instalaciones para su devolución a las autoridades iraquíes, según informa el diario El País. En el caso de Afganistán, España tiene ahora mismo destinados en torno a 70 efectivos en Kabul que se dedican a labores de asesoramiento y protección al personal.
Los primeros soldados españoles llegaron a Afganistán a finales de 2002, hace ya 18 años, y ha sido la misión con mayor número de bajas del Ejército español, incluyendo los 62 fallecidos en la tragedia del Yak-42. Debido al coronavirus, se interrumpieron las actividades de los militares españoles hace varias semanas. España retiró entonces, de manera temporal, a 65 militares. Ahora se prepara la salida definitiva.
La coalición internacional contra Daesh había anunciado ya un importante recorte de efectivos desplegados en Irak, como medida de protección frente a la COVID-19, ya que se han paralizado las actividades de adiestramiento del Ejército iraquí. Los instructores españoles forman parte de la Task Force Besmayah, que trata de mejorar las capacidades de los militares del país asiático. Los militares españoles también han participado en actividades de adiestramiento en Bagdad, Al Taqaddum y Taji y en la misión Task Force Toro (Unidad de Helicópteros) cuya misión principal es proporcionar transporte aéreo a las tropas de la coalición que lucha con Daesh.
La pandemia también obligó a retirar a 100 militares españoles de los 278 desplegados en la misión de la Unión Europea en Mali, que se dedica a instruir al Ejército maliense. A pesar de ello, España no se ha planteado retirar efectivos, sino incluso aumentarlos. El repliegue en Asia puede favorecer con una mayor presencia en el Sahel, un territorio en el que los grupos yihadistas se han hecho fuertes. Además, hay grandes problemas con las mafias, el tráfico de drogas, armas o inmigrantes. La inseguridad en esta zona de África representa una amenaza para Europa más próxima que la inestabilidad en Oriente Medio. La Unión Europea acaba de aprobar el quinto mandato de su misión en Mali hasta 2024 e incluso ha aumentado el presupuesto.